Escuelas particulares, sus desafíos
En opinión de Juan Salgado Brito
Las escuelas particulares son sin duda importantes coadyuvantes del Estado en el compromiso de impartir educación, el gobierno procura la mayor cobertura para cumplir con la educación gratuita a todos los niveles pero nunca será suficiente el presupuesto público para atender la demanda de instrucción básica, media, media superior y superior; por eso la educación privada que se imparte en escuelas particulares contribuye significativamente con los gobiernos federal y estatales, a quienes además de ayudar atrayendo a quienes tienen posibilidades de pagar colegiaturas por la educación de sus hijos, coadyuva con las autoridades para que la presión social por la demanda y exigencia de cupo suficiente en las escuelas públicas y universidades no se desborde.
La crisis sanitaria y económica que ha provocado la pandemia del covid 19, obligaron a todo el sector educativo, prácticamente a reinventarse con las clases en línea, situación que ha representado un gran sacudimiento en la estructuras mentales de maestros, alumnos, padres de familia y directivos de escuelas tanto públicas como privadas. Las organizaciones y asociados propietarios de escuelas particulares si bien han tenido que sortear todo tipo de problemas para sobrevivir con las bajas en su matrícula, la capacitación tecnológica de su personal al igual que a padres de familia y sus alumnos tendrán que enfrentar nuevos retos y desafíos para sostener su planta laboral, instalaciones y gastos básicos con el agravante de que sus ingresos disminuyen constantemente exponiéndolos al cierre o la quiebra de sus colegios particulares, sin que se observen estrategias, planes o programas institucionales de las autoridades oficiales del ramo, para no dejarlos solos en su lucha por seguir sirviendo y no desaparecer.
Es importante la información que tengan las autoridades educativas de todos y cada uno de los casos de las escuelas y colegios particulares sobre la situación crítica que están pasando, para ver como apoyar y más importante será quizá, la sensibilidad con la que atiendan sus problemas pues a nadie conviene que se cierren empresas, que se pierdan empleos y que se deje a niños y jóvenes a la mitad del camino con las implicaciones y consecuencias para los padres de familia y también para las autoridades educativas que no podrán desentenderse ni ser indiferentes ante problemas que son de su competencia.