Serpientes y escaleras - ¿Quién hará política?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Quién hará política?

 

La reconciliación es clave para la recomposición del gobierno estatal

 

¿Quién hará política?

Formalmente el encargado de la política interna y coordinador del gabinete estatal es el secretario de gobierno, al menos así había sido históricamente hasta este sexenio, cuando gran parte de esa responsabilidad se puso en manos del jefe de la oficina de la gubernatura. Dividir las atribuciones de la otrora poderosa secretaría de gobierno tuvo como objeto multiplicar y hacer más eficientes los esfuerzos en pro del estado. El primero intento de esta idea no funcionó, veremos como sale el segundo.

Aún sin todas sus encomiendas, la secretaría de gobierno tiene muchas cosas que hacer, asuntos que atender, problemas que arreglar, relaciones que establecer… el problema fue que entre el secretario de gobierno y el jefe de la gubernatura pasados se generó un conflicto de intereses provocado por un personaje externo al gabinete, pero inmiscuido directamente en todos los asuntos del estado: Hugo Eric Flores.

El pastor que coordinaba las delegaciones federales en Morelos se ungió como el gurú político del régimen, presumía sus habilidades partidistas y su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador; pero las cosas se comenzaron a descomponer porque la línea establecida por este sujeto era que solo él hablaba con el gobernador y solo él decidía con quien se relacionaba el gobierno estatal. Rápidamente el gabinete entró en un bucle porque solo dialogaban entre ellos y no escuchaban ni veían lo que ocurría más allá de las fronteras del palacio de gobierno.

Los conflictos comenzaron ahí, pero no se centraron solo en eso; la divergencia de opiniones dentro del equipo de Cuauhtémoc Blanco se fue acentuando al punto de que se formaron dos grupos que comenzaron a luchar entre ellos; el pleito derivó en un golpeteo interno que reiteradamente tuvo que ser matizado por el área de comunicación, para que los enfrentamientos no trascendieran.

El ajuste que hizo la semana pasada el gobernador en su gabinete no es el único que necesita su gobierno, pero sin duda era el más urgente; al relevar del cargo a dos personajes que solo generaban problemas al interior del gabinete y causaban enfrentamientos al exterior, el mandatario se quitó de encima un enorme peso y dio paso a una mejor operación de su equipo.

El reto ahora es que las cosas cambien para bien, que los dos nuevos encargados de las oficinas entiendan las circunstancias que rodean al gobierno estatal y actúen de inmediato para recomponer las cosas. Samuel Sotelo es un buen abogado, es un hombre que conoce al estado y a su gente, pero está muy lejos de ser un buen operador político o de tener el carácter que se necesita para recomponer la relación con el exterior y fijar una línea firme de trabajo. Ahí entran dos personajes más: Mónica Boggio y Víctor Mercado.

La idea de expulsar a los causantes de los conflictos internos y del fuego amigo no es para que todo siga igual, es decir, para que solo se acaben las pugnas internas sin que se recomponga la relación con el exterior. El verdadero desafío es que el gobernador Cuauhtémoc Blanco se reencuentre con la sociedad y su administración comience a preparar el cierre de sexenio.

Entendamos algo: la segunda mitad de un periodo de gobierno representa la bajada del poder, es el tiempo donde las cosas cambian y poco a poco el gobernador comienza a perder margen de maniobra; es en ese momento cuando los enemigos comienzan a crecer y a multiplicarse, cuando los errores y las omisiones se vuelven más peligrosas. El apoyo que Cuauhtémoc Blanco tiene del presidente Andrés Manuel López Obrador es muy importante, pero no suficiente para librarlo de problemas locales, derivado de lo que están haciendo algunos de sus colaboradores.

Quizá el gobernador aún no entiende lo que viene, porque es la primera vez que ocupa una posición de este tipo, pero los cierres de administración de un gobierno son vertiginosos y sumamente complejos, porque desatan pasiones y generan ambiciones que se traducen en ataques personales.

Ejercer el poder lleva implícito dejar heridos en el camino, lo importante es que sean los menos y cuando comienza la bajada del poder exista un verdadero trabajo de reconciliación, para que el choque sea menos violento y las revanchas sean menos peligrosas. Ahí entran Boggio y Mercado.

Los titulares de la jefatura de la gubernatura y del transporte son personajes con una notable habilidad política y capacidad innata para tender puentes de comunicación y acuerdo; a diferencia del sexenio pasado cuando en la SMyT hubo seis titulares y las manifestaciones eran cosa de todos los días, con Víctor Mercado esa dinámica ha cambiado, porque el jefe de la dependencia es un operador natural, al grado que sus habilidades han sido requeridas para resolver o contener problemas que debieron haberse atendido en otras oficinas.

Lo mismo ha sucedido con Mónica Boggio: a pesar de su juventud la dama demostró en pocos meses que no solo es capaz de conducir una de las oficinas más complejas del gabinete, lo hizo de tal forma que superó con creces lo hecho por su antecesor y además fue capaz de tejer relaciones políticas con el poder legislativo que hubieran podido sacar adelante el presupuesto, pero intervinieron otras manos.

Si estos tres personajes actúan coordinadamente el panorama para el gobierno de Cuauhtémoc Blanco puede mejorar; al ejecutivo estatal le urge ponerle un alto a los conflictos, necesita comenzar a dialogar con todas las fuerzas políticas y tiene que cambiar la percepción que tiene la gente de su gobierno. Para eso es necesario un trabajo de cabildeo político y un ajuste en la estrategia de comunicación: políticamente es indispensable dejar de pelearse con todos; informativamente hablando cada secretaría tiene que hacer su trabajo y dejar de depender de que la oficina de comunicación oculte o matice sus fallas.

El panorama de cierre de sexenio de Cuauhtémoc Blanco no es sencillo desde ningún ángulo, se trata de un gobierno con una baja calificación popular, en un estado donde la violencia está desatada y los conflictos políticos opacan todas las acciones de gobierno. Por si eso fuera poco hay denuncias contra varios integrantes del gobierno estatal y de la familia del jefe del ejecutivo presentadas en instancias y existen investigaciones abiertas que si bien pueden ser contenidas en este sexenio, explotarán a más tardar en el 2024.

El trabajo de los funcionarios del gabinete va más allá de la formalidad de sus atribuciones, tienen que apostar por la reconciliación del gobierno estatal y una transición de sexenio pacífica. Cualquier cosa que hagan los encargados de conducir el cierre debe ir en ese sentido, apostando por la gobernabilidad, por un cambio de percepción y un reencuentro del gobierno con la sociedad.

El apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador a Cuauhtémoc Blanco lo blinda de cualquier ataque político oficial hasta el 2024. El esfuerzo que debe hacer su equipo es evitar que después de esa fecha el futbolista enfrente una embestida social, legal y política cuando ya no tenga una estructura institucional para defenderse, ni un amigo presidente que lo proteja.

¿Lo entienden?

  • posdata

Diez diputados de un total de veinte que integran el congreso de Morelos decidieron que Roberto Yáñez protestara como integrante de la 55 legislatura; contrario a lo que anteriormente había dicho el presidente de la mesa directiva y al procedimiento que debió cumplirse, según el expertis de los profesionales de derecho electoral, la inclusión de este personaje derivó de un acuerdo político avalado en el pleno legislativo.

Por supuesto que esta decisión será impugnada por quienes asumen que tienen derecho a ocupar esa curul, sobre todo por la dama Marín, quien ocupa la segunda posición en la lista de prelación; corresponderá a una autoridad judicial federal ratificar la decisión de los diputados locales o revertirla, pero para que eso suceda pasarán varios meses.

Hoy la cámara de diputados de Morelos vuelve a tener a todos sus integrantes, pero no cambia la imagen que de ella tiene la sociedad; la decisión de incorporar a un sujeto de la calaña de Roberto Yáñez más que fortalecer la credibilidad del parlamento confirma que estamos frente a la peor legislatura de la historia, ante una a la cual no le importa nada, salvo mantener el poder y manejar discresionalmente los recursos económicos.

Sobra decir que los hermanos Julio y Roberto Yáñez son vividores de la política, oportunistas sin dignidad que han estado conectados al erario desde hace varios años, gracias a la complicidad de personajes que como ahora, les permiten acceder a posiciones sin respeto a la ley, a los valores o a la integridad.

Hasta la semana pasada creía que aún dentro de esta vorágine parlamentaria había algunos diputados que trataban de mantener el barco a flote; después de esta nueva pifia creo que no hay tal: la 55 legislatura representa solo los intereses de sus integrantes y los diputados verán en este periodo el final de sus carreras públicas.

No importa que más adelante un juez corrija o no la designación de Roberto Yáñez como diputado; el acto ha sido consumado y con ello queda claro la calidad moral de quienes integran el parlamento de Morelos.

  • nota

Llamativa, más que sorpresiva, fue la reaparición del exgobernador Graco Ramírez en un acto público el sabado pasado en Cuernavaca; so pretexto de participar en la reunión estatal de una asociación denominada Frente Cívico Nacional, el tabasqueño regresó al escenario público con su sonrisa socarrona de siempre, pero notoriamente avejentado y bastante subido de peso.

Junto a Graco ya no estaban quienes le hicieron caravanas a lo largo de su sexenio, tampoco estuvo su gabinete ni sus amigos a quienes tanto benefició desde su administración; también ausentes Rodrigo Gayosso y Elena Cepeda. El único que estuvo a su lado desde que llegó fue Jorge Messeguer.

La participación de Graco Ramírez en esta reunión tiene tanta trascendencia como la asociación misma; se trata de un nuevo club de amigos que pretenden agruparse de cara al proceso electoral venidero, pero del que seguramente poco habrá que esperar y probablemente ninguno será tomado en cuenta para nada.

Lo interesante de la reaparición de Graco es el hecho: el tabasqueño le ha perdido el miedo al gobernador Blanco y dicen, con el apoyo de su paisano Adán Augusto, vuelve a mostrarse en público sin temor, porque sabe que la administración estatal ha sido y será incapaz de probarle una sola de las acusaciones que ha lanzado.

Durante tres años Cuauhtémoc Blanco ha señalado a su antecesor de todo tipo de actos de corrupción, de vínculos con la delincuencia y diversas acciones fuera de la ley; en público y en privado ha dicho que metería a la cárcel al tabasqueño, pero hasta ahora nada se ha cumplido, por eso el exgobernador da la cara y prepara su regreso.

Un severo error de cálculo de la administración actual ha sido multiplicar sus enemigos y no proceder contra quienes dañaron al estado; la memoria social es tan corta que permite el retorno de este tipo de figuras. En un descuido será Graco quien termine persiguiendo y procesando a Cuauhtémoc Blanco.

Regla de oro en política: no hay enemigo pequeño.

  • post it

Luego de que la juez quinto ordenó al ayuntamiento de Cuernavaca que pagara el adeudo a la empresa PASA y le regresara el contrato de recolección de basura en la ciudad, el alcalde José Luis Urióstegui hizo lo que los últimos tres presidentes municipales habían evitado: cumplió.

Sacrificando acciones de gobierno y parte de la operación municipal el representante del ayuntamiento erogó 38 millones de pesos y solventó uno de los conflictos históricos de la comuna. En ese punto Urióstegui dio por concluido el contrato con la empresa KS Ambiental (quien actualmente presta el servicio de limpia) y fijó un plazo de 48 horas para que PASA empezara a trabajar.

Han pasado ya varias semanas desde ello y a pesar de que PASA incumplió con el plazo, el ayuntamiento amplió el término a diez días y luego lo volvió a prolongar de manera indefinida. Operativamente hablando PASA está imposibilitado para cumplir con los términos de su contrato, lo saben ellos y lo sabe el alcalde; aún así el gobierno municipal mantiene el tema en el aire a costa de la estabilidad de KS, quien continúa limpiando Cuernavaca sin ningún tipo de certeza jurídica de lo que pasará.

Resolver el adeudo histórico del gobierno municipal con PASA fue un acierto de José Luis Urióstegui; abrir la puerta a una empresa que no puede ni quiere brindar el servicio a la ciudad es un error.

Si KS Ambiental decidiera suspender labores, la ciudad colapsaría. Eso es lo que no está tomando en cuenta, ni está valorando el presidente municipal.

  • redes sociales

El regreso de Graco Ramírez a la actividad pública no fue triunfal. Nueve de cada diez comentarios sobre el tema fueron en contra.

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