Serpientes y escaleras - El Carrete
En opinión de Eolo Pacheco
Finalmente fue detenido. Ahora nadie sabe qué es lo que sigue.
El Carrete
Con la captura de Santiago Mazari Hernández, líder de uno de los grupos criminales más temidos en el centro del país, concluye un episodio criminal y de violencia que azota a los estados de Morelos y Guerrero desde hace varios años. El Carrete o El Señor de los Caballos como se hacía llamar este icónico personaje, operó impune durante casi un sexenio, inició en el sur de Morelos, se le vinculó con el clan de los Beltrá Leyva, se extendió hacia Guerrero y poco a poco amplió su territorio hasta llegar a los estados de Puebla y Quintana Roo, donde también ha dejado una estela de miedo y muerte. Muchos aplauden la detención de esta persona, pero todos saben que el baño de sangre no termina con encarcelamiento.
A Los Rojos y a Santiago Mazari se les atribuye el baño de sangre que se ha desatado desde hace tiempo en Morelos y en Guerrero, también se les acusa de extorsionar a decenas de alcaldes de ambas entidades y de cobrar derecho de piso a cientos de comerciantes y empresarios. La Policía Federal, el Ejército y la Marina persiguieron al Carrete por muchos lados, varias veces hicieron operativos en Morelos y en algunas ocasiones, se dijo, estuvieron a punto de capturarlo, pero siempre hubo alguien que avisó a tiempo para que escapara.
A lo largo de seis años el Señor de los Caballos no sólo armó un poderoso grupo criminal conformado por personas sumamente violentas que estaban al frente de sus negocios y peleaban la plaza con grupos rivales, también sumó a su causa a muchos policías estatales y funcionarios de los tres niveles de gobierno, respaldados todos ellos por una amplia red de políticos que le permitieron crecer sin la preocupación de ser perseguido por las autoridades locales. Así fue como una banda local creció hasta convertirse en un cártel regional que pelea de tu a tu con organizaciones como La Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación y sus rivales directos, los Guerreros Unidos.
Fue en el municipio guerrerense de Leonardo Bravo en un operativo coordinado entre fuerzas federales y las de Guerrero que Santiago Mazari Hernández finalmente fue capturado; días previos a su detención y antes de su presentación ante la opinión pública (en donde se le ve más delgado), se especuló que el líder de Los Rojos estaba herido como resultado del enfrentamiento con un grupo rival; algunos portales de noticias se atrevieron a decir que había fallecido en la refriega y varios reporteros validaron en sus redes sociales dicha información. Pero nada fue cierto.
Ninguna autoridad federal ha precisado hasta el momento cómo y de qué manera se logró el aseguramiento de uno de los criminales más buscados de los últimos años, la Secretaría de Seguridad Pública Federal se concretó a señalar que se trató de una “acción conjunta” y luego de ello guardo silencio, dejando un vacío informativo que muchos han llenado con especulaciones.
El nombre de Santiago Mazari es sinónimo de violencia en el centro del país, su figura y sus acciones mantenían temerosas a decenas de autoridades municipales que mensualmente aportaban su pago a la causa, son pena que de no hacerlo enfrentarían las represalias del grupo. Desde el sexenio de Graco Ramírez se supo que Los Rojos azotaban la zona sur y oriente del estado, que al menos una docena de ediles eran extorsionados y que ninguno se atrevía a denunciar porque sabían que al hacerlo ponían en peligro sus vidas y las de su familia.
En enero del 2016 el Comisionado de Seguridad Pública de Morelos Alberto Capella confirmó lo que era un secreto a voces: además de comerciantes y empresarios, los presidentes municipales también eran extorsionados. Y daba un tabulador: En los municipios han exigido la imposición de mandos policiacos y el 10% de los recursos destinados a obras públicas; las carnicerías y tiendas de abarrotes pagan 5 mil pesos al mes; farmacias, ferreterías, veterinarias y constructoras, entre 8 y 10 mil pesos. Los alcaldes deben entregar hasta 100 mil pesos “El terror comienza en la caseta de Alpuyeca, sigue por la carretera federal hacia las Grutas de Cacahuamilpa y se adentra en los poblados de El Rodeo, Miacatlán, Mazatepec. Coatetelco, Tetecala, Coatlán del Río, Chavarría y Michapa”
Al Señor de los Caballos se le atribuyen delitos como el secuestro, la extorsión, desapariciones, amenazas, asesinatos y delitos contra la salud en al menos 15 carpetas de investigación que hay abiertas en Morelos; aunado a ello se le relaciona con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. A Mazari Hernández le cargan, además, la autoría intelectual de cientos de narcomantas colocadas en diversos puntos del estado, muchas veces acompañadas de restos humanos, en donde amedrentaba o acusaba a distintas autoridades de brindas protección a otras células criminales.
El secuestro y la extorsión no eran las únicas líneas de actuación de Los Rojos; desde hace algunos unos años a este grupo criminal se le relaciona con partidos políticos y representantes populares. Es secreto a voces que Mazari Hernández patrocina campañas y luego tiene ayuntamientos completos a su servicio; hace unos meses se difundió un video donde sicarios bajo su control sometían al entonces presidente municipal de Mazatepec Jorge Toledo, quien aceptó que había recibido dinero para su campaña y acordado pagar una cuota mensual al grupo.
También está el caso de Alfonso Miranda Gallegos, aquel que en las elecciones pasadas compitió postulado por el PT bajo las siglas de la coalición Juntos Haremos Historia; el candidato fue detenido el 6 de mayo de 2018 por la Policía Federal tras ser vinculado con el grupo delictivo de Los Rojos, pero su nombre y fotografía aparecieron en las boletas de la contienda electoral… y ganó. Las funciones de ese ayuntamiento las encabeza hoy la síndico municipal, aunque vecinos de Amacuzac aseguran que quien gobierna es él.
Las redes que tejió Mazari Hernández son muy grandes para suponer que con su detención se acaba el problema. Como en todos los grupos criminales la cabeza es sólo una pieza del tablero, cuando esta se cae el grupo no muere, simplemente se transforma, muchas veces se divide y comúnmente resurge con mayor agresividad.
Por eso es que nadie piensa que con la detención se acaba el problema, las propias autoridades del estado han anunciado medidas extraordinarias de seguridad porque anticipan una posible oleada de violencia en tanto que el sector empresarial ya expresó su miedo por las consecuencias que la captura traerá consigo.
En Morelos operan, según las propias autoridades, al menos 5 diferentes cárteles y múltiples grupos delictivos; Santiago Mazari Hernández era el líder de uno.
¿Qué va a suceder como consecuencia de su captura?
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posdata
Otro fin de semana violento en Morelos. Otra vez asesinatos y nuevamente vemos ejecuciones en lugares públicos en la capital.
El conteo se sangre no para: al inicio del octavo mes del 2019 se han registrado casi 900 ejecuciones, lo que representa en promedio 4 asesinatos al día.
La crisis delictiva y de inseguridad en Morelos es enorme a pesar de que en las últimas semanas las estadísticas exponen una leve mejoría. El problema es que frente a los constantes embates de la delincuencia no se ve un plan concreto, ni la capacidad de las autoridades para enfrentar a los grupos delictivos. Vamos: hasta la Guardia Nacional parece haberse replegado o de plano se fueron ya del estado.
Hay que estar atentos y cuidadosos de la situación que vendrá ahora con el reacomodo de los grupos delictivos.
Nadie sabe a ciencia cierta, empezando por el gobierno, las implicaciones que traerá consigo la captura y encarcelamiento de uno de los personajes más emblemáticos de la violencia en el centro del país en los últimos años.
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nota
Esta es la versión no oficial de la detención de Santiago Mazari Hernández, líder de Los Rojos, pariente y amigo de varios políticos, terror de muchos alcaldes y azote de miles de personas en al menos tres estados del centro del país. Así lo describe la agencia de El Universal:
“Cercado por sus adversarios en la sierra de Guerrero, Santiago Mazari, ‘El Carrete’, buscó refugio en una casa de la montaña. Ingresó a un domicilio y ofreció a los habitantes dinero a cambio de alojamiento clandestino. Lo miraron con asombro, como extraño y tuvieron miedo de rechazarlo.
El hombre de la casa conducía un camión de carga y en esos momentos realizaba viajes de piedra de río a la escuela de la comunidad, donde llevaban a cabo trabajos de reparación.
‘El Carrete’ vio el camión y pidió a su propietario usarlo para intentar salir de la zona de riesgo porque sus adversarios, con los que mantenía enfrentamientos desde unos tres días antes, cerraban el cerco de persecución.
Atemorizado por su presencia, el dueño del camión entregó las llaves y enseguida vio salir a Santiago junto con su compadre Marco ’N’ y dirigirse hacia el camión estacionado frente a la escuela.
Santiago tomó el volante y a su compadre lo mandó a la caja del camión. Pusieron en marcha el vehículo, pero cuando avanzaron hacia la salida del terreno apareció un grupo de hombres que levantaron un cordón para impedir la salida de los vehículos. Era una especie de retén instalado por habitantes de la comunidad y así impedir el paso de vehículos extraños o el robo de sus automotores.
Quienes se acercaron al camión desconocieron al conductor que todos los días pasaba para realizar sus viajes de piedra. La cara que vieron los desconcertó y ordenaron al chofer que descendiera. Otros ‘vigilantes’ revisaron la caja y vieron el cuerpo acostado de Marco ’N’. "Es un hombre muerto", gritaron.
Uno de los comuneros llevaba consigo un radio de comunicación y se enlazó con sus compañeros de otra zona para pedir apoyo porque habían detenido a dos hombres extraños a bordo de un camión que pertenecía a su vecino.
Más tarde, Santiago y su compadre fueron interrogados, cuando los comuneros supieron su identidad informaron a la Policía estatal para entregar al ‘Carrete’.
Un día antes, cuando el combate entre los grupos antagónicos sacudió la tranquilidad de la zona serrana de Guerrero, las fuerzas federales estaban enterados de la presencia de ‘El Carrete’ en la región.
Soldados, infantes de la Marina, la Policía Federal y fuerzas estatales desplegaron un cerco por la zona y a medida que avanzaban practicaban un "barrido" para impedir la fuga.
Cuando fueron avisados sobre la captura de Mazari Hernández cerraron los caminos y al llegar a la zona de detención tomaron al ‘Carrete’ y lo subieron a un helicóptero de la Marina para llevarlo a la Ciudad de México.
Ese helicóptero atravesó Morelos alrededor de la 17:30 horas.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el detenido fue ubicado gracias a trabajos de gabinete y campo de la Policía Federal, Ejército, Marina y de personal del Centro Nacional de Inteligencia en esa zona en disputa por organizaciones criminales.”
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post it
Los tiempos juegan también un papel importante en los partidos, aunque sus dirigentes aún no se han dado cuenta.
Morena es la primera fuerza política en el estado y no se nota, prácticamente no existe; ni se ve ni se siente, porque su dirigencia carece de liderazgo.
PAN, PRD y PRI están desaparecidos, no son oposición ni tampoco representan una alternativa para el 2021.
Los otros de plano no existen.
¿Por dónde y con quién caminará el 2021?
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redes sociales
¿Ya regresaron de vacaciones o siguen tirados de panza al sol?
Digo: el estado y su gente los puede esperar todo el tiempo que quieran.
Descansen, no hay prisa.
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