Repaso - ¿Y SI REGRESA EL OSCURANTISMO AL SNTE?

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - ¿Y SI REGRESA EL OSCURANTISMO AL SNTE?

Si retornara Elba Esther Gordillo Morales o sus más cercanos compinches a regentear el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sus miles de afiliados estarían, nuevamente, frente a una etapa de oscurantismo humillante. ¿Los trabajadores de la educación en Morelos ubican bien a bien cuáles personajes o grupos en la actualidad mantienen sus vínculos y subordinación con la maestra chiapaneca, particularmente en estos tiempos de inminente relevo seccional?

Claro, discreparán de la apreciación anterior, quienes también aspiran a recuperar posiciones relevantes en el SNTE o, para nuestro caso, en la Sección 19, bajo el manido argumento de “renovar” al sindicato. Con sólo enterarnos quiénes andan por allí “defendiendo” la vuelta hegemónica de “Doña Perpetua”, como algunos la motejan, fácilmente inferiríamos cuáles son sus pretensiones y, claro, cuál su viscoso palmarés sindical.

Sin embargo, somos muchos a quienes difícilmente nos convencerán de que con Gordillo Morales se viene a dignificar la lucha del magisterio, sólo porque aparentemente se “rebeló” en contra de Enrique Peña Nieto ante la nefasta reforma educativa que el ex presidente había impuesto, bajo un argumento harto entendible: “recuperar la rectoría del Estado”. Al buen entendedor pocas palabras. Simplemente estaban avisando a los jeques sindicales que ya no tendrían injerencia en asuntos que sólo correspondían al gobierno constituido.

Eso, desde luego, no garantizaba probidad ni pertinencia, porque los sesgos, las corrupciones, el uso del poder para fines particulares o de grupo, también fue y es deplorable cultura de los que han sido funcionarios educativos tanto a nivel federal como local. Nada de que sólo los representantes sindicales eran los aprovechados y únicamente ellos jalaban plazas y recursos para sí, para sus incondicionales y sus allegados. La corrupción eran todos.

Si tienen alguna duda sobre lo que sostengo anteriormente, sólo reflexionen acerca de cómo en las diversas administraciones del Instituto de la Educación Básica en Morelos (IEBEM), se incorporó a la nómina, para no dejarla ya, gente que llegó con los que en su momento dirigían los destinos de Morelos. Desde hace ya varios años, no sólo vemos sindicalistas históricos y encumbrados, con plazas de supervisores, jefes de enseñanza o de sector. También podemos encontrar en esos mismos puestos a quienes, por un golpe político coyuntural, se vieron dentro del sector educativo como engranes de la respectiva maquinaria oficial y, obvio, simpatizantes partidistas de la fuerza política predominante sexenio tras sexenio.

Por eso no creo que el regreso de Elba Esther tenga algo que ver con la honradez, la transparencia, la verdadera defensa de los agremiados, el paraíso prometido, la Meca. Mi opinión personal es que vendría por el poder, ella o sus corifeos, por el poder, solamente el poder y nada más que el poder. Así siempre fue. ¿Por qué tendría que cambiar? Como muchos ex reos, la prisión no la regeneró. ¿O alguien cree que, finalmente, si vuelve a apoltronarse en el sillón más importante del SNTE, transparentaría el manejo de los millones de pesos que se juntan con las cuotas sindicales?  Nada más que esté en posibilidades de dar y quitar, como lo hizo muchos años, con la connivencia de las autoridades correspondientes y en “sana” relación con los que mandan en gobierno, y verán que nuevamente firmará lo que le pongan enfrente, algo parecido al Compromiso Social por la Educación o a la Alianza por la Calidad Educativa, mamotretos con los cuales se obligó a los maestros a enseñar bajo los intereses y la óptica neoliberal dentro de un contexto económico de mercado antropófago.

Esa era su disposición para entrar en acuerdos con Peña Nieto, incluso desde que el priísta andaba en campaña. No debemos olvidar que, en fechas anteriores a su defenestración, la señora chiapaneca estaba muy modosita con el ex esposo de “La Gaviota”. Sólo hay que consultar la información de aquellos días para cerciorarnos de lo que aquí afirmo. Luego que Peña Nieto fue declarado presidente y ya entrado en funciones, Elba Esther anduvo flojita y cooperando con el mexiquense.

Pero algo sucedió y vino el rompimiento. Interpretando cómo se las gastan por esos laberínticos pasillos del poder, lo probable es que Peña Nieto o su gente se opuso al pago de cuotas, lo que significaría, como sucedió en otros sexenios, la posibilidad de que la maestra chiapaneca colocara en puestos estratégicos a gente suya.

Si regresa, personalmente o por las vías de alguno de sus cancerberos en el plano nacional o en el local, nada promisorio auguro.

  • De refilón

El asunto se complica, porque pareciera que, a los trabajadores de la educación, por lo menos en Morelos, se les cierran las alternativas, en tanto el descrédito o desgaste que acompañan a la actual dirigencia, afín al bloque cepedista que anda del chongo con la Gordillo.

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