Juego de Manos - Reflexiones del fin de año
En opinión de Diego Pacheco
En lo que parece haber sido un abrir y cerrar de ojos, hemos llegado a la recta final de este 2024. A una quincena de despedirnos de este ciclo, para arrancar inmediatamente uno nuevo, es un buen momento para mirar atrás y reflexionar sobre los retos enfrentados y superados, las lecciones aprendidas y el camino recorrido hasta el día de hoy. Sin perder de vista el camino por delante, mirar hacia los aprendizajes del pasado, que nos forman e impulsan para alcanzar nuestras metas, es un ejercicio necesario.
Este es un compilado de esas reflexiones alcanzadas en esta vuelta al sol por quien hoy escribe este texto y que, caída tras caída, aprende a vivir. Espero que, en este último escrito del año, me perdones el egoísmo y me acompañes en esta reflexión ajena a la política y a los villanos que caracterizan este Juego de Manos. Auguro una colección desordenada, en el margen de lo prudente, de pensamientos. Cómo es costumbre, vamos por partes.
• En la vida, y más aún en el aspecto social de la vida, el cambio es inevitable. Lo observamos a lo largo de este sexenio a nivel político, con el ascenso de la derecha en Latinoamérica, la llegada de los demócratas (y su salida, también) en los Estados Unidos o, a nivel local, con el crecimiento de Morena a nivel nacional, pero su caída también en algunos estados, en Morelos, por ejemplo, en las presidencias municipales.
• Y es que las personas somos entes en evolución permanente, los cambios nunca se detienen porque nuestro entorno también se modifica sin cesar. Así, el trabajo de mejorar uno mismo nunca termina. Esto lo podemos entender como desafiante y tedioso, o como emocionante y lleno de oportunidades. Esta perspectiva hace toda la diferencia.
• La clave de la felicidad está en la economía del placer, es decir, en entender cuando hemos tenido suficiente, sin la necesidad de eliminar por completo algún placer en nuestra vida. No se trata de cortar conductas de tajo —como el comer comida deliciosa y no-tan-nutritiva— sino de regularlas y aprender cuando hemos gozado suficiente y es tiempo de detenerse.
• La gratitud es una actitud invaluable, y desde la cual parten muchas de las virtudes y placeres en la vida. Hay que saber dar y hay que saber recibir. Asimismo, en esta vida, caminar acompañados —ya sea de amistades, de la familia, de parejas o aliados— siempre hará de la caídas menos contundentes, del levantarse más sencillo y, en general, del camino más agradable. Este es un privilegio al que, con ánimos de sonar fifí, todas y todos debemos aspirar.
• La clave del éxito está en la resiliencia. Las adversidades llegan, siempre, lo importante está en saber hacerles frente, reconocer las capacidades para hacerlo y, también, enfrentarlos con inteligencias. Está bien tomarse un descanso, y está bien lamentar las heridas; pero al final, como andando en bicicleta, no podemos detenernos.
• El autocontrol es un ejercicio personal muy desafiante, pero cuya recompensa es aún mayor. Se trata de paciencia, de perseverancia y de claridad sobre donde se está y a dónde se quiere llegar. Hay que trabajar en ello, siempre.
• Cada cabeza es un mundo y, por ello, cada problema es válido y debe dimensionarse como tal. Es un error comparar los logros y desafíos propios con los ajenos. Hay que tener empatía con las demás personas, pues es a través de esta empatía que crecemos como personas y nuestra perspectiva se abre.
• Lo material siempre estará subordinado a lo personal. Los desafíos laborales y económicos siempre pesarán menos que aquellos que involucran al círculo cercano y a los sentimientos. Así, a pesar de la magnitud de un reto en el bolsillo, siempre será mejor que aquellos que involucran al corazón. Eso también tiene que agradecerse.
• Hablando de sentimientos, hay que prestar atención a nuestra salud mental y, así, darle el seguimiento correspondiente. La salud mental es tan importante como la salud física, y las visitas con una persona especialista no deben verse con ojos que juzgan, sino que debe entenderse como una actividad tan cotidiana como ir al dentista.
• Poner límites es importante, y refleja el amor que tenemos por nosotros. Poner un altosobre actitudes o acciones que nos hacen daño es fundamental para cuidar de nosotros mismos. Es completamente válido y, lamentablemente, poco utilizado por temor a ser mal visto. Hay que aplicarlo con orgullo, firmeza y cariño.
• Nunca es tarde para comenzar de nuevo. La vida se trata de equilibrar la prudencia con los riesgos. Las puertas se abren y se cierran, los tiempos son clave para poder aprovechar las oportunidades. Hay que enfrentar la vida con valentía, con asertividad y con optimismo.
Un día a la vez, es la frase de este año. La paciencia, su reto insignia.
Por cierto
Con esta columna concluimos un ciclo más en El Regional del Sur. Como todos los años, este ha estado lleno de información, de enseñanzas, de retos y oportunidades. Ha sido un ciclo interesante para la vida nacional y para la vida local. Cerramos con esperanza de que el próximo año sea mejor para todas y para todos.
Gracias por la lectura, la atención, los zapes y los apapachos. Este camino lo recorrimos juntos y, confío, que seguiremos creciendo en paralelo. Este no es un adiós, sino un hasta pronto. Que el prestigio de la palabra escrita te acompañe y que el próximo año esté lleno de más desafíos, más conquistas y mucha alegría. Te envío un sincero abrazo desde la distancia.
Nos saludamos el próximo año: