Así se movilizaron miles por un temblor que nunca existió
Al recorrer las calles del primer cuadro de la Ciudad de la Eterna Primavera, en busca de las notas periodísticas como de costumbre, se empezó a escuchar un ruido que todo mundo conoce, pero un sonido que en particular pone a sacudir los morelenses.
Las calles del centro de Cuernavaca se empezaron a llenar de personas que salían y salían de oficinas, edificios, locales y diferentes establecimientos, todos esperando a sentir un movimiento debajo de sus pies, el color y las facciones de sus rostros parecían como si recordaran experiencias previas.
Entre la bola de gente se escuchaban murmullos esperando a que algo aconteciera, preguntándose entre ello si habían sentido un temblor, pero todos respondían que no, preocupados de donde había sido el epicentro.
Caminando por la calle de Ignacio Rayón, a la altura de la Biblioteca, la gente decía que si habían sentido un movimiento, eso me hizo pensar que días previos al 19 de septiembre, el recurso y el miedo los hizo sentir algo que en realidad no sucedió.
Al llegar al Palacio de Cortes, todas las oficinas se vaciaron en la Plaza de Armas, todo era ruido de gente hablando y preguntándose entre ellos, diciéndose palabras de aliento como “no te asustes” o “sentiste el temblor”, lo cual detecte algunas de ellas con una voz temblorosa o unas risas pero de susto, queriendo aparentar que no tenían miedo.
Lo que detecté, fueron los celulares en las manos de las personas que caminaban alrededor de la plaza y en las calles que circulaban, creo yo intentando comunicarse con sus familiares para saber cómo se encontraban.
Al par de unos minutos, se empezaban escuchar llamadas, unos angustiados sin poder comunicarse y otros preguntando dónde se encontraban o si estaban bien, una situación que generó presión por escuchar ese sonido que todos los morelenses conocemos y que emana una experiencia previa a escasos días del 19 de septiembre.