Serpientes y escaleras - La apuesta que viene

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En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La apuesta que viene

La elección intermedia no es cualquier cosa, es el primer paso hacia la gubernatura

 

La apuesta que viene

La contienda del 2027 será el primer examen político real de la gobernadora Margarita González Saravia y el primer pulso electoral que medirá si Morena tiene capacidad de recuperación o la oposición se consolida territorialmente de cara a la gubernatura del 2030. El resultado aún no puede ser previsto, pero se puede anticipar la lógica que moverá el sufragio, porque Morelos es un estado que vota emocionalmente y castiga rápido.

El Movimiento de Regeneración Nacional sí puede recuperar terreno electoral en el estado si consolida dos condiciones mínimas, ambas complicadas, pero no imposibles: resultados tangibles y bien comunicados en materia de seguridad; no sólo cifras, no únicamente discursos, sino golpes mediáticos consistentes y operativos coordinados sustantivos que hagan sentir a la gente que el gobierno está recuperando terreno frente a los grupos delictivos.

Dados los terribles antecedentes locales de los últimos cinco gobiernos, el morelense ya no cree en conferencias de prensa, necesita detenciones de alto impacto, disminución perceptible de la extorsión y los robos, además de presencia real y permanente de la policía en las colonias. Si el nuevo fiscal y el secretario de seguridad logran generar una percepción de acción, Morena puede frenar el voto de castigo que trae aparejada la inseguridad.

Segundo: se requiere una narrativa política sólida y disciplinada, algo que el nuevo secretario de gobierno Edgar Maldonado puede lograr si cohesiona al gabinete, frena la guerra interna, impone disciplina narrativa y mejora la relación y la coordinación con los municipios; para que esto se logre primero hay que aceptar que existe un problema interno y después entender que hacer política no es solo acudir a eventos y tomarse fotos.

Estos dos puntos son sustantivos para que Morena recupere terreno en la zona donde se concentra el mayor número de votos; Jiutepec es un municipio redimible porque su electorado es volátil y responde rápido a las estructuras, pero hoy la ventaja en ese municipio la tiene el alcalde. Temixco y Xochitepec también son rescatables sí el estado logra una reducción perceptible de la violencia, pero en el segundo caso la fuerza personal del presidente municipal obliga a postular a alguien con el mismo o mayor carisma que el edil actual.

Cuautla es un espacio en disputa, pero un buen trabajo en materia de combate al delito, combinado con un candidato (a) ajeno a los grupos de poder políticos tradicionales puede mover la balanza en favor de la 4T. Y luego están las alcaldías rurales, donde el movimiento puede avanzar y recobrar el control a partir del manejo de los programas sociales y la estructura del partido. Para que esto suceda, la dirigencia estatal de Morena se tiene que poner a trabajar.

Pero el escenario no está definido y la oposición podría mantener o ampliar los triunfos obtenidos en el 2027 si las cosas no mejoran en materia de seguridad, si la situación de violencia y criminalidad en Morelos sigue siendo la misma hasta que inicie el proceso electoral, con enojo creciente, debilitamiento institucional, inseguridad al alza, narrativa adversa y un movimiento juvenil anti-establishment en gestación; si nada cambia, las cosas serán muy complejas para la 4T.

En este momento de la vida del país y del estado la gente ya no busca ni acepta proyectos, quiere soluciones y autoridades que los defiendan del miedo. La oposición puede capitalizar tres fuerzas: el voto de castigo urbano, la disputa interna de Morena derivada de la falta de liderazgo instituciona y los intereses personales y el enojo por la falta de oportunidades para muchos que “se la jugaron” con el proyecto y no entraron al gobierno.

El voto juvenil y social que pueda provocar el movimiento de la Generación Z y el enojo social por la inseguridad son aspectos que en todos los escenarios jugarán en contra de la 4T; sí el ciudadano que normalmente no participa en cuestiones políticas ni vota en los procesos electorales, se mueve en una elección en la que regularmente la gente acude menos a las urnas, su impacto puede ser desproporcionado, sobre todo en zonas urbanas. Si esto ocurriera, la oposición mantendría fácilmente el control de los ayuntamientos de Cuernavaca, Cuautla, Temixco, Emiliano Zapata, Xochitepec y Jiutepec, además de que el rompimiento interno en Morena les abriría la puerta para pelear zonas rurales.

Si la inseguridad no mejora de manera visible y tangible para la gente o si los temas relacionados con la violencia y el combate al crimen no se socializan mejor, de forma que el ciudadano tenga confianza en sus autoridades, la oposición mantendrá el control de la narrativa y por tanto de municipios clave; con ello ampliaría su influencia en posiciones que hoy no controla, como los distritos federales.

Un tercer escenario posible es que el duelo del 2027 resulte en un Morelos territorial, donde Morena recupera posiciones gracias a la fuerza de los programas sociales y las estructuras, pero la oposición se afianza en el corredor metropolitano y la batalla en las ciudades y comunidades medias la pelea se vuelve caótica.

Este último plano es quizá el más probable a partir de los datos actuales, porque se antoja sumamente complicado que la seguridad mejore en poco tiempo o que los titulares de las áreas de prevención del delito y procuración de justicia le den un enfoque distinto a la comunicación, porque simplemente no les importa o consideran que la percepción es un asunto que no afecta su trabajo.

La inseguridad, las redes sociales, la percepción pública, la movilización juvenil, el impacto de la Generación Z y el desgaste natural que provoca el ejercicio de gobierno son factores que apuntalan este tercer escenario. Con una votación así tendríamos un congreso dividido, alcaldes con agendas personales, una gobernadora obligada a negociar permanentemente y el camino al 2027 totalmente abierto para quien logre aprovechar las condiciones sociales.

Esto último es lo más inestable, pero también lo más factible e interesante de analizar, porque convierte a la elección intermedia en un ensayo político/social de lo que podría venir en el 2030.

La fuerza de la oposición en Morelos no deriva de un proyecto bien estructurado o del trabajo coordinado entre partidos y ayuntamientos, existe porque Morena no ha hecho un buen trabajo en el territorio, se ha concentrado en mantener ocupada a la gobernadora en eventos y confía de más en los programas sociales y en que la imagen del partido haga el trabajo que no se hace desde la dirigencia estatal.

Hoy la 4T enfrenta un entorno social adverso, una narrativa pública que va en sentido contrario del discurso oficial y un manejo estratégico erróneo del gobierno federal en temas que mueven el ánimo social y marcan la percepción. Aunque los cabecillas de la 4T y sus gobernadores aplaudan todo lo que afirma la presidencia, en el fondo saben que la crisis no se está manejando de manera correcta y que el enojo presidencial, enfrentando a los críticos y deslegitimando las demandas sin importar lo válidas que sean, afectan a todo el proyecto.

Lo más preocupante para Morena no es la marcha de los jóvenes (y no tan jóvenes), ni la narrativa crítica en redes sociales, donde verdaderamente está perdiendo la batalla ese partido es en la confianza de la gente.

Hoy la narrativa pública ya no la escribe un partido, ni una conferencia mañanera, ni una figura de poder, la escribe la realidad. Y la realidad, por más que se maquille, no perdona la soberbia, ni la confianza excesiva de aquellos que se sienten invencibles y creen que nada puede moverlos.

Justo esa actitud fue la que antes hizo caer al PRI y al PAN.

Dicen que no, pero al final todos los partidos son iguales.

·         posdata

La designación de las dos nuevas magistradas del Tribunal de Justicia Administrativa no estuvo libre de polémica y ha provocado reacciones airadas de diversos grupos, empezando por las organizaciones de abogados.

El tema comenzó a calentarse desde el principio y el debate se agudizó cuando el presidente del TJA Guillermo Arroyo declaró públicamente que las nuevas dos plazas eran innecesarias y asignarlas requeriría un incremento presupuestal del orden de los 20 millones de pesos anuales.

Al conocerse los nombres de las dos nuevas magistradas el debate se centró en su relación con el poder, algo que invariablemente genera desgaste al congreso y de manera especial a Morena, porque nuevamente se acusa favoritismo.

Es claro que ni al poder legislativo ni a la 4T le interesa el qué dirán ni tampoco se ocupan del control de daños, suponen que las palabras se las lleva el viento y que los programas sociales los blindan electoralmente de cualquier crítica, porque la gente votará a su favor mientras les sigan dando dinero. Puede ser.

La pregunta es ¿No podrían hacer lo mismo con más sutileza? Es decir, todos los gobiernos de todos los partidos han actuado igual, operan de la misma manera y siempre benefician a sus aliados, pero lo hacía con más cuidado, menos burdo, respetando las formas.

Quizá la lógica de las figuras de poder impere porque el voto cautivo está asegurado y la gente sólo se conforma con los apoyos sociales. El problema vendrá si las cosas no son así, si a pesar de los apoyos, algunos beneficiarios, simpatizantes, militantes o aliados votan en contra o dejan de sufragar en cascada.  

Reitero: siempre se ha hecho lo mismo, pero antes se cuidaban las formas.

·         nota

Por muchos años la dirección/secretaría de transporte de Morelos representó una de las mayores fuentes de ingresos para las arcas del estado; los trámites que de manera cotidiana realizan miles de ciudadanos y que en conjunto representan (¿representaban?) cientos de millones de pesos anuales para el gobierno morelense por concepto de placas, licencias, permisos y diversos trámites.

Los tropiezos que desde el inicio de esta administración ha tenido esa oficina indiscutiblemente afectaron la recaudación, porque complicaron los procedimientos, causaron muchos problemas a los ciudadanos y mostraron que la decisión de nombrar a un neófito en el tema como Josué Fernández fue un grave error, porque no solo hizo mal su trabajo, también multiplicó la corrupción.

Hoy al nuevo director le corresponde tratar de enderezar el barco y el reto no es menor, porque las cosas se descompusieron, la corrupción se salió de control y el ingreso cayó de manera drástica.

Triste pero cierto: cuando estaban los malos, la oficina funcionaba bien y la caja sonaba; ahora que llegaron los buenos el proceso se descompuso y el dinero dejó de fluir.

·         post it

La llegada de Ernestina Godoy a la Fiscalía General de la República debe haber caído como balde de agua fría al exfiscal Uriel Carmona; recordemos que fue ella quien lo denunció por la protección que brindó a un feminicida y también la que lo acusó de alterar el dictamen sobre la muerte de una joven que fue asesinada y tirada en un paraje de Tepoztlán.

El tema no ha concluido y ahora desde la FGR, el proceso puede revivir y complicarle la vida a un personaje que, además, se confrontó de manera personal con la actual presidenta de México Claudia Sheinbaum.

El poder no es para siempre, pero eso lo olvidó Uriel Carmona. Y lo olvidan políticos en funciones.

·         redes sociales

La gobernadora margarita González Saravia no para de trabajar, pero le falta un mejor acompañamiento. Si ajusta su equipo, su proyección en el 2026 será mucho mejor que la actual.

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