“Aprendiendo con niños a ser incluyente”

En opinión de Rosío Paniagua Chávez

“Aprendiendo con niños a ser incluyente”

Hace unas semanas recibí una invitación de la Maestra Janeth para realizar la lectura de un capítulo del libro “Donde habitan los ángeles”, “Alejandra” era el capítulo al que le daría lectura. La cita, 9:30, 5º B de la Primaria Tepoztecatl, al entrar vi las caras emocionadas y con incertidumbre de todos los alumnos.

La maestra me presentó y les habló acerca de dónde trabajaba “En una escuela para niños con discapacidad” todos los niños preguntaron: “¿cómo? ¿Qué es eso? ¿qué hace en su trabajo?” Janeth, quién es una excelente maestra, les comentó que eran niños con diferentes discapacidades, entonces empecé a platicarles sobre la discapacidad, preguntando si sabían cuáles eran, la mayoría de ellos tenían información general, “los muditos”, aclaré que realmente no son “muditos”, sino que los sordos al no poder escuchar, no pueden aprender el lenguaje oral y por eso usan la Lengua de Señas Mexicana (LSM), y entonces la lluvia de preguntas: “¿cómo se dice….?” Todos ansiaban conocer palabras en LSM. Sentí una caricia en mi corazón, me entusiasmó mucho el hecho de ver cómo a sus 10 u 11 años, les mueve el aprender para comunicarse con otros que no tienen la posibilidad de hacerlo de manera oral.

Empezamos con el abecedario, Ian un chiquillo inquieto de la clase inmediatamente aprendió a deletrear su nombre y el de su compañera más bonita del salón, todos contentos intentaron deletrear su nombre. Pasamos a el saludo haciendo referencia de las letras en LSM, querían aprender más y más, al final casi 10 palabras que seguramente después de 15 días deben seguir recordando y practicando. Después de la algarabía de aprender a comunicarse con las personas de discapacidad auditiva, la actividad, la lectura, les pedí que cerraran los ojos para escuchar el capítulo y así lo hicieron; uno que otro los abría para saber si los demás lo estaban haciendo, terminando de leer, pregunté cómo habían imaginado la escena y los personajes y me sorprendieron con interesantes descripciones de cada momento.

Terminamos felices de la experiencia de aprender; YO de conocer cómo el interés de los niños por ser incluyentes mueve el deseo de aprender, preguntándome ¿cuándo olvidamos lo importante que es el otro, aun cuando es diferente a nosotros?, ELLOS de saber qué pueden conocer personas diferentes y comunicarse con ellos. Y si nuestros pequeños mueven el mundo ¿por qué no aprender de ellos? A no ver las diferencias, a incluir, a querer aprender, a motivarse con la visita de una maestra que ama lo que hace.

Gracias, maestra Janeth por la oportunidad de seguir creyendo que el mundo puede ser diferente si cultivamos valores en nuestra aula, mi reconocimiento por “ocuparse” en hacer de la diferencia una gran motivación para aprender. Gracias 5º B por hacerme saber que aún se puede creer en tener un mundo inclusivo.