Inclusión Educativa en la UAEM - La condición bilingüe de la Lengua Escrita (II): UAEM

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - La condición bilingüe de la Lengua Escrita (II): UAEM

Decíamos que la Lengua es el idioma. Y que hay la versión hablada y la versión escrita de la Lengua. Porque la escritura de la lengua no es la misma lengua hablada traducida al código alfabético y ya. La escritura de la lengua tiene sus propias reglas y condiciones de materializarse. Se aprecia en la literatura. Pero es el ejemplo más sublime de la escritura. Hay condiciones más cotidianas que lo reflejan. Por ejemplo, decimos “guevo” pero escribimos huevo. Y así muchas expresiones idiomáticas, modismos regionales, etcétera.

 

En algún momento, Emilia Ferreiro, la investigadora piagetana de la Lengua Escrita, nos advierte que la escritura cumple una función conservadora de la Lengua. No de la lengua hablada, sino de la Lengua (con mayúscula) en abstracto. La materialidad de la Lengua es en sonidos de la lengua y en signos escritos, gráficos. Pero existe su condición en abstracto, en su lógica mental (otro grado de materialidad, que no tocaremos aquí). Bien, pues las Lenguas sin escritura, las Lenguas orales, siguen la dinámica de su vida comunitaria, en los hablantes o usuarios de ella. La memoria de la Lengua está en su comunidad y en la transmisión generacional. Se pierden rasgos y se ganan nuevos. Se va modificando, pero la misma Lengua entre dos comunidades de hablantes o más, que no tienen contacto continuo, esas modificaciones son a veces muy significativas. Se convierten en variantes dialectales de la misma Lengua. Puede ocurrir, que entre dichas comunidades lleguen a no entenderse, tratándose de la misma Lengua. Un ejemplo, es el Nahuatl de Cuentepec y el de Hueyapan, aquí en Morelos para no ir más lejos.

 

Pues Ferreiro dice para el caso del Castellano que lo hablamos todo Hispanoamérica (los países de América Latina, menos Brasil y Belice) junto con España, desde luego, nos entendemos porque hay una Lengua Escrita como referencia. Y la memoria de la Lengua está en su escritura, no sólo en la comunidad de hablantes. O los usuarios son los vivos y las generaciones que ya no están con nosotros, pero representadas básicamente en nuestra literatura. Le debemos a Miguel de Cervantes, no el idioma español, pero sí la conservación del corpus básico que nos permite entendernos como usuarios de dicha lengua. Como los ingleses se lo deben a William Shakespeare, en este mismo sentido.

 

Alguna vez, Gabriel García Márquez, frente al Rey de España en una ceremonia en Zacatecas, dijo que la ortografía debería desaparecer. Que se debería valer cualquier forma de escritura con tal de que lo entienda el otro y ya. Que desapareciera la Real Academia Española, que es la vigilante del idioma español. Era como igualar la escritura la habla. Hablamos como queremos, solo con la guía de que nos entendamos. Con esa libertad deberíamos escribir. Se hizo un silencio sepulcral, una vez concluyó su discurso el Premio Nobel. Nadie lo aceptó, cayeron al vacío sus palabras de escritor galardonado. Aunque si nos fijamos el Diccionario de la Real Academia es para regular cómo se dice, de ahí lo de “diccionario”. Pero en realidad, es para saber cómo se escribe. Las faltas más que de dicción son de ortografía

 

Si ocurriera lo que proponía García Márquez, no pasaría mucho tiempo en que ya no entendiéramos los libros escritos en el pasado y luego, ya no nos entendiéramos entre sí los hablantes del español. Como ocurre con las lenguas ágrafas.

 

Pasa lo mismo con las Lenguas de Señas de los Sordos. Muchos creen que es universal, que se pueden entender los Sordos de todo el mundo con la mismas Señas. Y no es así, cada país tiene su propia lengua de Señas. Porque existe la comunidad de usuarios que la mantiene y son los que se entienden. Ni siquiera en América Latina existe la misma Lengua de Señas. Chile, Argentina, Colombia, México, tienen cada cual su Lengua de Señas. El nuestro no es la Lengua de Señas Española o Castellana, esa es la de los Sordos de la Península Española, la nuestra es la Lengua de Señas Mexicana (LSM). Lo que ocurre es que no la LSM no tiene escritura. Sí hay diccionarios de Señas de Sordos, pero son muy contados. Y son con dibujos de las señas, a su vez. Podría haber una escritura, pero no se ha inventado. Lo más probable es que no sería una escritura alfabética. Podría ser más económica que la nuestra, sería una especie de taquigráfica (como la escritura que sabían las secretarias que tomaban dicado al vuelo de su jefe para transcribir a una carta o formal o comercial).

 

Como se puede apreciar hablar y escribir son dos Lenguas, para el Sordo y para el Hablante.

 

(Continuará)