¿Sed de venganza?
En opinión de José Román
Quiero y trato de entender al Presidente y ponerme en sus zapatos cuando ejecuta actos de gobierno y en el caso de someter a consulta popular para enjuiciar a expresidentes, no lo entiendo, aunque solo lo justifico cuando razono que el fin es eminentemente político, pero no jurídico. Es decir, quiere que actos violatorios a la ley, sea el pueblo el juzgador o que en su caso que a los juzgadores primero le aprueben el proceso el pueblo y después proceder. Quiere un show, un acto circense donde entretener a las masas.
Pero si no se tratara de eso, entonces debo entender que es simple venganza con escarnio público. En lo político, quiere exhibirlos, sacar raja del coraje público contra la corrupción de gobiernos anteriores y exhibir las cabezas visibles, aunque no necesariamente probadamente culpables y con ese tema llegar si es posible al próximo acto político donde le es indispensable tener un asunto popular, pero no necesariamente legal para permanecer en la mente del electorado al momento de votar el año próximo. Eso evitaría voltear a ver y juzgar los actos de gobierno con los que llegaría Morena con sus candidatos de elección para diputados federales. Lo que está en juego es sumamente importante, es el poder y su control y se requiere un distractor que siga manteniendo en la mente del elector una necesidad aún insatisfecha de castigo a la corrupción que solo AMLO puede hacer.
Nadie, yo menos, está de acuerdo en que no se castigue a los que usando el poder se hacen de los recursos del pueblo, de ese dinero que se entrega a base de esfuerzos mediante el pago de los impuestos. Pero hay formas, hay modos y para eso tenemos la ley, no la ira, no el espectáculo sin pruebas y ahí es donde el presidente entra en el terreno movedizo del desquite por lo que se dice que hicieron, por los rumores de su enriquecimiento. En eso estamos de acuerdo, en el castigo, pero de acuerdo a la ley, no de acuerdo al capricho de un hombre, el que sea, que transitoriamente ostente el poder del pueblo. Si damos rienda suelta al castigo en base al hígado o en base al coraje y no en base al sustento, entonces estamos ante una venganza personal o social. Eso es buscar culpables por buscar o inventarlos, no necesariamente tenerlos.
Y no es sano. Siembra rencores y enaltece injusticias que podrían darse al calor del exceso. Tenemos que ser conscientes de que la ley está hecha para eso y es al pueblo al que le toca a través de sus legisladores hacer la ley. Es a los juzgadores, los jueces, los magistrados, los ministros de la corte en última instancia los encargados de interpretar la ley y de ordenar imponer el castigo, de sentenciar. No es ni puede ser juzgador el pueblo porque el pueblo no ha sido preparado para eso. No se tienen los elementos legales y menos aún los materiales para someterlos a juicio. Tampoco podemos inventar los elementos durante la marcha de unos procesos si queremos impartir justicia. Porque la justicia debe ser congruente con los actos violados o leyes transgredidas. Lo demás es venganza Jacobina, es la orca porque la multitud pide ahorcar al que cree que es culpable, no necesariamente probado que es culpable.
¿Para qué queremos la ley si vamos a consultar al pueblo su aplicación? Es un absurdo lo que pretende el Presidente. La ley se aplica, no se negocia. Cuando negocias la ley, la politizas y cuando la politizas la partidizas y finalmente cuando la partidisas, cometes por congruencias una injusticia.
Tiene razón cuando el magistrado Carlos Iván Arenas refiere que sin justicia no hay democracia. La democracia, como dice AMLO que somos y pretende que seamos mejor democracia, requiere de justicia y para tener justicia se requiere que los poderes tengan necesariamente contrapesos y los contrapesos válidos son en esencia, la razón y la prudencia...la libertad y la independencia de los juzgadores, amén del conocimiento.
Si le urge al Presidente imponer su voluntad por encima de la ley, entonces puede recurrir a un viejo truco que desde tiempos bíblicos Poncio Pilatos ejecutó y él practíca: gritó al pueblo lleno de judíos rencorosos que guardaban odios a Jesucristo y les preguntó a quién sacrificaban, si a un criminal o a Jesús. La sentencia ya estaba dictada de antemano porque preguntó a los que lo odiaban e hizo jueces a un pueblo con rencores y es ahí donde la justicia perdió, la humanidad perdió: AMLO PUEDE CONVOCAR UNA CONSULTA POPULAR PATITO, de esas que acostumbra hacer con son sus seguidores y obtener una condena y decir, lavándose las manos, que el pueblo decidió y él, obedece.
¿Por qué no simplemente hace su denuncia, acredita sus pruebas de corrupción y procesa a los expresidentes? A mi nada me gustaría más que ver procesados a los culpables. Nada lo impide, excepto que no tendría el show que busca y que necesita para lavarse las manos y decir que el pueblo ordena…y él, obedece.