¿Conoces tus derechos al amparo de la libertad de expresión?

En opinión de Carlos Iván Arenas Ángeles

¿Conoces tus derechos al amparo de la libertad de expresión?

Sabes que tu voz cuenta. Que tienes derecho a decir lo que piensas, a compartir información y a exigir un mundo mejor. Que también tienes derecho a estar o no de acuerdo con quienes ejercen el poder y a expresar tus opiniones en actos pacíficos de protesta.

La razón es porque; el ejercicio de esos derechos, sin temor ni obstrucciones indebidas, es fundamental en una sociedad democrática y abierta, en la que se pueda acceder a la justicia para hacer realidad los derechos humanos.

Sin embargo, hay casos en los que ciertos gobiernos te encarcelan por ejercer este derecho, pese a que casi todas las normas constitucionales ensalzan el valor de la libertad de expresión.

Cabe recordar que los gobiernos tienen una tarea pendiente y vamos a decirlo así: “el deber de prohibir aquellos discursos que promuevan el odio o que inciten a la violencia, pero, abusando de su autoridad, muchos gobiernos silencian la disidencia pacifica con leyes que criminalizan la libertad de expresión. Para ello, justifican a menudo la lucha contra el terrorismo, la seguridad nacional o la religión. Además, en los últimos tiempos, las autoridades vienen amenazando la libertad de expresión con medidas represivas contra activistas, ONG y personas anónimas que ayudan a la población refugiada y migrante.

Y sobre esto último nos debemos preguntar que estamos haciendo como sociedad para hacer efectiva la tolerancia de los gobiernos frente a opiniones desfavorables y voces críticas, ya que esto sería, un buen indicador de avance democrático para el respeto por los derechos humanos en general.

Para ello y en muchas ocasiones se tiene que recurrir a organismos internacionales como Amnistía Internacional que apoya a quienes alzan la voz pacíficamente, en su propio nombre o en nombre de otras personas: desde periodistas que informan sobre la violencia de las fuerzas de seguridad, hasta sindicalistas que denuncian condiciones laborales deficientes o líderes indígenas que defienden sus derechos a la tierra ante grandes empresas, entre diversos temas de impacto nacional.

Por último cabe recordar que el derecho a la libertad de expresión está consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que describe sus elementos fundamentales como derecho consustancial a todas las personas. Posteriormente, ese derecho ha quedado protegido en infinidad de tratados internacionales y regionales.

Así que la defensa de la libertad de expresión ha sido siempre parte esencial del trabajo de periodistas, organismos locales e internacionales, y es imprescindible para la rendición de cuentas de quienes ejercen el poder. Además, la libertad de expresión es inherente a otros derechos humanos, como el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión que, sin ella, no podrían realizarse plenamente.

Asimismo, guarda estrecha relación con la libertad de asociación, es decir, el derecho a constituir clubes, sociedades, sindicatos o partidos políticos con cualquier persona que se desee y afiliarse a ellos; y con la libertad de reunión pacífica, que se concreta en el derecho a participar en manifestaciones pacíficas o reuniones públicas.

Sin el derecho a la libertad de expresión es imposible que la ciudadanía se informe o exija a las autoridades una adecuada rendición de cuentas, incluso se vería imposibilitada para compartir posturas con el resto de personas por lo que la percepción propia y la visión del mundo estaría estrechamente limitada, como lo han señalado los Tribunales Internacionales en materia de Derechos Humanos.

Hasta aquí: “Justicia y Libertad”.

Carlos Iván Arenas Ángeles.

Magistrado y Director de la Escuela Judicial

Del TSJ Morelos.