Breves de Abogados y Políticos - El amparo del ex rector
En opinión de Alejandro Corona Markina
Primer acto: La Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, a cargo del aspirante a magistrado, Juan Salazar Núñez, anunció que con fecha 25 de marzo, pidió a la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, que se suspenda el pago de pensión por jubilación al ex rector Jesús Alejando Vera Jiménez.
Segundo acto: El rector Gustavo Urquiza Beltrán, informó a los medios de comunicación, que con fecha 25 de abril acató la orden y procedió a retener el pago de la pensión. Casi de inmediato (27 de abril), el ex rector Jesús Alejando Vera Jiménez interpuso ante el Juez Noveno de Distrito del estado de Morelos, el juicio de amparo 562/2023 y al día siguiente el juez Guillermo Amaro Correa, desechó de plano la demanda.
Tercer acto: Vera Jiménez no impugnó la resolución que desechó el amparo y por ello la misma quedó firme. ¿Cómo se llamó la obra? Uno miente y el otro engaña.
Lo cierto es que nunca se suspendió el pago de la pensión, sino que se encontró una manera distinta para que la misma llegue completa a su destinatario.
El amparo no se admitió porque en todo momento el quejoso habló de “hechos de realización incierta”, es decir, no existió, ni existe, afectación real a los derechos de Vera Jiménez y -aparentemente- toda esta escena sirvió para calmar la sed de venganza de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, verle la cara a su titular Juan Salazar Núñez y que los medios ya no insistieran en el tema.
El expediente JC/25-2018, por el que Vera Jiménez pasó el trago amargo de ser detenido, deriva del caso de la llamada “Estafa Maestra”. ¿Quién llevó a la UAEM a participar en este mecanismo fraudulento? Fue la misma persona que después traicionó a Vera Jiménez, es decir su brazo derecho Wistano Luis Orozco García, quien a la postre fue subsecretario de Educación Media y Superior, del nefasto gobierno de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu.
El esquema de la “Estafa Maestra,” que encabezó la muy corrupta Rosario Robles Berlanga, consistió en supuestamente contratar, para la llamada “Cruzada Contra el Hambre”, los servicios de la UAEM (y otras instituciones de educación superior), para la producción de artículos del programa, tales como mochilas, bolsas, gorras, cilindros de plástico, etcétera. Sin embargo, la realidad fue que no se hizo ni adquirió nada de esto, pues la idea era que las universidades contratadas sólo sirvieran de “prestanombres”, recibieran el pago del diez por ciento por su “participación” y el resto del dinero (el 90 por ciento de la transa) fuera depositado en cuentas particulares específicas, como al final se hizo.
Rosario Robres demostró ser leal a sus cómplices y aunque fue llevada a prisión, nunca “cantó” ni delató a los “machuchones” involucrados en el caso. Y precisamente por tratarse de cuentas de particulares o empresas, la Auditoría Superior de la Federación, ya no podía rastrearlas o investigarlas, pues no se lo permiten sus facultades. Sin embargo, de dichas cuentas sabe mucho un “ilustre” panista llamado Roberto Gil Zuarth, muy amigo del mencionado Wistano Luis Orozco García, con quien compartió pupitre en Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Todo un teatro.