Serpientes y escaleras - Desgaste político

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Desgaste político

En política como en la vida, no basta tener buenas intenciones, hay que entregar buenas cuentas

 

Desgaste político

En junio del 2024 la gente apostó por un cambio, pero no un cambio cualquiera. En la boleta electoral aparecían tres mujeres, pero solo una de ella con la experiencia y la honestidad necesaria para provocar la transformación que demandaban los morelenses luego de cinco gobiernos terribles. A diez meses de gestión ese respaldo empieza a agrietarse por la falta de resultados y los casos de corrupción. El gabinete no sigue el ritmo de la gobernadora.

Tratar de defender al gobierno en función sólo de empeño personal de su titular puede ser ya más una argucia demagógica que un razonamiento válido. Nadie pone en tela de duda el compromiso de Margarita González Saravia, pero se ha vuelto generalizado el comentario de que no todos los que la acompañan merecen estar en las posiciones que ocupan.

El gobierno aún no está en un punto de crisis, pero como marchan las cosas ese será el escenario inevitable antes de que concluya el año; los escándalos de corrupción, las frivolidades de algunos secretarios y la falta de resultados son cada vez más evidentes y todo se resume en estado que no marcha, situación que comienza a provocar molestia en todos los sectores de la población.

Y es que, aunque la gobernadora es una dama sensible que con su presencia en territorio busca enterarse de manera directa de las cosas, Margarita González Saravia está atrapada en una burbuja que no la deja ver la realidad, que la mantiene distante de los problemas reales del estado y le oculta la falta de capacidad en gran parte de su equipo.

Pero eso es justamente lo que algunos de sus colaboradores quieren: armarle una agenda apretada que comienza desde muy temprano y acaba muy tarde no es casualidad, por un lado, la obliga a concentrarse en los múltiples eventos públicos, atender a cientos de personas y vivir en un escenario ficticio donde, por cierto, el público que la acompaña casi siempre es el mismo.

Además esa dinámica ayuda a abultar el negocio de quienes tienen a su cargo la renta del equipo que se utiliza en los eventos, que ha costado millones de pesos del presupuesto, que ya provocó una crisis interna y ha obligado a buscar dinero de todas las áreas con un alto riesgo personal para quienes lo aportan y los que manejan el recurso. Esta situación, por cierto, nunca había ocurrido en la historia de Morelos: ni que se gastara tanto dinero en eventos, ni que se hicieran transferencias financieras de esa forma.

Margarita González Saravia se mantiene activa, presente en las calles y sensible con la gente, pero su equipo no la acompaña ni le sigue el ritmo; la mayoría de los secretarios parecen no entender el momento ni la responsabilidad que cargan y solo unos cuantos mantienen el paso de la jefa y saben lo que intenta hacer desde el gobierno.

“A mi gobernadora le urge correr a más de la mitad del gabinete… y si yo soy uno de los que se tiene que ir ¡que así sea! con tal de que el gobierno funcione”.

La expresión no es inventada, se la escuché literal a una figura muy cercana a Margarita González Saravia, uno de los pocos que le sigue el paso, que mete el cuerpo por ella y que, como muchos, se da cuenta de que las cosas no están funcionando. Aunque así se lo digan.

¿Cuánto tiempo más se puede sostener la esperanza en una persona sin que se ofrezcan resultados y las palabras no sean hechos tangibles? ¿Cuánto tarda la decepción en convertirse en enojo cuando el cambio prometido no llega? La paciencia ciudadana no es infinita y un gobierno que no avanza, aunque no robe, ni mienta, termina siendo parte del mismo problema.

El panorama no es sencillo para Margarita González Saravia, por un lado está la falta de resultados de su gobierno y por otro la altísima presión que está recibiendo desde hace meses el gobierno federal de la Cuarta Transformación por los múltiples escándalos en los que están metidos sus integrantes. La mezcla es peligrosa, se convertirá en discurso opositor y puede traducirse en votos en el 2027.

Casos como el de Adán Augusto, Ricardo Monreal, Mario Delgado, Andy López, Luisa Alcalde, Gerardo Fernández Noroña… y las cada vez más constantes historias de corrupción, frivolidad, excesos y violencia que aparecen por todos lados está minando a Morena a pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum trate inútilmente de deslegitimar las cosas desde su conferencia mañanera bajo el tímido argumento de que “no hay pruebas” y que “el movimiento es muy fuerte”.

Morelos es una tierra especial, cuna de la revolución, con una sociedad altamente politizada, muy informada y que no tiene temor a expresarse. Los morelenses son obradoristas, pero no imbéciles; muchas veces han demostrado con su voto que apoyan a alguien, pero también han dejado claro que no están dispuestos a otorgar un cheque en blanco. El ejemplo más reciente de ello fue el 2024.

La gobernadora trabaja, escucha, recorre el estado, pero su equipo no la acompaña. Y no me refiero a la presencia física en los eventos, que sirve de pretexto a varios para no regresar a la oficina, sino del esfuerzo real, efectivo y medible en sus áreas, para que lo que promete Margarita González Saravia lo reciban los ciudadanos.

El esquema de Gobernadora en Territorio suena bien en lo teórico, pero no funciona en lo práctico, porque aleja a Margarita González Saravia de la administración y deja la toma de decisiones en el jefe de la gubernatura; además son eventos armados, donde acude casi siempre la misma gente y no representa al cien por ciento la realidad del estado. Es vivir en un escenario con un ambiente ficticio.

Veámoslo de esta forma: las giras, los eventos públicos y los encuentros con sectores se han hecho desde hace muchos años y siempre son iguales; a Jorge Carrillo Olea le aplaudían, a Sergio Estrada Cajigal le aplaudían, a Marco Adame Castillo le aplaudían, a Graco Ramírez le aplaudían y a Cuauhtémoc Blanco le aplaudían. ¿Por qué pensar que los aplausos a Margarita González Saravia son diferentes?

La esperanza que catapultó a la morenista al poder no es eterna y la paciencia ciudadana no durará para siempre; por mucho que se presuma la intensa agenda de actividades de la gobernadora, si el estado no arranca pronto y la ciudadanía no observa decisiones firmes, la paciencia se volverá reclamo.

A todos nos interesa que a Margarita González Saravia le vaya bien, que la primera gobernadora de Morelos no sea también la primera que decepciona tan rápido a la gente; para que eso ocurra debe haber cambios de fondo y toma de decisiones rápido. Si realmente existe un compromiso de los secretarios con su jefa, quienes deben dar un paso al lado son aquellos que saben que no han dado resultados.

No hacerlo es un acto de traición, una falta a la confianza, una lealtad fingida.

·         posdata

La puerta giratoria no existe, afirma el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Morelos, Juan Emilio Elizalde. La referencia es en respuesta al reiterado reclamo del ejecutivo por la liberación de personas detenidas en flagrancia, contra quienes se documentaron delitos, pero recuperaron su libertad por faltas al “debido proceso”.

“Lo que se ha dado a conocer como la ‘puerta giratoria’, de verdad se los digo con toda seriedad: no existe. Es una expresión coloquial inventada, no sé con qué propósito. Aquí lo que sí existe es la actuación de una institución llamada fiscalía, encargada de procurar justicia; una policía y otras fuerzas del orden que son los primeros respondientes. Y finalmente el Poder Judicial, que a través de sus jueces resuelve conforme a derecho, ya sea mediante sentencias, resoluciones o acuerdos”, declara Elizalde Figueroa.

Lo que dice el magistrado presidente no es falso, pero tampoco es verdad, es decir, es una expresión ambigua, una zona gris a la que recurren constantemente los impartidores de justicia para defender sus acciones a pesar de que la realidad sea opuesta. Ergo: puede ser que los fallos sean legales, pero eso no implica que hagan justicia.

 “Todos los actos que realiza un juez están sujetos a revisión. En caso de que se violenten disposiciones legales, un tribunal de alzada puede dar vista a la Junta de Administración y Disciplina para iniciar el procedimiento correspondiente. Insisto: no se trata de decisiones unilaterales ni basadas únicamente en criterios personales. Las resoluciones deben estar debidamente fundamentadas en el marco jurídico y las disposiciones legales aplicables”.

De Juan Emilio Elizalde como presidente del Poder Judicial de Morelos no se esperaba mucho: su trayectoria, historia de vida y desempeño en los tribunales lo volvió una figura que casi siempre pasó desapercibida; sus dos únicos momentos de notoriedad que ha tenido fueron cuando lo acusaron legalmente de incumplir compromisos familiares y ahora que de rebote quedó como presidente del TSJ.

Cuando los impartidores de justicia privilegian el análisis procesal por encima de la impartición de justicia, lo que tenemos es un escenario donde los delincuentes tienen en ministerios públicos y jueces a aliados valiosos que les permiten evadir la ley y recobrar la libertad casi de inmediato, no importando lo que hagan.

Por este camino tal vez lo mejor sería dejar de gastar en patrullas, operativos y acciones de prevención; mejor entregamos las llaves del estado a quienes ya nos gobiernan desde las sombras, esos que no hacen campañas ni tramitan amparos, porque les basta con un juez amigo que haga girar la puerta giratoria del poder judicial.

Justamente esa que el magistrado Juan Emilio Elizalde dice que no existe, pero está frente a sus ojos.

·         nota

Los grupos al interior del gabinete estatal se formaron antes de que iniciara formalmente el sexenio. Por un lado están aquellos cuyo compromiso es absoluto y permanente con la gobernadora Margarita González Saravia, con su proyecto de gobierno y con la línea de la Cuarta Transformación. En ese orden.

Del otro lado están los que vienen con una idea graquista, los que llegaron a hacer dinero y muy rápido han llamado la atención para mal; son los que responden a la línea de otro funcionario.

Más temprano que tarde todos deberán definirse, porque aunque formalmente todos dicen estar del mismo lado, en la realidad no es así y se nota.

Siempre es importante estudiar y conocer la historia porque se repite.

Esta historia ya la hemos visto, con el mismo actor que por un tiempo fue muy poderoso y luego fue expulsado en otro régimen.

Es como la fábula del escorpión y la rana.

·         post it

Aquí la historia para quienes no la conocen:

En el relato, un escorpión le pide a una rana que lo cargue para cruzar un río. La rana le dice: ¿Cómo sé que no me picarás? y el escorpión responde: Porque eso haría que ambos nos ahogáramos. La rana acepta y a la mitad del camino el escorpión la pica. Cuando la rana le pregunta por qué lo hizo y le recuerda que los dos van a morir, el escorpión responde: “Es mi naturaleza”.

·         redes sociales

Al Chicharito se le fueron encima por sus polémicos comentarios respecto al rol de las mujeres, pero a Cuauhtémoc Blanco, acusado por su hermana por intento de violación y expuesto por golpear a su esposa, las mujeres de Morena le apoyaron con el grito “No estás solo”.

Esa es la doble moral que vivimos actualmente en México.

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