¿Cuál es la relación entre la cultura vial y la cultura de paz? Yo te lo explico

En opinión de la Dra. Clara Elizabeth Soto Castor

¿Cuál es la relación entre la cultura vial y la cultura de paz? Yo te lo explico

La paz social es una aspiración que ha de implementarse en la vida cotidiana, en la manera en que las personas interactúan en los espacios públicos y, de forma muy concreta, en la forma en que compartimos las calles. La cultura vial es una pieza clave en la construcción de una sociedad más pacífica, justa y solidaria.

La cultura vial puede entenderse como el conjunto de valores, hábitos y comportamientos que nos permiten convivir en armonía cuando usamos las vías públicas, que incluye a peatones, ciclistas, motociclistas o automovilistas. Se trata de reconocer que cada persona tiene derecho a desplazarse de manera segura y que este derecho conlleva también la obligación de respetar las normas y a los demás.

Los accidentes de tránsito son incidentes o sucesos ocasionados por una distracción, impericia o falta de responsabilidad de una o mas personas, que pueden traer consigo un daño a personas, a sus vehículos o al mobiliario urbano. Estos accidentes constituyen una de las principales causas de lesiones y muertes evitables, en México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, miles de personas pierden la vida cada año en percances viales.

Promover una verdadera cultura vial es una estrategia de prevención, pero también es una apuesta por la paz social. Cuando una sociedad se acostumbra a respetar las reglas en la calle, está también practicando valores de respeto, empatía y solidaridad que pueden extenderse a otros ámbitos de la vida comunitaria, por otro lado, la violación a las normas de tránsito es una muestra indudable de la prestancia que una persona puede tener para infringir toda clase de leyes, por otro lado, ceder el paso a un peatón, respetar los semáforos o manejar con precaución son gestos sencillos a través de los cuales se reconoce la dignidad humana de las demás personas.

La cultura vial está estrechamente vinculada con los derechos humanos. El derecho a la vida, a la integridad física y a la movilidad segura son pilares reconocidos internacionalmente. Ignorar las normas viales no solo es una infracción legal que puede llegar a sancionarse con la privación de la libertad, sino una falta ética hacia los demás. Una calle donde se privilegia la prisa, la imprudencia o la agresividad es también un espacio donde se afecta la paz social.

La construcción de la cultura vial requiere del compromiso de todos los sectores: autoridades que diseñen políticas públicas efectivas, instituciones educativas que inculquen desde edades tempranas el respeto a las normas, medios de comunicación que promuevan campañas de sensibilización y, por supuesto, la ciudadanía que adopte actitudes responsables. La educación vial no debe verse como una obligación secundaria, sino como una herramienta esencial para salvar vidas y fortalecer la convivencia.

Fomentar la cultura vial es sembrar paz social. Una comunidad donde las calles son seguras, donde se respetan los derechos de los más vulnerables y donde se prioriza la integridad personal, es una comunidad que avanza hacia un futuro más justo y armónico, de ahí la importancia de respetar los reglamentos de tránsito.