REPASO - ¡VIVA ZAPATA, HIJOS DE MARÍA CRISTINA!

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

REPASO - ¡VIVA ZAPATA, HIJOS DE MARÍA CRISTINA!

Feminizar figuras masculinas para defender la igualdad de género, la equidad, la tolerancia, la diversidad, la inclusión, supone en parte, según mi particular punto de vista, el desconocimiento o la desvalorización de aquellos hombres y mujeres, quienes asumiendo con dignidad su homosexualidad o lesbianismo, han merecido por su talento el reconocimiento unánime dadas sus aportaciones al arte, a la cultura, a la ciencia, a la lucha social.

Hay, no tengo la menor duda, muchos que con esa orientación sexual son o podrían ser referentes paradigmáticos, no sólo para la comunidad lésbico – gay, sino para todos los miembros de la sociedad.

Ejemplos encuentro en demasía: el escritor irlandés Óscar Wilde, el poeta y cronista mexicano Salvador Novo, nuestro inmortal Carlos Monsivaís; el matemático, científico de la computación y filósofo Alan Turing; el grandioso pintor italiano Leonardo Da Vinci, el teórico social y filósofo francés Michael Foucault, la inmarchitable Frida Kahlo, la siempre recordable Chavela Vargas, quien, por otra parte y en otro asunto, acuñó una frase de antología: “un mexicano nace donde se le da la gana”, siendo ella de origen tico pero aquerenciada profundamente con este nuestro país.

Mención especial quiero hacer de Luis González de Alba, autor de la novela “Los días y las noches”. Participó en el Movimiento del 68. Siendo miembro del Consejo Nacional de Huelga, estuvo preso hasta 1971 en el antiguo Palacio Negro de Lecumberrí. Se le identifica como un personaje congruente en sus ideales. También ejerció el periodismo y fue un activo promotor del movimiento lésbico - gay en México. Su homosexualidad no estaba asociada a un rostro acicalado, ni a amaneramientos al expresarse. Él era lo que era y no necesitaba cambiar de imagen.

En fin, la lista sobre todo ello sería enorme y la admiración por estos personajes también.

¿Necesito “darle su lugar” a la inclusión, a la diversidad sexual, a la equidad, transformando a un personaje histórico masculino en “delicada” mujercita, de cuidada y tersa piel, además de tímida, como buscando la protección del macho y con zapatillas de puntiagudo tacón? Claro que no: prefiero seguir admirando a Salvador Novo con su inseparable bisoñé con el cual ocultaba su calvicie, a Carlos Monsiváis con sus espejuelos de siempre y sus gatos consentidos, a Frida Kahlo con sus cejas aparentemente sin depilar y su voluntad inquebrantable, y a Chavela Vargas con su puro en la boca y su tequila presto para enaltecer al espíritu.

No, para nada me identifico con el Zapata afeminado que tanta polémica ha desatado en estos días. Dejo para otros, respetando su libre albedrío, las coincidencias y simpatías que le tengan. En última instancia, si en algún momento esperara ver a un Zapata mujer, me lo imaginaría en las labores del campo, en las luchas por una sociedad mejor, en las marchas solidarias, en el grito reivindicador, en el overol que varias visten para despachar la gasolina o en el mandil que usan otras muchas más en su cotidiano hacer.

Yo prefiero al Emiliano con porte claramente masculino, con el cuidado bigote que le caracterizaba, con su mirada penetrante y enigmática, con su vestimenta de charro y su dominio del caballo que montaba. Yo prefiero, desde luego, al inmortal hombre de Anenecuilco, firme en sus convicciones, honrado a carta cabal, intransigente ante los claudicantes y traidores. Si por ello me llaman homófobo y machista, que me apunten en la lista, como diría ya saben quién cada vez que lo tildan de populista por los programas sociales que impulsa en todo el país.

Así pues, ¡Viva Zapata, hijos de María Cristina! (María Cristina es el título de un alegrísimo son cubano y lo anoté en el título de mi columna sólo para rebosar de ánimo y del entendimiento que debe darse entre el hombre y la mujer. La letra de la canción es muy simpática: “María Cristina me quiere gobernar y yo le sigo, le sigo la corriente, porque no quiero que diga la gente que María Cristina me quiere gobernar…” De lujo la interpretan los integrantes de la Vieja Trova Cubana).

  • ¿Y el gobierno del estado? ¿Y las instituciones educativas?

Sin descalificar el cuadro al que me he referido, del que muchos hablan y otros tantos olvidarán en breve tiempo, creo que el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Turismo y Cultura e incluso de las diversas instituciones educativas, principalmente del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos, deberían preparar un cierre espectacular del Centenario luctuoso de Emiliano Zapata, ponderando sus méritos revolucionarios, su afán libertario, sus compromisos sociales.

Más que hablar mal del otro, debemos valorar una y otra vez lo que para los mexicanos y los morelenses en particular representa el Caudillo del Sur. Somos muchos, muchísimos muchos más, los que le tenemos en nuestra conciencia como un personaje más allá de irrelevancias e intrascendencias.

E mail: profechon@hotmail.com.