Serpientes y escaleras - Crisis y oportunidad

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Crisis y oportunidad

La situación es delicada, pero si se atiende correctamente puede resultar en algo bueno.

 

Crisis y oportunidad

La contingencia que provoca la pandemia del coronavirus representa, quizá, el mayor reto que haya enfrentado Morelos en toda su historia. El COVID-19 pondrá a prueba a todas las instituciones del estado y también a sus titulares; de la manera como las autoridades atiendan esta situación depende lo que vendrá en el futuro para todos. Las crisis también pueden ser oportunidades.

La forma como el gobierno de México ha enfrentado el problema del coronavirus ha generado posiciones encontradas; informar diariamente sobre la situación es una medida efectiva y atinada por parte de las autoridades, no así las decisiones tardías que se han tomado en muchos casos, empezando por lo que respecta al flujo de visitantes del extranjero y las acciones de prevención en todas las actividades.

Mientras otros países del mundo han cerrado sus fronteras y endurecido las medidas sanitarias para quienes ingresan a su país, en México seguimos con las puertas abiertas y sin ningún tipo de control sanitario en los aeropuertos; las personas que llegan por avión no son sujetas a ningún tipo de revisión o control a pesar de la contingencia mundial. De la misma forma las autoridades han tomado a la ligera los protocolos mundiales para reuniones masivas; suspender actividades públicas o de audiencia masiva ha sido decisión de particulares, no de las autoridades; si por el gobierno fuera, los eventos masivos continuarían, como sucedió el fin de semana con el festival Vive Latino.

Según datos proporcionados por diferentes instituciones de salud, a partir del próximo 20 de marzo el número de infectados en México por el COVID-19 aumentará de manera exponencial, porque sería en esa fecha cuando los portadores comenzarán a mostrar síntomas y serán diagnosticados, de ahí las medidas de contención tomadas en todo el país por diversas instituciones de suspender actividades y detener clases en las escuelas.

Hasta el momento las medidas tomadas por el gobierno de México han generado muchas críticas en lo local y fuera del país, empezando por la actitud personal del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien decidió no cancelar su agenda política y continúa realizando eventos públicos, saludando de mano y besando a muchas personas, a pesar de que en todo el mundo, incluyendo en su gobierno, se insiste en evitar momentáneamente este tipo de expresiones corporales.

“Los mecanismos generales no aterrizan en el presidente de México; él goza de buena salud y aunque pasa de los 60 años, no es una persona de especial riesgo; casi sería mejor que padeciera de coronavirus porque lo más probable es que él se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune… la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio” afirma Hugo López Gatell, subsecretario de salud del Gobierno de México.

Frente a la situación mundial está lo que habrán de hacer en lo local los gobiernos y los estados; en Morelos es momento de escuchar a nuestras autoridades y comenzar a realizar medidas concretas para prevenir contagios.

Recordemos que por a contingencia del Covid-19 miles de personas han suspendido sus viajes y millones más se moverán de la capital con motivo de la Semana Santa; en ese momento la población flotante de Morelos crecerá exponencialmente y con ello la posibilidad de que comencemos a registrar localmente casos de coronavirus.

Estamos en el momento justo para que el gobernador Cuauhtémoc Blanco replique las medidas que a nivel nacional se han implementado, pero también para que como jefe de estado tenga la habilidad de anticiparse a problemas y actúe con oportunidad, como lo han hecho otras naciones del mundo.

Hasta este martes en el Estado de Morelos NO se había registrado ningún contagio por coronavirus, pero la situación puede cambiar en cualquier momento porque somos vecinos de cuatro estados en donde ya hay personas enfermas. El mandatario morelense debe rodearse de especialistas, actuar con oportunidad antes de que empiecen los problemas y tiene que tomar decisiones inmediatas basadas en datos precisos que le proporcionen personas especializadas.

La información sobre la pandemia del Covid-19 fluye por todos lados, sobre todo en redes sociales, aunque en muchos casos se trata de datos confusos, sin sustento o inventados, de ahí la psicosis que se ha generado en torno al tema. Precisamente por ello el Gobierno de Morelos debe poner atención especial en la comunicación, para que la gente se entere por medios oficiales de la realidad de la situación y comprenda la magnitud del problema sin caer en pánico.

Las contrariedades que provoca el coronavirus son mayúsculas y están pegando muy fuerte a todo el mundo, de ahí el acelerado desgaste del gobierno del presidente López Obrador. Esta crisis, empero, puede ser una oportunidad para el gobierno de Cuauhtémoc Blanco si el gobernador advierte la gravedad de la situación y actúa con oportunidad.

La clave para que esta crisis se convierta en oportunidad para el gobierno local radica en tres puntos: 1- Que el gobernador ENTIENDA en toda su magnitud el problema y las consecuencias que puede traer aparejado la multiplicación de casos. 2- Que EXPERTOS en la materia asesoren a Cuauhtémoc Blanco sobre las medidas a seguir, sobre todo en aquellas que se pueden anticipar. Y 3- Que el gobierno de Morelos COMUNIQUE de manera adecuada y oportuna, para que la población comprenda la situación, pero no caiga en pánico.

El jefe del ejecutivo debe valorar la realidad económica por la que atraviesa el estado para entender que Morelos NO tiene los recursos humanos ni financieros para atender una crisis sanitaria; si el problema se nos va de las manos, como ha sucedido en otros países, la situación sería sumamente compleja porque, además, no existen fondos de contingencia para un escenario de este tipo.

Cuauhtémoc Blanco está en el momento justo para actuar en materia de prevención epidemiológica, pero también para que con una reacción y manejo adecuado de la crisis recupere la confianza social que le ha arrebatado la inseguridad.

Esperemos que así suceda.

  • posdata

El problema de falta de agua en Cuernavaca es constante desde hace varios años, pero se ha agravado en los últimos meses. La razón de ello es sencilla: la red hidráulica es muy vieja, no se le ha dado mantenimiento, buena parte del equipo es obsoleto y lo principal: el SAPAC adeuda más de cien millones de pesos a la CFE, por esa razón constantemente cortan el suministro de agua.

Este fin de semana en pleno puente vacacional, los pobladores de Acapantzingo bloquearon una vez más el Paso Exprés, cerrando por varias horas el tránsito y provocando con ello un severísimo caos vehicular. El problema fue mayor porque no hubo atención oficial al problema y fue hasta que los vecinos del lugar se cansaron, que la circulación en esa importante arteria se reabrió.

Tienen razón los paisanos al reclamar al ayuntamiento y a su titular por la falta de agua, sobre todo porque el titular del área huye al problema y evita dar la cara a quienes justificadamente exigen respuesta. Lo que no puede concebirse es que sus acciones, los inconformes afecten a terceros y sobre todo que con ello se lastime la de por si averiada economía estatal.

Los reclamos de los pobladores de Acapantzingo son válidos, no así la forma que utilizan para ser escuchados. Cerrar una vialidad no afecta a las autoridades (por eso nadie acudió a hablar con ellos), pero provocó incomodidad a miles de personas avecindadas en la zona, generó una terrible imagen para el estado y dañó la economía de cientos de negocios.

Los amigos de Acapantzingo tendrían que pensar mejor en la manera de manifestarse para que en lugar de provocar enfado colectivo en su contra, sumen voluntades que les ayuden a presionar a las autoridades para que les solucionen sus problemas.

Dicho en castellano: al director del SAPAC no le interesó ni tantito que los vecinos pasaran horas bajo el sol manifestándose. Él estaba muy cómodo en otro lugar comiendo y bebiendo sin preocupación alguna.

  • nota

Luego de mucho tiempo y cuestionamientos, finalmente Alberto Martínez dejó la dirigencia estatal del PRI en Morelos; su salida no fue tersa, aunque él mismo confirmó su separación del cargo. En torno a su figura y actuación hubo muchas voces reclamando su falta de capacidad e incongruencia política.

La presencia de Martínez Dorantes como dirigente del Partido Revolucionario podría describirse como una época perdida en la mediocridad y la torpeza; desde que llegó al cargo se dijo que La Pave era una figura decorativa que servía a los intereses de Amado Orihuela, luego se le tachó de ser un personero de Rodrigo Gayosso, más adelante se le conoció como un diputado del gobernador Graco Ramírez y al final simplemente se le ubicó como el yerno de Rosario Robles. Alberto Martínez nunca ha podido tener una personalidad propia.

En su lugar, dicen, llega un joven temixquense de nombre Jonathan Márquez, alguien sin mayor mérito que ser amigo del malísimo presidente Alejandro Moreno. El novel dirigente entra al quite de un partido en declive y seguramente será el encargado de llevarlo al cementerio. Igual que Alberto Martínez, Jonathan Márquez carece de personalidad, luce por las personas con las que se junta y pocos le conceden algún mérito propio.

No importa quien llegue al PRI Morelos, porque el priísmo, principalmente el morelense, es caníbal y les gusta de hacerse pedazos solos. Algunas figuras jóvenes como la de Jonathan Márquez no merecen el respeto de ninguno de los viejos cuadros políticos del PRI local y son absolutamente desconocidos por lo que queda de la militancia.

La salida de Alberto Martínez del CDE del PRI local es una buena noticia para el priísmo, porque concluye una época aciaga para ese partido. La llegada de Jonathan Márquez es una mala señal de la dirigencia nacional, porque de nueva cuenta privilegia el amiguismo partidista, sin tomar en cuenta la necesidad que tiene el PRI de un liderazgo que lo ayude a salir adelante.

  • post it

El presidente Enrique Peña Nieto observó de lejos la crisis de Iguala, cuando 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron secuestrados por un grupo delictivo; el gobierno federal no supo reaccionar ante la crisis y perdió tiempo valioso tratando de diseñar un plan de contingencia, por ello al final fueron acusados de culpables del crimen. la reacción tardía del presidente en esta y otras crisis le hicieron perder la confianza ciudadana y ayudaron a sus opositores a ganar la siguiente elección presidencial.

Hoy el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está perdiendo tiempo valioso para actuar frente a la crisis global del coronavirus; a diferencia de otros países que han acelerado el paso y anticipado acciones, en México el gobierno sigue sin dimensionar el problema, ni dar pasos serios para contener una situación que evidentemente nos va a explotar en las manos.

Hoy todos estamos conscientes del momento que enfrentamos, por ello las acciones que a nivel individual y desde el ámbito privado se están tomando para prevenir que el tema se vaya de control. Como siempre en México las autoridades van varios pasos atrás de la sociedad y en lugar de ser la guía que muestre el camino, siguen haciendo caso omiso a los ejemplos internacionales, porque suponen que el Covid-19 igual que el resto de los problemas de México se terminarán combatiendo la corrupción.

El tiempo de reacción de las autoridades en este tipo de cuestiones es fundamental no solo para la solución de los problemas, también lo es para el buen manejo informativo de la crisis. Si el Gobierno de México continúa con el mismo ritmo las cosas no solo se saldrán de control, también pegarán muy fuerte en la imagen del presidente.

La popularidad de Andrés Manuel López Obrador se mermó con la violencia, se agravó con la recesión económica y se pueden morir con el coronavirus.

  • redes sociales

Mucha información fluye sobre el coronavirus en las redes sociales, pero no toda es cierta. La mejor manera de informarse, como siempre, es a través de fuentes confiables.

La Universidad de Facebook y sus múltiples estudios no existen.

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