A Nivel Banqueta - Un Morelos salvaje
En opinión de Francisco Valverde Prado
Día tras día los muertos se nos siguen sumando, ya sea en Emiliano Zapata, Cuernavaca, Xochitepec o algún otro municipio. Morelos es un estado salvaje y a ninguna autoridad le importa; ya sea por narcotráfico, ajuste de cuentas o cualquier otro delito. La realidad es que ya nos hemos acostumbrado. Nos hemos acostumbrado a una vida salvaje, insegura y con olor a muerte. Tan sólo el día de hoy parece ser que nos despertamos con cuatro muertos más, muertos que a nadie le importan. Una autoridad completamente rebasada, incompetente y poco calificada para resolver el grave problema de la inseguridad en nuestro estado.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos reportó mil 119 feminicidios en los últimos 20 años en la entidad; si esas cifras no nos dan vergüenza (por lo menos), significa que ya nos somos enteramente humanos y sí, una especie mucho más salvaje y frívola. Una condenada a padecer las consecuencias de nuestra brutal inconsciencia.
¿Cómo pueden dormir nuestras autoridades? ¿El Gobernador de Estado de Morelos? ¿El responsable de la seguridad pública en el estado? La parte más triste de esta historia es la falta de interés y apatía para resolver una crisis que amenaza el principio fundamental de nuestra existencia: la vida. Realmente carecemos de estrategia, equipamiento, policías, presupuesto y todo lo que sea parte de una posible solución.
Morelos está en llamas y nada lo frena. Difícilmente podemos pensar en una policía más mediocre e ineficiente. Existen algunos principios fundamentales en materia de seguridad pública y ni en eso aciertan nuestras paupérrimas autoridades. Nunca observamos patrullas en entradas y salidas en los municipios de mayor actividad delincuencial. Jamás sirven las cámaras de seguridad que dicen monitorear desde el C5. Son famosas por estar siempre apagadas y jamás grabar absolutamente nada. En contraste, vemos a una Ciudad de México a la que casi nadie se le escapa gracias a sus extenso sistema de grabación y monitoreo de todo lo que en la ciudad sucede.
Sr. Cuauhtémoc Blanco, ¿no podrá usted hacer algo para que las cámaras si funcionen y sobretodo, no las apaguen? El uso de nuevas tecnologías es sin duda una de las soluciones más baratas, de más rápida implementación y con menos capital humano. En otras palabras, no necesitamos desarrollar a toda una nueva élite policíaca para lograr registrar lo que en Morelos sucede.
Va de nuevo: falta observar cómo en una ciudad como la Ciudad de México, logran resolver muchos de sus actos delictivos por medio de un simple vídeo o grabación de lo ocurrido. Curiosamente, en la tierra de Zapata, jamás hemos visto vídeo alguno, ¿o será que las cámaras son de cartón?
En esencia, Morelos es un estado con mucho retraso y uno de los principales problemas es la ignorancia y poca preparación de nuestros gobernantes. En su inmensa mayoría, nuestros servidores públicos son de muy baja escolaridad, conocimiento y cultura general. Eso explica muchos de nuestros problemas. Nuestra clase política está muy castigada en su nivel educativo y carecen de los conocimientos necesarios para desempeñar sus funciones de manera digna y honorable.
¿Qué haremos los ciudadanos de carne y hueso? ¿Hacia dónde voltear? Vienen las elecciones y lo primero que uno se pregunta es de dónde salieron estos individuos, a quién le hablan y por qué ignoran todo lo que aquí pasa.
Mientras nuestro Morelos Salvaje continúa, los aspirantes a los distintos cargos de elección popular nos comparten frases motivacionales, fotos de comida y nos hablan de una realidad que no es la nuestra, la del ciudadano de carne y hueso, aquél que vive alejado del presupuesto.
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