Recuperan ejidatarios de Yaute las 26 hectáreas puestas en litigio
Cuautla, Mor.- Luego de 6 años de constante litigio finalmente el Tribunal Unitario Agrario dio la razón al ejido de San Carlos, municipio de Yautepec, para devolverles 26 hectáreas del campo del Cerro de la Iglesia Vieja, que pretendía apropiarse la empresa de Construcciones S.A. de C.V. propiedad de Wilfrido Tovar Ángeles. Desde el pasado año 2015 el empresario, demandó ante el Registro Público de la Propiedad de Morelos, la posesión de las 26 hectáreas.
Tovar Ángeles finalmente no pudo quedarse con los terrenos que pretendían hacer de su propiedad mediante chicanadas jurídicas orquestadas con algunos comisariados ejidales, denunció quien fue el más fuerte promotor para recuperar las tierras, Gilberto Ávila Torres. A pesar de que hace unas semanas dejó de ser presidente del comisariado ejidal del ejido de San Carlos, municipio de Yautepec, el líder campesino no dejó que el caso se perdiera en tribunales.
Desde el 7 de diciembre de 2015, con el número de expediente 394/2015, se decretó una medida precautoria la cual indica que ya no puede sacar material, por lo que ha incumplido y se encuentra en desacato ante el Tribunal. El órgano colegiado ordenó a la empresa Watt Construcciones S.A. de C.V. el retiro de la maquinaria de la zona conocida como el “Cerro de la Iglesia Vieja”, esto luego que desde 1992 se estableció para hacer la explotación de roca caliza.
“El contrato de compra-venta celebrado el 10 de diciembre de 1992 entre el ciudadano Jorge Alfonso Cervantes Araiza y el propietario de la empresa, Wilfrido Tovar Ángeles, ratificado en 2015 ante la Dirección de Certificación del Instituto de Servicios Registrales y Catastrales de Morelos fue para los ejidatarios un contrato leonino”, declaró.
Se espera que una vez que concluya el retiro de maquinaria para que un actuario del Tribunal Unitario Agrario de nuevamente posesión de estos terrenos a los ejidatarios de San Carlos, que son más de 26 hectáreas del “Cerro de la Iglesia Vieja” que se encontraba en juicio con el dueño de la empresa constructora.
Reveló que al final ellos demostraron que tenían la razón, que su lucha fue legal, porque son los legítimos dueños de las 26 hectáreas que conforman el Cerro de la Iglesia Vieja, y que Tovar Ángeles mañosamente pretendió apropiarse, mediante triquiñuelas legaloides, hasta que al final ya no pudo hacer nada más.