Observador político - La 54, copia de la legislatura 53
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Una de las características de la 53 legislatura del Congreso de Morelos, consistió en violentar derechos de los trabajadores. Sólo en el primer año actuaron conforme a derecho, pero a partir del segundo y tercer año legislativo los representantes populares hicieron de las suyas.
LAS DEUDAS HEREDADAS.- Entre los destacable de forma negativa, está la suspensión que hicieron del pago de las cuotas al IMSS y al Instituto de Crédito, sin importarles nunca que a los trabajadores se les descontaba vía nómina; aunado a que a los empleados de confianza los quitaron de la nómina y les hicieron firmar a fuerza su renuncia, en caso de no aceptar no se les pagaba su quincena.
Lo contradictorio es que seguían laborando en el Congreso del estado, aun cuando habían firmado su renuncia que por cierto nunca fue ratificada en el TECA. Por lo que a dichos trabajadores se les pagaba en efectivo, y ya no se les depositaba en el banco, ni en cheque, cuya finalidad era para no establecer ninguna relación laboral. El aguinaldo: dependiendo con que diputado se estaba trabajando se le proporcionaba los tres meses o veinte días, hubo diputadas que proporcionaron solo una compensación como aguinaldo. La justificación siempre fue no había recursos. El ex gobernador –Graco Ramírez-, no había proporcionado la partida presupuestal correspondiente. La situación fue alarmante y preocupante, por ello, en cuanto a algunos servicios, los propios empleados eran quienes tenían que traer su papel higiénico y cooperarse con el garrafón de agua potable, porque otra vez, no había recursos para sufragar esos gastos.
El trabajo realizado por los integrantes de la 53 legislatura fue considerada como la peor en la historia de Morelos, en gran parte, por los abusos y excesos cometidos durante su trienio siempre, favoreciendo al gobierno del tabasqueño y todas las decisiones e iniciativas del partido en el gobierno como lo fue el PRD.
Sin embargo, en ese entonces, los diputados disidentes que no estaban de acuerdo a las directrices de la Junta Política y de Gobierno y la Presidencia de la Mesa Directiva se les castigaba, pero, no solamente a los representantes, sino también a los trabajadores que pertenecían a las fracciones de los grupos parlamentarios del PAN y del PRI, ellos también pagaron las consecuencias, fueron los más castigados; no se les pagaban sus quincenas, los corrían sin consultar a su jefe inmediato que en este caso era su diputado. A manera de ejemplo basta recordar el caso del entonces diputado Efraín Esaú Mondragón Corrales, quien era el Presidente de la Comisión del Trabajo y Previsión Social del Congreso del Estado, como medida de presión y revancha política, lo quitaron de la presidencia de dicha comisión por estar en contra del bloque de diputados que comandaban el Congreso. Además, le redujeron su nómina y los pocos empleados que se quedaron les dejaron de pagar. No los corrieron, peor aún, simplemente no les pagaban sus sueldos.
VENGANZAS LEGISLATIVAS.- Este tipo de prácticas fueron las que prevalecieron durante la legislatura anterior. Hoy ante la falta de capacidad y experiencia de los actuales diputados de la LIV legislatura, quienes tienen el control de la mayoría de diputados en el Congreso tal parece emplean los mismos mecanismos de represión que la pasada legislatura.
Lo que se vive hoy en día, es una copia al carbón de cómo actuaron sus antecesores, por lo que hoy en día en el Congreso, se está empleando el mismo manual que estableció la 53 de afectar a la clase trabajadora por disputas políticas. Y están convencidos que a través de éste mecanismo pueden lograr que se doblegue el grupo de las siete diputadas locales.
Es importante destacar que desde que inició la legislatura 54, fue notorio la inexperiencia de la mayoría de los integrantes del cuerpo representativo popular. Y a manera de ejemplo, es absurdo que el Partido del Trabajo, siendo una fuerza minoritaria logró imponerse frente al grupo mayoritario de Morena, que originalmente era ocho integrantes y hoy solamente son 4 que representa el 50%. Y actualmente la experiencia y el colmillo torcido de Tania Valentina Rodríguez Ruiz, ha logrado desestabilizar al Congreso al extremo de que por ella, está literalmente paralizadas las acciones legislativas.
El grupo de mujeres diputadas que lidera Tania Valentina es un resabio del anterior régimen. Las integrantes de éste frente tienen mucho que ver con personajes que fueron agraciados en el pasado. La mayoría de las integrantes de este frente llegaron por la vía plurinominal. Algunas son esposas, otras son amigas. En el caso de Blanca Nieves Sánchez Arano, no pierde absolutamente nada, en virtud de que su partido perdió el registro en las pasadas elecciones, así que lo poco o mucho que haga es ganancia para ella misma. No tiene que rendirle cuentas a nadie. Rosalinda Rodríguez, esposa de Matías Quiroz un personaje central durante el sexenio graquista. Naida Josefina Díaz Roca, esposa de Julio Yáñez. La que, sin lugar a dudas sorprende, es Keila Celene Figueroa Evaristo, quien se supone es de Morena y actúa como si fuera una adversaria al partido del presidente AMLO, por lo que aquí queda aquel viejo adagio de: “Morena, está durmiendo con el enemigo”.
Es obvio, que les hace falta un mayor oficio político a las y los diputados que son los únicos que no padecen problemas financieras, porque ellos se auto destinaron un presupuesto millonario de 460 millones de pesos cuando tuvieron que reducirlo al menos 200 millones de pesos más porque, de 30 legisladores solo quedaron 20, algo que evidenció que la reforma para bajar el número de representantes populares y con ello mantener un ahorro económico, sirvió para maldita la cosa.
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