Juego de Manos - Noticia nacional

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Noticia nacional

El 12 de julio fue un día atípico. Por primera vez en la historia, la Ley Olimpia, constituida a partir de los altos índices de violencia de género digital a nivel nacional, actuó en favor de un hombre quien fue víctima de violencia sexual en la arena digital por parte de su pareja. La historia de desarrolla en Coahuila y tiene más de una lección para aprehender.

El caso comienza con el proceso de divorcio de Diego Esteban y Yessica, en 2021, una relación que, de acuerdo con la información disponible al momento en que se escribe esta columna, se puede intuir como tóxica. Yessica exigió a Diego que cambiara de religión, desbloqueara los equipos electrónicos —para su libre uso— y que le diera acceso a todos sus recibos de nómina; por su parte, Diego abogó por la custodia de sus 3 hijas bajo el argumento de presunción de maltrato. Es a partir de esta contienda legal que ella lo amenaza y procede a publicar contenido íntimo de él a través de redes sociales, acto que está penado por la Ley Olimpia.

Hasta el momento en que se escribe este texto, se han establecido dos medidas para Yessica: la prohibición de realizar publicaciones en Facebook y la prohibición de comunicarse con su expareja. El desenlace de este relato lo podremos conocer en septiembre, cuando concluya el proceso de investigación por el presunto delito de violencia a la intimidad sexual.

Ahora, que ello no implica una satanización de las mujeres o el descubrimiento de un fenómeno nuevo. Aunque, en mayor medida, se ha visibilizado la violencia a la intimidad sexual en arenas digitales en contra de las mujeres, la realidad es que (aunque mediáticamente en menor medida) estas acciones también existen en sentido contrario, lo que es igualmente preocupante y debe atenderse.

El alcance mediático de la violencia de género en contra de las mujeres en el país —que cumple el propósito fundamental de visibilizar las violencias que habían sido adoptadas como normales e inocentes dentro de nuestro sistema de valores colectivo— ha hecho que se asocien este tipo de violencias como ejercidas exclusivamente por hombres hacia mujeres, lo que, en consecuencia, da una falsa sensación de que, al descubrir comportamientos machistas o violencias que provienen desde la mujer, se comprueba que “ellas también son machistas” e, inclusive, “son quienes reproducen e sistema machista”.

En este sentido, vale la pena señalar que la primera afirmación es completamente acertada. Las mujeres, en efecto, pueden también ser machistas, finalmente, como los hombres, se han criado y han aprehendido el sistema de valores colectivo que produce y reproduce comportamientos e ideas machistas. Esto no debe ser una sorpresa, sino un proceso lógico sencillo.

Por otro lado, mientras que tradicionalmente se ha inculcado a las mujeres la tarea de crianza de la niñez, no debemos olvidar que estos roles son asignados y reproducidos por el propio sistema. En ese sentido, la necesidad de un cambio debe enfocarse en el sistema, lo que, en consecuencia, tendrá efectos en los roles asignados para cada género. De lo contrario, las demandas y exigencias serán como empujar una puerta que dice jale. Ese no es el camino.

Entonces, si bien esta noticia ha llamado la atención de la agenda nacional, el ideal al que debemos aspirar —en cuanto a atención para estos casos, más no en cuanto a un escenario utópico— sería el que la visibilidad y persecución de estos hechos se diera de manera equitativa, protegiendo a todas las víctimas de manera efectiva. Es importante el reconocimiento de que la cultura machista es universal e impacta, de diferente manera, a todas y a todos. Es sumamente improbable nacer o crecer ajeno a los impactos de este sistema. Será a partir de este reconocimiento que podamos avanzar hacia la ruta del cambio.

 

Premios de consolación

 

La carrera hacia el 2024 avanza a pasos veloces. Las llamadas corcholatas morenistas compiten por ser la mejor posicionada y hacerse de designación del partido. Así, poco a poco vamos viendo la presencia de los dos punteros del oficialismo —el Canciller, Marcelo Ebrard; y la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum — en la tierra de Zapata, a través de mensajes, pintas urbanas y acciones sociales. No pasará mucho antes de que, como cada 6 años, la contienda invada la imagen y la visibilidad de las y los ciudadanos.

Mientras tanto, quien continúa picando piedra (sin éxito) es el coordinador de senadoras y senadores morenistas, Ricardo Monreal, quien continúa posicionando/rapeando su opinión respecto a los próximos comicios, su deseo de participar como candidato presidencial cuatroteísta y su negación a recibir premios de consolación. Todo esto, frente a un público espectador conformado principalmente de grillos que, más por naturaleza que por voluntad, estridulan ante sus mensajes.

Queda en duda la conformación de la o las opciones opositoras, cuya suma determinará sus posibilidades de competencia. En este caso, juegan un papel importante tanto los partidos —que tienen la última palabra sobre la elección de candidaturas— como las y los candidatos —cuyo reconocimiento y preferencias juegan un papel esencial en las estrategias y negociaciones partidistas—. La moneda sigue en el aire, aunque el tiempo ha dejado de ser neutral. Es urgente para la oposición comenzar a aclarar un rumbo.

 

Por cierto

 

El proceso de elección de consejeros y consejeras de Morena moverá más el tablero político a nivel estatal. Es muy pronto para apuntar dedos hacia quien podría hacerse de la candidatura para ser el próximo gobernador o gobernadora de nuestro estado; no obstante, la renovación del partido a nivel local nos dará una idea de la situación actual del partido, sus cabezas y el rumbo en el que se dirige. Hay que estar atentos.

Eso sí, existen indicios y opiniones que señalan que quien se haga de la candidatura morenista para los próximos comicios estatales, tendrá la mayor posibilidad de encabezar el ejecutivo estatal. Por lo que concierne a la oposición, en concordancia con el escenario mayoritario nacional, la suma de fuerzas es la estrategia más efectiva para hacerle frente a Morena.

 

La marca pesa:

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