Serpientes y escaleras - 2027, la elección del reacomodo

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En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - 2027, la elección del reacomodo

Los escenarios cambian y el resultado aún es impredecible, pero la elección intermedia será clave para el 2030.

 

2027, la elección del reacomodo

La contienda intermedia es más que un ejercicio de continuidad o de participación democrática, será una prueba de recomposición política en Morelos. La del 2024 fue una elección dividida en dos bloques, con una oposición que tuvo la inteligencia de sumar fuerzas y un partido oficial que cometió el error de competir sin sus aliados. La del 2027 será un proceso con múltiples focos donde el peso real de los partidos dependerá menos de las siglas y más de los liderazgos locales. En esa votación todo puede suceder.

A diferencia de la contienda anterior, donde la oposición local pudo unificarse bajo el argumento compartido de frenar a Morena y el oficialismo se fragmento debido a una mala planeación y conflictos internos, en la elección que viene el escenario será distinto para ambos bloques y es posible que veamos un sufragio pulverizado en distintas propuestas.

Del lado institucional Morena enfrenta un desgaste natural que deriva del ejercicio de poder, los efectos de las divisiones internas, las ambiciones personales, las agendas individuales y un entorno nacional en donde la 4T sigue siendo la fuerza predominante, pero también la que acapara mayor desgaste derivado de distintas circunstancias, empezando por la inseguridad. A diferencia del 2018 y 2024, hoy Morena ya no luce como una fuerza invencible.

En Morelos la oposición llega con una ventaja concreta: gobierna 30 de los 36 municipios del estado y esa estructura territorial, aunque diversa, otorga recursos, presencia y control político en prácticamente todo el estado. Los alcaldes en funciones buscarán la reelección que aún les permite la ley, lo que garantiza a la oposición una base operativa que Morena no tiene.

Pero no todo es miel sobre hojuelas para los adversarios de la 4T: de ese lado también se observan grietas que advierten que la alianza total del 2024 no va a repetirse: el PRI ya dijo que no volverá a aliarse con el PAN, el PRD es un partido en extinción y el partido local RSP no tendrá la fuerza que tuvo en la elección pasada; Movimiento Ciudadano también ha dicho que competirás solo apelando a una independencia que le ha permitido mantener el registro, aunque ganando muy poco.

La fragmentación del bloque opositor favorece a la 4T, porque diluye el voto anti Morena y ello, a pesar del desgaste de los gobiernos estatal y federal, abre la posibilidad de que el partido oficial mantenga y eventualmente recupere posiciones si logra evitar la división interna, selecciona buenos candidatos y manda a competir figuras con verdadero respaldo social y no solo afinidad política o cuota de género.

El Movimiento de Regeneración Nacional mantiene una ventaja relativamente cómoda en las encuestas, pero con una tendencia descendente, notoriamente marcada en el ejercicio del gobierno estatal. La calificación en los primeros nueve meses del 2025 al gobierno de Margarita González Saravia reflejan una desconexión entre las cifras oficiales y la percepción ciudadana; ergo: Morena conserva apoyo popular, pero sus gobiernos no logran sostener el ánimo social.

A ello se añade un elemento más: la dirigencia nacional ha dicho que, aunque la reforma electoral aplica hasta el 2030, a sus militantes no se les permitirá buscar la reelección y les aplicará la norma contra el nepotismo. Esa decisión mueve el escenario a todas sus figuras políticas vigentes, porque muchas de ellas estarían pensando en repetir en el cargo o impulsar a familiares a los municipios, algo que hasta ahora está prohibido por la 4T.

El resultado de estas circunstancias nos deja un partido con fuerza nominal, pero debilitado territorialmente, en contraste con sus opositores que no tienen cohesión nacional, se están dividiendo en lo local, pero tienen redes sociales activas capaces de mover al votante para lograr los números necesarios para ganar.

Y aquí aparece otra variable: históricamente las elecciones intermedias registran una menor participación ciudadana y en Morelos esa regla podría acentuarse en el 2027 derivado del cansancio social hacia los gobiernos de todos los partidos, la desconfianza hacia la clase política en general y la falta de figuras inspiradoras que sean capaces de motivar a la gente a votar.

La baja participación favorece a partidos con estructuras territoriales consolidadas, particularmente aquellos que manejan gobiernos y tienen recursos para operar con maquinaria propia. El choque de trenes en este espacio será interesante: a Morena le benefician los programas federales y estatales, en tanto que la oposición tiene de su lado el contacto directo y permanente con la ciudadanía desde los ayuntamientos.

Las obras del gobierno estatal y federal son importantes para la 4T, pero la apreciación total de estas acciones depende de la manera como el régimen las comunique; no basta que la gobernadora o algún funcionario federal o estatal acudan al arranque o conclusión de una obra, que se realice una gira o se difunda una sola vez alguna cifra destacando los proyectos, para que la conexión social se logre se requiere socializar el trabajo y humanizar la inversión, algo que no se está haciendo.

La falta de conexión entre el trabajo estatal con la percepción ciudadana tiene efectos políticos y electorales, porque los alcaldes son la autoridad que tiene más contacto con la gente y casi siempre son quienes se llevan los aplausos por las obras, sin importar quién y con qué recursos se realizan.

Los programas federales, particularmente los apoyos en efectivo son las únicas acciones en donde la gente tiene claridad de donde provienen (de la federación), pero en lo demás el ciudadano común se confunde y de manera natural reconoce el esfuerzo y la obra a la autoridad que tiene más cercana, es decir, el alcalde.

Esta circunstancia es determinante en materia electoral, porque en el 2027 se enfrentará la fuerza estructural que sostiene a Morena a partir de los apoyos federales y lo que cada presidente (a) municipal hace en su municipio; el gobierno estatal queda en medio, porque hasta ahora no hay ninguna acción relevante, ni tampoco una imagen sólida de la gobernadora que cobije a los candidatos de Morena.

Estos aspectos y la baja participación electoral que se da en las elecciones intermedias son elementos que los estrategas deben considerar al momento de armar sus planes, porque en elecciones intermedias de otros sexenios la tendencia del voto ha favorecido a los liderazgos locales y castigado a los gobiernos y a los partidos que dependen de la ola nacional.

La del 2027 no será una contienda ideológica, sino una lucha de territorios y estructuras; cada municipio jugará con sus propias reglas y el voto cruzado será la norma. Morena llega con ventaja nominal, pero con vulnerabilidades estructurales; la oposición tiene presencia territorial, pero no logrará la cohesión pasada. Cualquiera puede ganar, pero por un margen estrecho.

Morelos se encamina a una elección de equilibrios precarios donde no habrá una fuerza hegemónica y la fuerza no radicará en el discurso, sino en la operación; el resultado dependerá de la capacidad de los contendientes de despertar o mantener la esperanza del votante.

El cambo prometido desde hace años por todas las fuerzas políticas aún no se convierte en realidad.

·         posdata

Los morenistas reiteran que están más fuertes que nunca, que las críticas les hacen lo que el viento a Juárez y que todas las muestras de inconformidad tienen patrocinio económico y reflejan la desesperación de grupos radicales. Puede ser.

Pero si Claudia Sheinbaum tiene la aprobación del 80 por ciento de los ciudadanos ¿Por qué insistir tanto en el tema? Alguien que tiene de su lado a 8 de cada 10 personas no debía preocuparse por el enfado de una minoría, ni requeriría que sus aliados en todas las posiciones cierren filas. A menos que la realidad sea otra.

Personalmente creo que muchas de las cosas que ha hecho la presidenta Claudia Sheinbaum son correctas, como muchos ciudadanos voté por una mujer para que dirigiera mi país y mi estado y confío que de la mano figuras distintas, sin los antecedentes de otros personajes de la vida pública, ni las ambiciones que caracterizan a políticos de todos los partidos, el futuro de México y de Morelos puede ser mejor.

Me queda claro que lo que vive la presidenta de México desde hace varias semanas es una embestida como pocas veces se ha visto, la más dura en lo que va de su sexenio, que detrás de algunas muestras de inconformidad hay dinero e intereses políticos y que ciertas campañas de desprestigio no son orgánicas y tienen como objetivo lastimar su imagen y el proyecto político que representa.

Pero también creo que en medio de la lucha de poder hay muchísimas personas genuinamente preocupadas por la grave situación que vive nuestro país, por el brutal derramamiento de sangre a todo lo largo y ancho del territorio nacional, por el avance indiscriminado de la delincuencia que ya tomó el control de regiones completas y los cientos de personas que mueren o pierden su empleo a causa de grupos criminales.

Eso y la corrupción que sigue latente e impune, que se ve en figuras que abusan del poder, se enriquecen y se coluden con delincuentes como Adán Augusto, aquellos que presumen sus lujos a millones de ciudadanos que luchan cada día por salir adelante como Gerardo Fernández Noroña, por los innumerables casos de corrupción que siguen sin castigo como los funcionarios de Segalmex, por la protección política de la cual gozan personajes abominables como Cuauhtémoc Blanco y gobernantes que visiblemente están relacionados con el narcotráfico como Rubén Rocha.

Morena y sus dirigentes prometieron acabar con este tipo de cosas, se comprometieron a encabezar gobiernos honestos, austeros, cercanos a la gente, tolerantes y, sobre todo, distintos. Lo que vive hoy la presidenta Sheinbaum no es cosa menor, es la mezcla de ambas cosas: ataques perversos e inconformidad real, su reto es distinguir las diferencias y no generalizar, porque entonces la crítica aumenta y el respaldo social se diluye.

En Morelos la gobernadora Margarita González Saravia mantiene las cosas bien, sin sobresaltos mayores, con los mismos problemas que se viven en el resto de los estados, pero con la ventaja de ser una mujer genuinamente honesta, sensible, sencilla y cercana a la gente.

Políticamente se entiende que respalde a la presidenta y a su movimiento, pero debe ser cuidadosa de no subirse a una línea que descalifica a todo el reclamo por igual, porque eso es social y políticamente peligroso.

·         nota

Cuernavaca será el eje de la estrategia electoral de todos los partidos; de ahí partirán los planes estatales y será donde veremos la batalla más interesante.

El PAN tiene definida la candidatura en la figura de Daniel Martínez Terrazas y puede completar el cuadro con Adrián Martínez Terrazas, Andrea Gordillo y el alcalde José Luis Urióstegui; lo demás aún estaría abierto. 

En Morena aún no hay claridad, pero la candidatura quedaría entre Karla Herrera o Alejandra Pani, si se trata de mujer o Javier Bolaños y Daniel Altafi si es hombre; esto, por supuesto, si la nominación la define la gobernadora. Si la decisión viene de México el candidato será Víctor Mercado.

El PRI postularía a Lucía Meza y muy probablemente dejará que ella elija a todos los candidatos en la capital. Movimiento Ciudadano se decantará por Jessica Ortega y el Verde saldrá con una ocurrencia como cada tres años.

La batalla por Cuernavaca será entre el PAN y Morena, con la posibilidad de que la participación de Lucía Meza divida el voto y eventualmente convierta la de la capital en una elección de tres. El perfil del candidato (a) será clave para el triunfo.

·         post it

El presupuesto 2026 se aprobó por unanimidad. A varios ayuntamientos les fue bien y al congreso le fue requetebién. Con esos números sería raro que no fuera voto unánime.

·         redes sociales

Ya son cinco las propuestas interesadas en ocupar las 50 hectáreas que dejará libre la armadora Nissan; dos de ellas son armadoras. Bravo.

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