Serpientes y escaleras - Campañas insulsas

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Campañas insulsas

Después de una semana aún no se ve a un candidato que lleve la delantera.

 

Campañas insulsas

Al arrancar la segunda semana de actividades de campaña aún no es claro el sentir del votante; en otros procesos electorales fue posible percibir desde el principio el ánimo del elector hacia ciertos candidatos, pero eso hasta ahora no se ha visto. En algunos municipios como Jiutepec o Jojutla es clara la ventaja que tienen los candidatos de Morena a la alcaldía, pero en lugares como Cuernavaca todavía no se nota un puntero. Las contiendas apenas van tomando forma.

En ocho días de campaña los candidatos de todos los partidos no han mostrado mucho, si acaso algunos actos masivos para presumir músculo que en tiempos de pandemia en lugar de generar empatía provocan enfado. En general tenemos campañas con más ánimo que estrategia, candidatos que caminan acompañados de su estructura, regalan cosas y estrechan manos, pero sin un pan estratégico para captar votos.

En paralelo a las actividades diarias de los candidatos hay dos aspectos claves que merecen atención: las estructuras y la comunicación.

En el primer caso existen al menos dos tipos de estructura: la propia, la que los candidatos han trabajado desde hace años, en donde además de un acuerdo económico existe una relación personal; y la rentada, es decir, la que se contrata a los líderes de las colonias y cuya confiabilidad provoca dudas en propios y extraños, porque se venden al mejor postor, lo hacen a varios candidatos en la misma elección y casi siempre dan malos resultados.

La comunicación es clave en una campaña, sobre todo en una como la que estamos viendo en tiempos de pandemia; los mensajes que se lanzan a través de los diferentes medios de comunicación y en las redes sociales son un complemento necesario para que los candidatos sean conocidos y provoquen empatía. Hay dos puntos clave en el discurso: el contenido y los emisores; de poco sirve que los mensajes se lancen desde las propias redes de los candidatos, porque esas llegan principalmente a sus conocidos y a quienes ya de por sí están con ellos; la publicidad contratada en redes sociales (etiquetada por las propias plataformas como publicidad) es poco efectiva porque la gente nota que se trata de propaganda pagada.

En estos primeros días de campaña queda claro que la mayoría de los equipos de campaña no hicieron bien su tarea y apenas están tratando de armar una estrategia; solo algunos entendieron que los meses previos a los 45 días de campaña eran para trazar un plan de acción para cada día, definir una línea discursiva y hacer trabajo político; muchos candidatos salieron a las calles sin nada de eso: van pescando cosas al aire y notoriamente carecen de un programa que cumplir.

Esto se suma al desinterés que está mostrando la gente por las campañas; hoy la preocupación del ciudadano está en las crisis sanitaria y económica, en la falta de empleo, en la violencia y en el caso de la capital de Morelos, en el desabasto de agua.

En Cuernavaca hay 19 candidatos a la presidencia municipal que andan en las calles sin un plan concreto de trabajo, sin agenda social, sin línea política y sin tener claridad sobre como ganar la elección. En la capital hay cuatro campañas que sobresalen del resto, pero incluso ahí no han podido establecer un programa de actividades con objetivos medibles.

En la campaña capitalina han comenzado a circular encuestas que dependiendo de quien las haga, ponen a uno u otro candidato a la cabeza; todos se llaman ganadores, todos presumen que les va bien en campaña y los cálidos recibimientos que les da la gente. “Nos están refrendando el apoyo… Nos dicen que van a volver a votar en cascada… Nos dicen que quieren un cambio… Nos dicen que no quieren más de lo mismo…” Todos, hasta el más modesto de los contendientes tiene motivos para creer que va bien.

Lo que se ve en este proceso no es nuevo, ni tampoco sorpresivo, salvo quizá para algunos estrategas que asumen que un buen recibimiento se traducirá automáticamente en votos. En la calle es normal que la gente le de por su lado a los candidatos, sobre todo cuando estos les llevan algo de regalo; desde hace tiempo el ciudadano aprendió a mentirle a los políticos, a decirles lo que quieren escuchar y tratarlos de la misma manera que ellos los tratan cuando ganan.

En esta primera semana de campaña he podido charlar con una docena de candidatos de casi todos los partidos y ninguno me ha dicho que le ha ido mal en las calles; “el obradorismo nos va a volver a apoyar”, me dicen unos; “la gente está cansada y quiere un cambio”, me presumen otros. Todos se sienten entusiasmados porque el recibimiento ha sido mejor de lo que esperaban.

Aquí me surgen dudas ¿En serio volveremos a ver un voto en cascada sin importar el perfil de los candidatos? ¿Es posible que a todos los candidatos les vaya bien y que los ciudadanos les brinden amor a todos? ¿En serio con una sola reunión o unos minutos de plática el votante queda convencido? ¿Desde los electores ya definieron su voto?

Personalmente no tengo claro quien de los cuatro candidatos punteros de la capital tiene mayores posibilidades de triunfo; me queda claro que Morena es el partido mejor posicionado, pero también es evidente que el gobierno de la capital (de Morena) ha sido terrible y provoca una enorme animadversión en miles de personas que no estarían dispuestas a refrendarle la confianza a ese partido. Todos tienen puntos a favor y en contra, la duda es cuáles pesarán más el día de la elección.

Un dato más: a diferencia de otros procesos electorales en los que se podía ver desde el principio la ventaja de un candidato, en este momento no me es posible identificar a alguien cuya ventaja sea notoria e irreversible. Morena es el partido con más intención de voto, pero el candidato mejor posicionado es José Luis Urióstegui; Sergio Estrada está muy entusiasmado en su campaña y Matías Nazario trabaja de sol a sol con una agenda más definida que la de los demás. ¿Quién lleva ventaja?

Otro dato: en una elección intermedia habrá menos participación electoral y un elevado número de candidatos a la alcaldía (19); de todos los contendientes seguramente habrá algunos que no llegarán al final y declinarán; hay dos tipos de declinaciones: las que sirven para dar un golpe mediático y las que tienen estructura y aportan votos. ¿Alguien en los equipos de campaña está trabajando en las declinaciones?

Una semana es muy pronto para ver la madurez de una campaña, pero tomando en cuenta que solo habrá 45 días de campaña cada día es importante para los candidatos. La ventaja de Morena respecto a los demás partidos es visible, pero no suficiente para garantizarle el triunfo en automático a todos sus candidatos, sobre todo en espacios como Cuernavaca en donde la población está más politizada y la molestia social se encuentra en un punto muy alto por la mala administración que ha tenido Morena en la capital.

No perdamos de vista algo: la clave de cualquier campaña es que el candidato o el partido conecten con el electorado y hasta ahora nadie lo ha logrado.

                                                            

 

  • posdata

Los debates son un ingrediente común en las campañas electorales; casi siempre los candidatos debaten entre ellos para contrastar ideas, para resaltar sus propuestas, para fijar posturas y especialmente para exhibir al rival.

Hay algunas reglas no escritas en las campañas políticas: quien va arriba no debate ni pelea; ¿Por qué? Porque el que lleva la delantera no gana en ninguno de estos escenarios y exponerse le puede resultar contraproducente. No es un argumento democrático, pero es real y debe tomarse en cuenta.

En la elección que estamos viendo ahora es evidente que no habrá debates, no al menos oficiales. ¿Porqué? ¡Porque es imposible que 19 candidatos debatan! No hay manera de encontrar un formato funcional y pensar en dividir a los contendientes sería un problema mayor, porque no habría acuerdos para ello.

Los debates están muy lejos de ser formatos que interesen a la gente, de hecho, salvo en honrosas excepciones, los debates tienen muy baja audiencia, resultan aburridos y normalmente se vuelven el ring de pelea de algunos candidatos. Eso si: a todos los participantes y a sus partidos les interesa ganar el post debate, es decir, fijar la idea que fueron ellos los que ganaron y crear la percepción de que van adelante.

En esta ocasión no hay posibilidad de que veamos un debate entre contendientes, a menos que la autoridad electoral los obligue; aún en ese caso no me imagino qué formato utilizarían y de que manera se maniobraría con casi dos decenas de participantes que fijarían una postura, cuestionarían, replicarían y luego tendrían derecho a una contrarréplica. Imposible.

Hagámonos a la idea que en esta ocasión no veremos debates, aunque no faltarán quienes lo pidan. Insisto: la regla no escrita es que quien lleva la delantera en la contienda ni debate ni pega.

Será interesante ver quienes piden debatir.

  • nota

Enésima ocasion que la gente de Cuernavaca sale a las calles a exigir agua; esta vez fueron vecinos de la colonia Lázaro Cárdenas quienes afirman que desde hace tres meses no les llega el vital líquido y ante ello recurren a la manifestación pública. Por la tarde lo hicieron pobladores de la colonia El Vergel; la misma queja.

Como siempre no hubo respuesta de las autoridades: la gente salió, cerró las calles por algunas horas y luego de un tiempo se retiraron igual que como llegaron; de parte del ayuntamiento no hubo solición, ni siquiera atención a sus demandas.

Algunos candidatos han tomado la falta de agua como parte de su discurso de campaña; obvio: el tema es vigente, es real y mueve a los ciudadanos. Lo que se debe tomar en cuenta en este tema es que aunque el problema radica en la ineficiencia del Sapac y el mal manejo de las autoridades municipales, los adeudos no son todos de la actual administración.

Cuando el candidato Jorge Argüelles recrimina al municipio el adeudo millonario del sistema de agua potable está olvidando que más de cien millones del total de los pasivos acumulados se generaron en la administración pasada. Igual que en el tema de la inseguridad, en el desabasto de agua el abanderado de Morena debe medir sus palabras, porque está hablando de asuntos que involucran a gobiernos de Morena.

Cuidado: si los opositores del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia en Cuernavaca analizan el discurso de Jorge Argüelles se van a encontrar con elementos con los cuales hacerle contracampaña. El diputado no puede deslindarse de los gobiernos de Morena ni tampoco puede desmarcarse del gobernador Cuauhtémoc Blanco, su equipo debe tener cuidado con el mensaje para que las palabras de su candidato no se conviertan en un boomerang que a la vuelta del tiempo les golpee el rostro.

Es consejo.

  • post it

Gana 102 mi pesos mensuales como titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Morelos y se embuchaca casi 5 millones de pesos al año como titular de una notaría. Se llama Raúl Israel Hernández. ¡Chulada de funcionario!

  • redes sociales

Primer acto: Los candidatos del primero partido comparten imágenes de sus actos de campañas en redes sociales y el buen trato que reciben de la gente.

Segundo acto: Los candidatos del segundo partido comparten fotografías de la misma colonia, con las mismas personas, también presumiendo apoyo.

Tercer acto: Los candidatos del tercer partido muestran videos con los mismos ciudadanos, sonrientes, manifestándoles su apoyo.

¿Cómo se llamó la obra?

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