Inclusión Educativa en la UAEM - Estado y Familia: salud, educación y cuidado

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM -  Estado y Familia: salud, educación y cuidado

La vinculación entre estas dos instituciones está siendo objeto de investigación de forma interdisciplinaria, en relación con cómo el Estado sustituye a la Familia y viceversa. Tres aspectos han sido objeto de atención a las Familias de parte del Estado, la salud, la educación y el cuidado de menores y personas mayores, vulnerables.

El Estado de Bienestar que ha sido liquidado consideraba la jubilación como parte de la protección al bienestar de las familias. Concebidas éstas, como familias nucleares (padre, madre e hijos). Y, con una esperanza de vida del jubilado menor a la que se está presentando ahora. Ya que ahora es fácil que una persona tenga una vida de jubilada mayor a la que vivió trabajando. Y no era ese el diseño original. Por otra parte, la familia nuclear es más cercana a la idiosincrasia sajona que a la latina, que prevalece aún la de la familia ampliada (la convivencia familiar y solidaria de padre, madre, hijos, abuelos, y en ocasiones, tíos y sobrinos). Por ello, antes era esperado que los hijos ayudaran a sus padres mayores retirados; ahora, los padres jubilados ayudan a sus hijos que no tienen seguridad social en sus empleos precarios y sus recursos son insuficientes para el bienestar de sus familias.

Los investigadores consideran a este fenómeno un trasvasa miento de recursos financieros de padres a hijos. Para ello, hay que considerar que la familia nuclear entra en crisis de existencia y pasa a ser una familia ampliada sin necesidad de convivencia. Esto es, las familias viven separadas, pero forman parte de una sola, en un sistema solidario que ya no existe desde el Estado, pero que las familias sustituyen.

Los Estados buscan dar cobertura universal a la salud y la educación; y donde procuran compartir responsabilidades con la Familia es en el cuidado de menores y personas mayores vulneradas. El Estado mexicano en esta perspectiva es que implantó la pensión universal de las personas mayores. Y, lo pretende para los niños, jóvenes y personas con discapacidad -hasta que los alcance la pensión como persona mayor-.

Los investigadores analizan que la madre era insustituible para el amamantamiento, tanto como la leche materna para la subsistencia del bebé y de la humanidad entera. En todo caso, las mujeres que podían sustituían el amamantamiento por otra mujer nodriza. La leche en polvo permitió que la leche pueda darla otra persona, incluido un hombre, por ejemplo. Lo que permitió que la mujer pueda tener actividad laboral parcial. La escuela universal se ocupa además de la educación de los menores, del cuidado de estos. Por lo que las mujeres pueden tener un empleo fuera del hogar. El turno ampliado tenía esta función, también, para una jornada completa de las madres. Esta condición de la mujer implica que el cuidado de los menores les corresponde a ellas. Así como el cuidado de los enfermos temporales y crónicos en casa, así como la de los adultos mayores. En otras palabras, les corresponde el cuidado. Y cuando el Estado se ocupa de una parte del cuidado, es como si éste sustituyera a las familias.

El empleo de las mujeres madres, ha hecho que entre al cuidado de los menores, las abuelas. También, los abuelos pensionados, en tareas de llevarlos y traerlos a la escuela; al parque, a los juegos, en fin, a la recreación física parcial. Y entra en escena la Familia Ampliada, sin vivir juntos, pero compartiendo responsabilidades y solidaridad.

En algunos países buscan una conciliación de trabajo parcial remunerado para las mujeres. En otros, es común la inversión de roles, cuando es conveniente, de que hombre asuma el cuidado y la mujer la ocupación laboral completa. Lo que se busca es mayor equidad en la responsabilidad del cuidado. Que, si bien el hombre ha tenido el “derecho” al no cuidado, la mujer también pueda optar por ese “derecho”. 

Ahora bien, está el caso de los niños y jóvenes con discapacidad que exigen de un cuidado que va más allá de los menores, que implican al menos hasta las personas en edad escolar obligatoria. Que, en México, ya es hasta la Educación Superior, hasta los 22 años, aproximadamente. Si nos apoyamos como referente en la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID, 2014) y en la estadística oficial de la SEP (Cuestionario 911) sobre la matrícula de alumnos con discapacidad. Nos encontramos con una abismal diferencia entre quienes tienen algún servicio educativo y quienes no tienen ninguno. Quienes están en el sistema educativo aparecen 570,460 alumnos, podemos cerrarlo a 600 mil; y en el ENADID 8´160,000 mujeres y 6´480,000 hombres, un total de 14 millones, redondeando. Estamos a una proporción de 6% de alumnos con discapacidad sobre 94% de niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad sin ningún servicio educativo.

Lo anterior significa que no sólo para el cuidado y sino para la educación, también, de los niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad las familias sustituyen al Estado en su responsabilidad constitucional. Lo que significa que el modelo que prevalece para la atención educativa de los niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad en México es el Asistencial. Estamos a años luz para llegar a la Educación Inclusiva. Si se espera que esta inmensa mayoría de alumnos potenciales con discapacidad toquen la puerta de la escuela, esto no va a pasar. Porque ya hubiera ocurrido. Lo que se necesita es ir por ellos a sus domicilios. Seguramente, en sus familias han estado suponiendo que la escuela no es para ellos. Por lo que hay que hacer una gran labor de concienciación educativa sobre sus derechos humanos. Sobre todo, que la discapacidad no es un asunto privado de las familias nucleares o ampliadas, es un fenómeno social que merece todo el apoyo del Estado para sustituir a las mismas en su heroica hazaña del cuidado y la educación -sin escolarización-.

Acontecimientos como los que hemos vivido en las últimas semanas con la tragedia de Luz Raquel Padilla la madre quemada viva en Zapopan, Jalisco, por intolerancia atroz de sus vecinos con las manifestaciones propias de la condición de autismo de su hijo de 9 años y que pasará al cuidado de su abuela; y la hospitalización de la madre de Daniel Robles, comentarista -You Tuber-  con parálisis cerebral severa que es asistido en su alimentación y aseo asistido en su totalidad y que queda inerme pidiendo ayuda voluntaria para sus más elementales necesidades, nos recuerda la importancia de revisar el papel del Estado no sólo en la Salud y la Educación universales, sino el que le corresponde en el cuidado de menores y mayores vulnerados y sus familias.

 

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