A espaldas de tus ojos
En opinión de Carlos Morales Cuevas
Mientras me agazapo a espaldas de tus ojos,
con el concierto de latidos en la almohada,
soy dueño de la obscuridad
que atavía con flores las bocas de los muertos.
Las raíces de la máquina de escribir
buscan los pasos de la noche,
su sangre se escurre hasta el hocico de las ratas
que habitan frugales las alcantarillas.
Las aves se desmoronan mientras vuelan;
una piedra virgen se guarece a la sombra de tu cruz.
Diciembre arroja su mirada suicida por el precipicio de tus manos.
La tierra abre sus fauces para devorarnos.
Enero deja caer sus cuerdas sobre las alas de los ahorcados,
la hiedra escala calicantos hasta acariciar las barbas a Belcebú;
y yo sigo prendiendo con clavos mis besos en tus labios,
mientras me agazapo… a espaldas de tus ojos.