Serpientes y escaleras - Adiós Instituto, hola Secretaría

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Adiós Instituto, hola Secretaría

El congreso local extinguió al Instituto de la Mujer de Morelos. ¿Qué sigue?

 

Adiós Instituto, hola Secretaría

El congreso local extinguió al Instituto de la Mujer del Estado para concentrar sus atribuciones en la recién creada Secretaría de las Mujeres. La decisión no sorprendió a nadie, la medida se había anunciado desde hace tiempo, tiene el beneplácito de la gobernadora y el apoyo de la mayoría de los legisladores. El argumento para desaparecerlo fue la duplicidad de funciones, el reto es que la Secretaría haga un buen trabajo.

Al reunir en una sola organización las funciones de política de género, en teoría, se eliminará la duplicidad de áreas, las plazas y el presupuesto operativo, lo cual permitiría canalizar más recursos a programas específicos que atiendan puntos sensibles del sector. El punto para destacar es que el IMM tiene protocolos, manuales y profesionales para atender de forma inmediata a mujeres víctimas de violencia, además de que diseña y ejecuta programas focalizados según su propia lectura técnica del territorio, sin subordinación a lineamientos políticos coyunturales; la Secretaría no funciona así.  

Concentrar funciones en un solo organismo puede ser positivo en eficiencia presupuestal y política, pero desaparecer el IMM sin migrar sus protocolos operativos, sin construir equipos clínicos y jurídicos internos, ni indicadores para medir impacto, eleva la posibilidad de que el nuevo esquema sea solo un cascarón administrativo, incapaz de proteger efectivamente a las víctimas.

Una secretaría de estado tiene acceso directo al gabinete, partidas presupuestales más cuantiosas y mayor visibilidad en su agenda. Operativamente hablando la SMM tiene más capacidad de influencia e impacto en sus acciones, aunque el IMM podía desarrollar investigaciones, diagnósticos y seguimientos focalizados.

Tomando en cuenta las críticas a la secretaria por su falta de capacidad y desconocimiento del tema, el riesgo es que en vez de un avance, la extinción del IMEM sea un retroceso que termine costando vidas y agravando el panorama de violencia para las mujeres.

Por normatividad el Instituto brinda atención jurídica y psicológica directa con protocolos clínicos y legales que la secretaría no tiene; al acudir al IMM las mujeres salían con un plan legal y psicológico articulado, como opera actualmente la secretaría solo podrán orientarlas o canalizarlas al DIF, a la Fiscalía, a los Servicios de Salud o a alguna ONGs, fragmentando la atención, lo que eleva el riesgo de que se pierda el seguimiento y la víctima reviva el trauma al repetir su historia.

Por tiempo de existencia, el IMM había tejido una buena relación con organizaciones civiles, colectivos feministas, grupos de académicas y de investigación; al ser nueva, la SMM no ha logrado empatía con los sectores que representan al género y se ha dedicado a realizar eventos insulsos para tratar de aparentar con fotografías que existe trabajo y buena relación con las mujeres organizadas.

Desaparecer al Instituto para fortalecer la Secretaría no puede considerarse bueno o malo a rajatabla; quienes están a favor o en contra han esgrimido argumentos válidos, fijan posiciones de acuerdo con su punto de vista y tienen libertad para expresar su opinión. El tiempo dirá si la decisión fue correcta.

Históricamente el Instituto de la Mujer y su titular han sido objeto de críticas, se les ha señalado por desatender al sector, desviar recursos, no cumplir con los objetivos fijados, malversar recursos y tener posturas agresivas contra las víctimas. Ahora que ha desaparecido surgen voces que defienden su existencia y pasan por alto que a lo largo de su historia y a pesar del presupuesto que recibe anualmente, el Instituto de la Mujer rara vez cumplió con las metas trazadas.

Lo que sigue depende de la secretaria y de lo que hagan o la dejen hacer los grupos y organizaciones de mujeres, quienes, aunque presumen un fuerte activismo, en la práctica han dejado mucho que desear, pues en momentos determinantes para la agenda de género guardaron silencio y se aislaron del debate público.

Algunas de las damas que hoy reclaman son las mismas que durante años se mantuvieron ausentes de la problemática de género, jamás exigieron al Instituto que hiciera bien su trabajo, ni demandaron a las autoridades que resolvieran los casos de violencia física, sexual, psicológica y política que se viven todos los días en el estado. Eso sí: se visten de Morado, marchan, rompen cosas y se toman fotos para sus redes sociales.

La ausencia del debate público fue lo que permitió a los diputados dar el paso para la desaparición del Instituto, se dieron cuenta que aunque ruidosos, los colectivos feministas no están organizados, han perdido representatividad y desde hace mucho dejaron de lado la agenda social y de género para concentrarse en luchas personales e intereses individuales, como obtener contratos en el IMM. 

La división en este sector es notoria: los grupos, colectivos y observatorios están reducidos a su mínima expresión, han perdido terreno en el debate social y han dejado ir momentos clave en la lucha de género, que pudieron servir para proyectarlas, fortalecer su imagen ante la ciudadanía y coadyuvar a la violencia que desde hace años se vive en Morelos.

Ahora la agenda es de la secretaria, porque será en su oficina donde se concentrará el trabajo de género en un gobierno encabezado por una mujer que a su vez ha colocado a las mujeres como eje central de su administración.

El reto para la Clarisa Gómez es mayúsculo y quizá está por encima de su capacidad, porque hablamos de una joven recién egresada de la escuela, cuyo primer empleo es de secretaria de estado, que evidentemente carece de experiencia práctica en casi todos los campos que componen su oficina. Lo primero que debe hacer, señalan las propias mujeres, es dominar su carácter, dejar de violentar a quienes están al frente de los institutos municipales de mujeres y tomar en cuenta otras opiniones.

En ocho meses el mayor logro de la Secretaría de las Mujeres es la puesta en marcha del programa Corazón de Mujer, que representa el apoyo económico de 560 pesos bimestrales a damas de 50 a 59 años y la implementación de una estrategia denominada Código Violeta, que presume 316 puntos de referencia, pero que ha sido fuertemente criticada por organizaciones ciudadanas y femeninas porque no se ven los puntos que afirman tener instalados.

La decisión de concentrar el trabajo en pro de las mujeres en una sola dependencia puede tener buenas intenciones, pero para que la medida se transforme en acciones efectivas, tangibles y benéficas para el género, se requiere de mucho más que una simplificación administrativa. Again: si la fusión no se hace de manera correcta, considerando todos los elementos que hacen fuerte al IMM, lo que quedará será un cascarón.

La secretaría tiene presupuesto, pero no mecanismos de mentoría o contralores internos que acompañen el trabajo y coadyuven la inexperiencia de la titular, tampoco existen indicadores claros respecto a la labor que realizan, ni información suficiente para saber si el camino que sigue la oficina es el correcto.

Clarisa Gómez Manrique es presentada institucionalmente como una joven con experiencia en el activismo universitario y comunitario, pero aún concediendo que esas fortalezas sean reales, no son suficientes para sacar adelante una secretaría de estado, ni bastan para atender un sector tan importante.

Si la decisión de la gobernadora es mantener a la joven al frente de una dependencia tan trascendente, es necesario que se le blinde con un equipo técnico sólido, procesos transparentes, acompañamiento institucional. Eso y que reciba una muy seria plática de humildad y buen trato a las personas.  

La falta de trayectoria burocrática, experiencia profesional, manejo de recursos públicos, desconocimiento de la ley y de los procesos administrativos, aunado a su pobre habilidad de gestión, pueden hacer de una secretaría emblemática un elefante blanco que generará más problemas de los que será capaz de resolver.

Veámoslo de esta forma:

La agenda de género de Morelos no está en los convenios, acuerdos y programas de papel que ha signado la SMM con los municipios; los problemas que enfrentan las mujeres morelenses están en la violencia extrema y cotidiana, reflejada en feminicidios y agresiones en el hogar, en las calles y en el trabajo. Según datos oficiales, además de los feminicidios, cerca de 435 mil mujeres han sufrido algún tipo de agresión en el último año.

Luego viene la precariedad laboral y la brecha salarial: solo el 42% de las mujeres están en la población económicamente activa y de ellas el 66.4% trabaja en la informalidad, sin ningún tipo de prestación ni seguridad social; el ingreso femenino es de apenas el 65% del ingreso masculino. También existe un déficit en materia de salud y violencia obstétrica: el 59.8% de las mujeres no tiene acceso a servicios de salud públicos y de las mujeres que dan a luz, el 37.5% ha recibido algún tipo de maltrato. En el entorno escolar el 30.8% de las alumnas ha sufrido violencia física, psicológica o sexual y solo el 6.8% de las víctimas denuncia por desconfianza en las autoridades.

El reto de Clarisa Gómez Manrique es enorme y crece con la fusión de dos dependencias. Si la ayudan, la respaldan con un equipo eficaz y cambia de actitud, las cosas pueden ser favorables para ese sector.

Si la joven continúa con la misma postura, la secretaría será el fracaso más grande del sexenio.

·         posdata

De un plumazo el congreso local determinó elevar el número de curules y desaparecer al instituto de la mujer.

Ergo: más lugares para los partidos y menos espacios para defender a las mujeres.

¡Chulada de diputados (as)!

·         nota

Leo con interés la reflexión de Danae deNegri sobre la desaparición del IMM. Rescato algunos puntos:

1-    Retrocedemos en los avances que costaron mucho para lograr consolidar instituciones de relevancia. Pero, siendo sinceras, motivos había de sobra para cortar la yugular a una institución tan controversial como lo es y fue, el IMM.

2-    No hay votación en esta legislatura, ni ha habido, sin cabildeo; este arroz ya se había cocido con antelación, alevosía y ventaja.

3-    No es novedad. Es confabulación política. Amorío entre poderes. Ha existido siempre.

4-    (El IMM) logró suavizar a las feministas de choque que, por un lado, la criticaban, y, por el otro, la presionaban para fines propios, a través de la implementación de sus proyectos.

5-    A pesar de mover todo el aparato institucional para disminuir la violencia, sobre todo en los 8 municipios que hasta la anterior administración estaban considerados en la Alerta de Violencia de Género desde el 2015, Morelos se destacó por los feminicidios en todo el país. Y vamos a la alza.

6-    Los protocolos de actuación para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres de cualquier edad, en la práctica y en las instituciones, fallaban, y fallan hasta el momento.

7-    En la administración de Cuauhtémoc Blanco la mayor parte de las feministas que lograron presionar al Ejecutivo para meter sus proyectos, y para que ocuparan un cargo, a cambio de dejarlo en paz, son morelenses.

8-    Algunas titulares (del IMM) cambiaron de la noche a la mañana, no sólo en su actitud, sino en su posición económica.

9-    Varias de las feministas que defienden hoy al IMM, han sido férreas detractoras del mismo en otro momento, y de sus titulares. Muchas han sido lacerantes con otras mujeres, violentándolas con las viejas prácticas machistas, sin congruencia sorora.

10-  El Legislativo mostró sus intereses, en los que no necesariamente está incluida la lucha feminista.

11-  Lo complejo se vendrá para el propio Ejecutivo, que tendrá que mostrar a la ciudadanía que la desaparición del IMM tuvo mayor fin de bien común; y que el rumor de que la apropiación de la agenda de género tiene el objetivo de contar con más recursos para la cooptación de mujeres votantes.

12- Que esta gran pérdida nos sirva de inspiración para reconsiderar nuestras acciones, formas de mostrar nuestro liderazgo, y maneras de consolidar nuestras redes de apoyo entre mujeres, como para que se hubiera logrado convencer a la gobernadora de que valía la pena conservar una institución semejante, que de muchas maneras la benefició a ella misma; y que valía la pena hacer una reingeniería de fondo, para limpiar su imagen.

·         post it

Se cumplieron los primeros seis meses del segundo periodo de José Luis Urióstegui como alcalde de Cuernavaca. Vienen cambios.

·         redes sociales

En el duelo de poder por los espacios de las mujeres, las más perjudicadas son las mujeres que más apoyo necesitan.

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