A tus piernas
En opinión de Carlos Morales Cuevas
No debo hablar de tus piernas,
pero a ellas les hablo:
Dejo caer mis labios sobre el relieve del corazón,
con la luna,
entre las manos de Virgo,
aullándole a su Dios.
Sé, que no debo hablar de tus piernas,
pero a ellas les hablo:
Frente a los ojos del mar,
vuela la noche,
los albatros cantan y,
su voz se refleja en tu piel,
piel de liquen,
de mármol,
de sed.
No debo hablar de tus piernas ¡Lo sé!
pero a ellas les hablo:
Columnas de leche y fuego,
que van dejando impronta sobre papel,
que me enredan bajo su cielo,
mondo febrero,
volviendo a arder,
como arden,
oh, divinas piernas,
mis manos
encumbrando su amanecer.