El Tercer Ojo - Sobre Cuestiones de Salud Mental, Psicopatología, Psiquiatría y Psicología

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El Tercer Ojo - Sobre Cuestiones de Salud Mental, Psicopatología, Psiquiatría y Psicología

Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego, / aquel estrafalario fantasma del desierto y … ni en España hay locos. / Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo. / Oid … esto, historiadores … filósofos … loqueros …/

León Felipe, Pero ya no hay locos

Como podrán recordar, amables lectores que siguen esta columna semanal, el sábado 07 de enero, en El Tercer Ojo, bajo el título de Cara a cara, presenté una justificación de la invitación a ver y escuchar, a través de nuestro Canal de YouTube La Comuna de la Palabra, el debate sostenido entre le Dr. Jesús Ramírez-Bermúdez y quien escribe esta colaboración, conducido por el Dr. Víctor Manuel Patiño Torrealva.

No estaría de más que viesen o escuchen el programa citado en el canal de YouTube o de Spotify de La Comuna de la Palabra para que no tengan sólo mi interpretación del mismo y, sobremanera, para que puedan ustedes mismos configurar su representación del mismo; además de que considero necesario invitarlos a suscribirse al mismo canal para que puedan seguir los programas que semanalmente tenemos.

Como podrán darse cuenta si es que miran o escuchan el programa, el debate se realizó sobre tres niveles de análisis: un nivel ontológico, relativo a la existencia o no de los llamados trastornos mentales, problemas psicológicos, psicopatológicos o psiquiátricos a los largo del devenir de la humanidad; enseguida, se abordó la cuestión epistemológica, relativa a la posibilidad, o no, de conocer, comprender y confeccionar modelos explicativos de tales trastornos, problemas o síndromes y, finalmente, las perspectivas que podemos resaltar en la actualidad para abordar, es decir, comprender, conocer y elaborar constructos teóricos que nos permitan conocer, explicar y atender tales problemáticas.

En principio, debo resaltar el hecho de que, pese a los diferendos específicos que tuvimos el Dr. y yo, asumimos que es indudable la existencia de los trastornos, problemas o síndromes psicopatológicos o psiquiátricos, sin embargo, es imprescindible destacar el hecho de que estos se encuentran condicionados al conjunto de condiciones históricas, culturales y, en sentido amplio, sociales que les hacen posible; asimismo, se asumió que es necesario destacar el hecho de que estos no son, generalmente, universales; la relatividad de ellos debe asumirse bajo el principio de un enfoque, expresó el Dr, Jesús Ramírez-Bermúdez, “ecológico” o, sostuve, histórico, cultural, sistémico y dinámico.

Por ejemplo, se habló de la depresión, la esquizofrenia, las alucinaciones, los delirios y otros fenómenos relacionados con esta cuestión.

Luego, se asumió la premisa de que siempre es posible conocer tales trastornos o problemas y, que pese a que hoy podemos admitir que algunos de estos asuntos no podemos explicarlos con certeza a toda prueba, ello no obsta para que más adelante, sea posible, además de comprender, explicar tales cuestiones. Salir de los dogmas, de la fe, de las creencias ciegas es imprescindible para conocer y explicar este ámbito de interés y preocupación humana.

Empero, todavía más, se concordó en el hecho de que comprender, conocer y explicar no es suficiente; debemos, asimismo, diseñar e instrumentar programas de intervención que permitan aliviar, mitigar o, por lo menos, hipocráticamente dicho, acompañar a las personas dolientes, o que padecen, sufren o adolecen de tales trastornos, pero más aún, al conjunto de personas que, como sistema —familiar, laboral, escolar o comunitario—, vivencian la presencia de un fenómeno que nunca es personal o individual que, más bien, debe afrontarse colectiva o comunitariamente.

Por otro lado, se consideró de manera coincidente que deben promoverse estrategias de rehabilitación basadas en la comunidad (RBC) y programas, actividades, acciones y tareas orientadas hacia la familia (POF); de la misma manera se asumió la premisa fundamental de que ninguna de estas tareas puede ser realizada por una disciplina en particular —trátese de la psiquiatría, la psicología, la neurología, la neuropsiquiatría o la neuropsicología—, sino que, inevitablemente debemos considerar una aproximación inter y transdisiplinar.

Finalmente, era inevitable plantear la necesidad de que el Estado y gobiernos Deben diseñar, instrumentar y sostener políticas públicas orientadas hacia estas cuestiones que, sin duda alguna, son fundamentales para atender los problemas ingentes de salud mental.