Observador político - María y Amalia Hernández, convertidas en luchadoras sociales
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Oliver Wenceslao, comerciante de Cuautla fue secuestrado y asesinado por la delincuencia en el año del 2013, después sepultado ilegalmente junto a otros cuerpos en estas fosas de Tetelcingo, en Cuautla. A partir de ahí, María Concepción y Amalia Hernández Hernández, madre y hermana iniciaron un peregrinar sin importar el calvario que vivieron para primero, recuperar el cuerpo de su hijo en diciembre de 2014 y posteriormente, iniciar una lucha desigual jurídica y social para lograr que las fosas fueran reabiertas para identificar a los cadáveres y darles cristiana sepultura.
DOS GRANDES GUERRERAS.- por lo tanto, las fosas de Tetelcingo y gran parte del país no se pueden concebir sin la participación de las hermanas María Concepción y Amalia Hernández, quienes se enfrentaron al gobierno del perredista Graco Luis Ramírez Garrido Abreu y todo el sistema de impunidad para poder localizar aunque fuera muerto a su familiar para honrarlo y trasladarlo a un panteón digno después de todo de todo el proceso de inhumación que exigieron se realizará para identificar no solo a su pariente sino a las demás personas que por distintas razones fueron asesinadas y colocadas en ese lugar inhumano y con la incertidumbre de no saber quiénes eran para trasladarlos con sus respectivas familias que seguramente los siguen buscando…
Las hermanas Hernández se convirtieron en la voz de las personas desaparecidas del estado y del país, al igual que otras mujeres con miedo, sin comer, sin dinero, con muchas preocupaciones y dejando de trabajar decidieron acudir en su momento al oriente de Morelos para transformarse y colocarse un traje blanco e iniciar las diligencias en las fosas de dónde sacaron decenas de cuerpos.
Lo que hicieron las hermanas María Concepción y Amalia es digno de reconocer, hicieron un trabajo inmenso y prácticamente imposible al tener todas las carencias y enfrentarse a un gobierno insensato e insensible como lo fue el de Graco Ramírez, que trató de ocultar decenas de muertos que fueron depositados en fosas clandestinas y que gracias a este par de mujeres con el respaldo de colectivos y de la otras féminas lograron lo inimaginable por el amor a su familiar.
Hay que recordar que de acuerdo a la información de la Comisión de Nacional de Búsqueda, en 10 municipios de Morelos es donde se ha registrado el mayor número de casos de personas desaparecidas como son: Cuernavaca con 538 localizadas y 645 no localizadas; Jiutepec con 226 localizadas y 279 no localizadas; Temixco con 204 personas localizadas y 181 no localizadas.
Quizá por eso, con justa y legítima razón exigieron se frenara la Ley de Búsqueda de Personas Desaparecidas en el Estado de Morelos como lo pretendió el diputado del PAN, Ángel Adame Jiménez por el simple hecho de que no fueron tomadas en cuenta ni ellas ni muchos otros colectivos, aunque algunos más si se les consideró de forma oportuna.
Es decir, el simple hecho de no haber socializado la iniciativa con los verdaderos actores y luchadores sociales que han recorrido durante años este espinoso camino muestran la falta de conciencia y compromiso real del legislador Ángel Adame Jiménez, quien recientemente reconoció su error y por tanto, adelantó que se realizarán mesas de trabajo y foros para tener la mayor participación de ciudadanos y fortalecer la propuesta que se entregará en el siguiente periodo ordinario de sesiones del Congreso.
EXIGENCIAS DE LA LEY.- Han sido ya varios años los que diversos colectivos participaron para que en México se tenga una Ley de Búsqueda de Personas Desaparecidas sobre todo, por lo lastimoso y triste que representa el no saber del paradero de nuestros seres queridos.
En el país se creó la Ley de desaparición forzada el 17 de noviembre del año 2017 y se publicó la Ley general en materia de desaparición forzada de personas, desaparición cometida por particulares y del sistema nacional de búsqueda de personas, para establecer la distribución de competencias y la forma de coordinación entre las autoridades de los diferentes niveles de gobierno.
Hoy en día, cuando este mal no disminuye sino por el contrario aumenta de manera alarmante, es la Comisión Nacional de Búsqueda, órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación la que determina, ejecuta y da seguimiento a las acciones de búsqueda de personas desaparecidas y no Localizadas en todo el territorio nacional. Lo que se pretende en Morelos es prácticamente una copia al carbón de esta que ya está vigente.
De acuerdo a los datos de las autoridades federales, los hombres suelen desaparecer con mayor frecuencia que las mujeres, pues por lo general cada año los varones representan poco más del 50% de todos los casos de desaparición. Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre ambos sexos como es la edad.
Los registros de los colectivos dan a conocer que se contabilizaba a cerca de 100 mil personas desaparecidas y no localizadas. Y es que, a finales de noviembre de 2021 al mes de abril del 2022 desaparecieron tres mil 804, es decir, un promedio de 28 personas diarias. Mientras que las estadísticas señalan que 14 mujeres son las que desaparecen prácticamente cada día en México. De ahí la preocupación de las familias que exigen su pronta aparición.
HISTORIAS DESGARRADORAS.- El ex comisionado nacional de búsqueda de personas en México tuvo la tarea de crear una base de datos confiables, pero dio la información de 49 mil víctimas a la empresa ADN México, que la usó para venderla a las familias de decenas de familias de personas desaparecidas.
El portal digital Prodh, especializado en este tema da cuenta de manera puntual de los artículos, desapariciones e historias de lucha como por ejemplo, de “La justicia que muerde a las mujeres”, “Vas perdiendo todo”, “No quiero este México para mis nietos”, Doblemente abandonadas”, “La responsabilidad del estado” y en las que relata que, “en una esquina estaban los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la represión, en la otra, los familiares de militares muertos o sobrevivientes a atrocidades cometidas por ellos mismos, como la masacre del 68, o a enfrentamientos con la guerrilla. En la ceremonia inaugural de la Comisión de la Verdad, ocurrida en el campo militar donde se operaron las torturas y desapariciones forzadas de personas, se anunció la agenda de investigación de crímenes del pasado”.
O el caso de El Penal de Piedras Negras y la oportunidad para conocer la verdad que escribe el periodista Raúl A. González Pelayo, quien precisa que durante más de ocho años en el norte de Coahuila el grupo criminal de los Zetas instauró un control total del territorio. “A vista y con la colusión de autoridades, controlaron algunas dependencias estatales y negocios privados por medio de la corrupción y el expolio. Como lo señala un exintegrante de dicho grupo: “Coahuila era un paraíso porque no sólo tenían todo bajo control, sino que, a su vez, había nulo conflicto, nula violencia”.
Y así como estas, miles de historias tristes, negras y de mucho dolor por el que han pasado familias enteras al no saber dónde están sus seres queridos que por diversas circunstancias desaparecieron de este México sangriento.
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