Punto Kairo - Normalismo y sociedad del conocimiento
En opinión de Juan Salvador Nambo
No es mínimo el reto que enfrenta la sección 19 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ahora que se renueva su dirigencia. Joel Sánchez Vélez tendrá que cumplir con diversas demandas ofrecidas al magisterio morelense, como aquella referente al apostar por innovaciones educativas, sociales y tecnológicas en todas las áreas de la educación en la entidad.
El aprendizaje dejado por la pandemia es que las tecnologías llegaron para quedarse. Es apremiante que los docentes formadores de docentes y más aquellos que están en escuelas rurales tengan las herramientas necesarias para que, al menos, pueda tenerse una buena conectividad, acceso a tecnología y capacitaciones pertinentes. Se ha insistido hasta el cansancio que estamos en una sociedad del conocimiento que demanda nuevos saberes en la docencia . Ahora bien ¿Qué tanto es el compromiso de nuestros nuevos dirigentes magisteriales?
Las Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento (TAC) incursionaron de forma inevitable y vertiginosa en los últimos dos años. Ahora los profesores normalistas y universitarios que han decidido incursionar en el sector educativo, tendrán que apostar por estrategias didácticas que estimulen el aprender a aprender, afirma el profesor Jorge Galván Arellano, quien recientemente presentó su tesis de doctorado titulada “Las TAC como herramientas para la gestión del conocimiento en estudiantes
del tercer semestre de la escuela normal rural Gral. Emiliano Zapata”.
En este sentido destaca que los nativos digitales dominan efectivamente las tecnologías, pero desconocen totalmente como las pueden utilizar para generar y gestionar conocimientos, por lo que es evidente que requiere de la ayuda del docente de nivel superior para promover en ellas estrategias de aprendizaje debidamente diseñadas para poder lograrlo. Una solución es “generar un ambiente propicio donde las alumnas (se refiere a las normalistas de Amilcingo) reconozcan las TAC como una ventana de posibilidades para aprender, encuentren un significado a la gestión del conocimiento, con libertad de comunicar y de pensamiento”, afirma.
El contexto educativo en el que Jorge Galván llevó a cabo su investigación muestra una evidente brecha digital que afecta no sólo a las estudiantes normalistas de dicha institución sino a todas las escuelas normales rurales de México.
Recordemos que uno de los requisitos para ingresar a una escuela normal consiste en ser hijas o hijos de padres campesinos y poseer un nivel socioeconómico de bajos recursos y, por lo tanto, la mayoría carece de dispositivos tecnológicos como: tablets, laptops, computadoras de escritorio e incluso dispositivos móviles.
En este sentido, apuntala que el docente es capaz de diseñar procesos pedagógicos de calidad en favor de las estudiantes normalistas siempre y cuando posea dominio básico de las TIC, noción acerca de los recursos digitales y plataformas virtuales que se encuentran en la red para interactuar de manera efectiva, como fue el caso de Goggle Classroom y Google Sites.
De esta manera las estudiantes de manera consciente seleccionan, organizan, manipulan, comunican y evalúan la información que necesitan, alcanzando a la vez convertir su conocimiento tácito en explicito, característica importante de la Gestión del Conocimiento.
“Uno de los procesos que observe más comprometido fue lograr las etapas del modelo SECI propuesto por Tiwana (2014) en el sentido de que en el proceso de la exteriorización las estudiantes eran muy discretas con la información a compartir, pero las etapas se llevaron a cabo. Para terminar este punto, considero que el camino para lograr la adaptación de las TAC en los procesos de aprendizajes y gestión de conocimiento debe ir estableciéndose paso a paso, implementándola en las actividades diarias del quehacer escolar. Partí desde una mirada inductiva, logré que ellas reflexionarán como sacar mayor provecho de las TAC”, afirma.
Cuando el estudiante es consciente de que puede gestionar la información de manera individual, origina la apropiación de procedimientos que le permiten adquirir conocimientos, encuentra las técnicas nuevas para aprender, apoyándose en las TAC en el momento que ella lo decide y en el tiempo necesario. Algo de lo que un formador de formadores debería de estar consciente al enseñar y promover la enseñanza con las nuevas tecnologías.
Por ultimo y sin entrar en debate, manifiesta el académico, se han llevado a cabo algunos foros entre docentes normalistas a nivel nacional con motivo de los desafíos de la pandemia y las propuestas son las mismas: “primero la pedagogía y luego la tecnología”, si bien es cierto que las TIC, TAC y TEP son herramientas tecnológicas para generar y gestionar el conocimiento, la creatividad y la didáctica es obra de los docentes, “piezas clave” para lograr el éxito en este nuevo modelo educativo, ya que los alumnos no se forman solos.
“A través de mi experiencia en las aulas, aunque se cuente con los mejores equipos y el mejor servicio de internet, no sirve de nada si el alumno no tiene la noción para generar conocimiento y gestionarlo de manera autónoma, se ha cambiado el espacio físico por el espacio digital, la pandemia ofrece un marco educativo para renovarse”, agregó.
El rol del docente ha cambiado, debemos autoevaluar la práctica, en contraparte, los y las estudiantes requieren de la interacción con el maestro, el magisterio está haciendo todo lo que está dentro de sus posibilidades para lograr asegurar la educación en las escuelas, aunque se enfrente a frustraciones y desafíos que implican aprender sobre la marcha, en este inmenso ecosistema de tecnologías y aplicaciones digitales.
Es innegable que la tecnología avanza a pasos agigantados, como lo mencionan diversos teóricos y la escuela como agente transformador en la sociedad, no puede hacerse a un costado, la escuela no ha evolucionado, desde siglos atrás no lo ha logrado, en los últimos 50 años, se han integrado a la educación diversas herramientas en la metodología de enseñanza-aprendizaje (el televisor, la radiograbadora, las computadoras, las pizarras digitales, los videoproyectores, la internet, latops, tablets, recientemente los dispositivos móviles o teléfonos celulares) y la escuela sigue igual.
“Tal parece que nos hemos detenido en el tiempo, debemos tener compromiso y disposición para innovar en la educación superior y aprovechar todos los beneficios que las tecnologías ofrecen o quedarnos suspendidos en una utopía educativa que al parecer da resultado solo en la imaginaria política y social”, finalizó.