Escala de Grises - ¿Quién les cuida?

El sábado 16 de julio, Luz Raquel Padilla Gutiérrez fue atacada en la colonia Arcos de Zapopan. La mujer de 35 años se encontraba a unas cuadras de su casa cuando fue agredida por un grupo de personas que se dieron a la fuga después de provocarle quemaduras en el 90% del cuerpo. A pesar de que Luz fue atendida en la Cruz Verde y en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, la integrante de la colectiva Yo Cuido México murió el 19 de julio.

Dos meses antes de ser emboscada en un parque vecinal, Luz denunció haber sido atacada con cloro industrial (lo que le ocasionó heridas en el tórax y en el seno izquierdo). El 16 de mayo, Padilla Gutiérrez solicitó ser parte del mecanismo Pulso de Vida, cuyo objetivo principal es brindar apoyo inmediato de la policía en caso de emergencia.

Su petición fue negada debido a que “las amenazas que recibía por parte de terceros no eran causa suficiente para ser beneficiaria”, según el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM). Como alternativa para visibilizar su caso, Luz Raquel, madre de un menor diagnosticado con autismo severo, hizo públicas las amenazas de muerte que ella y su hijo de 11 años recibían por parte de un vecino.

Además, informó sobre la violencia explícita por parte de sus vecinos, mismos que gritaban insultos a su hijo o colocaban obstáculos para que no pudiera subir de piso. ¿Los motivos? Discriminación por la discapacidad del niño e intolerancia por los momentos en los que Bruno gritaba o pateaba la pared durante sus crisis.

A pesar de sus constantes denuncias, las autoridades optaron por quedarse de brazos cruzados, situación que continuó hasta tres días después de ocurrido el ataque. No fue hasta el 19 de julio que elementos de la Fiscalía estatal acudieron a recuperar evidencias del crimen y, aunque Luz señaló a su vecino como responsable, las investigaciones contemplaron que el principal sospechoso era su expareja.

La Fiscalía del Estado tomó la decisión de abordar el delito como feminicidio, lo que representa un acierto… hasta cierto punto. La violencia de género es una de las cuestiones que pueden contemplarse en el caso de Luz; sin embargo, no es la única. También debe contemplarse la discriminación que ella y su hijo sufrían todos los días, así como las amenazas lesbofóbicas que recibía.

¿A qué me refiero con eso? A que sí es necesaria la perspectiva de género para abordar el caso, pero también deben contemplarse las diferentes violencias y problemas estructurales de los que Bruno y Luz fueron víctimas. No basta con asumir que la responsabilidad se encontrará entre sus vínculos sentimentales. Queda mucho más por analizar.

Al respecto, Juan José Frangie, presidente municipal de Zapopan, ofreció protección para Bruno y su abuela, la madre de Luz; así como atención médica integral, ayuda económica y atención jurídica. Por su parte, Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, negó que las autoridades fueran negligentes al momento de brindar atención a las denuncias de Luz.

Sin embargo, parece que el caso se ha llenado de complicaciones conforme pasan los días. A pesar de que las autoridades jaliscienses han afirmado que agotarán todas las líneas de investigación y procurado no revictimizar, parece que sus esfuerzos no han dado los resultados esperados.

Y es que, de acuerdo con el fiscal del estado, Luis Joaquín Méndez, hay testimonios que señalan la posibilidad de que Luz cometiera una autoagresión. ¿No le parece absurdo? “Que quede claro que no estoy haciendo ninguna conclusión”, aseguró. ¡Ah, bueno! Menos mal. Lo que no termina de quedarme claro (y quiero suponer que a usted tampoco) es por qué están contemplándose líneas de investigación que salen del perímetro evidente.

Tras los señalamientos por parte de colectivas y mujeres a nivel nacional, Juan José Frangie, en entrevista con W radio, negó que Luz hubiera solicitado el dispositivo de geolocalización como parte del mecanismo Pulso de Vida, declaración que contradice no solo lo dicho por la cuidadora, sino también las declaraciones de su círculo más cercano.

Del mismo modo, el presidente municipal de Zapopan confirmó que el [único] mecanismo de protección destinado para Bruno y su mamá fue una orden de restricción. Como si eso fuera suficiente, como si la ley fuera lo suficientemente efectiva para evitar delitos de tal magnitud, como si no hubiera medidas más efectivas para garantizar la integridad de las víctimas.

Lamentablemente, el caso de Luz no es el único en nuestro país. Madres y cuidadoras continúan recibiendo amenazas y las personas con discapacidad (en pleno 2022) siguen siendo víctimas de discriminación y agresiones, como en el caso de Bruno. Además, estos mismos casos siguen topándose con la inacción de autoridades o la negligencia por parte de las instituciones, lo que —una vez más— convierte al Estado en principal responsable.

Luz Raquel acudió a solicitar protección para ella y para su familia, denunció los ataques y, aún así, fue asesinada. ¿Cuál es la alternativa, entonces? ¿Cuáles son los pasos que deben seguir quienes buscan garantizar su seguridad y la de sus familias? ¿De qué forma deben realizarse las denuncias para que sean tomadas en cuenta?

El gobierno de Zapopan, el del estado Jalisco y las autoridades de todas las entidades que conforman la República Mexicana deben implementar mecanismos de protección que no se reduzcan únicamente a una hoja de papel. Es urgente reconocer las deficiencias que existen en el sector salud para las personas con discapacidad y hacer lo posible por solucionarlas.

Necesitamos campañas y estrategias de concientización para que les niñes como Bruno jamás deban enfrentarse al desamparo de una sociedad como la que asesinó a su mamá, para que tengan la atención médica que requieren. Exijamos justicia para Luz y para todas las mujeres que han sido víctimas de feminicidio, que las omisiones sean investigadas.

Que la responsabilidad [del Estado y los feminicidas] se asuma, que sea castigada:

arendy.avalos@gmail.com

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