Juego de Manos - Renovación universitaria

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Renovación universitaria

Hace 94 años, nacía una institución que marcaría un hito en la historia educativa y cultural de México: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Con cada aniversario que pasa, esta alma mater se fortalece, manteniendo sus valores y principios, y enfrentando con valentía los retos que el horizonte le presenta. Asimismo, la semana pasada se cumplió un nuevo aniversario de la autonomía universitaria, una característica que ha hecho posible la evolución permanente de esta casa de estudios. 

La autonomía de la UNAM es un pilar fundamental que ha permitido forjar una identidad única y una libertad académica sin igual. Desde su instauración el 22 de septiembre de 1929, la UNAM ha sido un bastión de pensamiento crítico y libertad de expresión. Sus estudiantes, docentes y personal administrativo han disfrutado de un espacio donde las ideas fluyen y donde se busca siempre la excelencia educativa sin distorsiones políticas o presiones externas. 

El estudiantado de la UNAM, diverso y participativo, representa el corazón palpitante de esta institución. Jóvenes de todas las regiones del país y, a su vez, del extranjero; se reúnen para formarse como ciudadanos comprometidos con el bienestar de la sociedad. La UNAM ha sido la cuna de líderes, científicos, artistas, pensadores y profesionales que han dejado una huella imborrable en la historia de México y el mundo.  

Ahora bien, uno de los principales retos es mantener y fortalecer la autonomía institucional en un contexto cambiante y complejo. Las universidades autónomas han sido constantemente puestas a prueba, y la UNAM no es la excepción. Presiones políticas, económicas y sociales pueden amenazar su independencia y, por ende, la calidad y pertinencia de la educación que ofrece. 

Asimismo, en un mundo globalizado y altamente competitivo, la UNAM se enfrenta a la necesidad de adaptarse y actualizar sus programas académicos para seguir formando profesionales altamente capacitados y preparados para enfrentar los retos del siglo XXI. La tecnología, la inteligencia artificial y la revolución digital presentan oportunidades y desafíos que deben abordarse con agilidad y visión estratégica. De igual manera, el complemento del estudio empírico actualizado con la enseñanza teórica vigente son elementos que deben componer la dinámica del aprendizaje universitario. 

Otro reto fundamental es garantizar la inclusión y equidad dentro de la comunidad universitaria. La UNAM debe seguir siendo un espacio de encuentro, respeto y diversidad, donde todas las voces sean escuchadas y se promueva la igualdad de oportunidades. Erradicar la violencia de género y promover la inclusión de personas con discapacidad son desafíos impostergables en este camino hacia una sociedad más justa y humana. 

Para hacer frente a estos desafíos, es fundamental la colaboración entre la comunidad universitaria y las autoridades. El diálogo abierto y constructivo entre estudiantes, docentes y autoridades permitirá encontrar soluciones conjuntas y trazar una ruta sólida hacia el futuro. La UNAM ha demostrado a lo largo de su historia que la unidad es su mayor fortaleza. Más aún, con el proceso de renovación de la rectoría en puerta.  

Con estos 94 años, es importante reconocer la importancia de la autonomía de las universidades a lo largo y ancho del país, que impulsan la libertad y pluralidad de pensamiento, la creatividad y la competencia a futuro, en favor del desarrollo y la prosperidad del país. ¡Enhorabuena! 

  

El proceso 

  

Hablando de la UNAM, en noviembre de este año concluye el segundo periodo de Enrique Graue como rector de la universidad de la nación y, a partir de ello, se llevará a cabo la renocavión de la rectoría. Los nombres que suenan como posibles aspirantes a este puesto son: Rosaura Ruiz Gutiérrez, Raúl Contreras Bustamante, John Ackerman, Patricia Dolores Dávila Aranda y Leonardo Lomelí Venegas. 

La convocatoria para la elección del Rector es emitida por la Junta de Gobierno, integrada por 15 representantes de diferentes sectores universitarios, quienes son designados por el Consejo Universitario. Una vez propuestos los candidatos, se inicia un proceso de diálogo y consulta con la comunidad universitaria. Los estudiantes, académicos, trabajadores y personal administrativo tienen la oportunidad de expresar sus opiniones y hacer preguntas a los aspirantes.  

Finalmente, la Junta de Gobierno vota de manera secreta y nombra al nuevo Rector de la UNAM (con más 10 votos), quien asumirá el cargo por un periodo de cuatro años. Es importante resaltar que el Rector no es un líder absoluto, sino que debe trabajar de manera colegiada y escuchar las diversas voces de la comunidad universitaria para tomar decisiones acertadas que beneficien a la institución en su conjunto.  

Ahora bien, la importancia de esta figura trasciende a la misma universidad. Brevemente, en cifras, la universidad de la nación representa 42,190 académicos (en 2023), 373,340 alumnos en el ciclo escolar 2022-2023 y un presupuesto de 52,728 millones de pesos (en 2023). Es decir, el bono presupuestal y político que representa esta institución no es cosa menor. 

Finalmente, la casa de estudios es concebida como un simulacro de la situación nacional, dada la pluralidad de perfiles en su interior. Ha sido cuna de importantes líderes nacionales y movimientos que han alcanzado los lubros de historia. En ese sentido, hay que estar pendientes de este proceso que, al interior y exterior de la Universidad Nacional, tendrá efectos importantes. 

  

Por cierto 

 

El rumor de Noroña como corcholata para Morelos duró poco, afortunadamente. 

 

El tiempo corre a pasos agigantados: 

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