La identidad, Un proyecto de participación ciudadana
en opinión de Rodrigo Abelardo Botello Martín
En artículos anteriores he comentando ya el tema que me parece fundamental para poder tener un proyecto de nación bien cimentado: la reconstrucción de nuestra identidad. Asimismo, he señalado que en el estado de Morelos, en particular su capital Cuernavaca, está formada por un mosaico multicultural y multiétnico de personas que han llegado en muy diferentes épocas al estado, partiendo desde el momento en el que alcanzó la paz, es decir, al término de la Revolución Mexicana que fue cuando el estado regresó al régimen constitucional.
Los primeros grupos que llegan al estado fueron los que habían abandonado sus casas por la lucha armada y que emigraron en busca de seguridad y bienestar para sus familias. Al volver, después de dos décadas, los que salieron pequeños, regresaron siendo jóvenes y prácticamente habían olvidado lo que representaba su estado; otros, nacieron en ese tiempo fuera de Cuernavaca, y otros regresaron casados y con nuevos miembros de su familia. Así, es fácil imaginar que todo ese ir y venir de personas no ha favorecido el arraigo de un sentimiento de identidad estable y claro en la población de estas tierras.
Al prosperar la economía del estado con los negocios de oportunidad que pudieron generarse en esos tiempos postrevolucionarios, se atrajeron grupos de trabajadores e inversionistas que hicieron crecer la economía. Se insertaron a la economía del estado empresas tan emblemáticas como Textiles de Morelos, Cemento Moctezuma y el mismo ingenio de Zacatepec. Estas grandes firmas crearon importantes fuentes de empleo que atrajeron personas de toda la República interesadas en emplearse en ellas y en otras empresas asentadas aquí.
Desde luego los capitales y los recursos humanos fueron para bien del estado. Más adelante en los años 60´s se crea el ambicioso proyecto de CIVAC en tierras del ejido de Chamilpa en Jiutepec, donde ya se encontraba instalada la industria Química Mexama, que ya en ese tiempo por el número de trabajadores que tenía, entraba en el rango de la gran industria.
CIVAC fue un gran desarrollo proyectado con importantes avances tecnológicos en su infraestructura, cuenta inclusive con una planta de tratamiento de agua ECACIV. Este empuje generó un gran progreso que se multiplicó en la creación de escuelas técnicas para proporcionar a la misma industria una mano de obra calificada. En próximas participaciones hablaré del tema de la industrialización del estado, en qué momento se encuentra y qué ha pasado con su desarrollo.
Actualmente nuestro estado tiene una población de más de 1,900,000 habitantes, siendo uno de los estados más pequeños en territorio nacional. Comparado con Zacatecas por ejemplo, que tiene 1,500,000 habitantes. En el país tenemos una población relativa por kilómetro cuadrado de 64 personas; en Morelos, por su parte, contamos con 61 habitantes, pero la gran mayoría se ubican en los municipios conurbados con la capital del estado.
Este fenómeno de la migración en Morelos, ha generado una diversidad de intereses de grupos étnicos y sociales, a los que sería muy importante incluir en un sólo sentimiento de identidad, aunque respetando sus orígenes de nacimiento. Con la finalidad de dar sentido y llenar de significado el concepto de sentirnos morelenses.
Sabemos que alcanzar este ideal no es tarea fácil, aun con los nacidos aquí. Es un trabajo difícil porque al final lo que representa la identidad de las personas con todos los círculos de su vida es el compromiso. ¡Tarea nada fácil en nuestros días!
Por eso, deseamos que todos los que hoy viven en Morelos, hayan o no nacido en esta entidad, asuman el compromiso de ser verdaderamente morelenses, no sólo gozando de los derechos que esto supone y de los privilegios que algunos tienen; sino también las obligaciones que esto conlleva.
Sé que el camino es arduo y que en ocasiones el trayecto no es claro, pero lo que sí puedo afirmar sin temor a equivocarme, es que la fuerza, el entusiasmo, las propuestas, en una palabra, la participación, deberá venir de la sociedad misma que de manera organizada acoja y encabece este importante programa.
Rodrigo Abelardo Botello Martín