Repaso - LIBRO LA ENTIDAD DONDE VIVO: EL SILENCIO DE LOS NEGLIGENTES
En opinión de Carlos Gallardo Sánchez
Abordar nuevamente el tema lo vale. Cuando la Secretaría de Educación Pública (SEP) decidió renovar el libro de tercero de primaria destinado para el acercamiento formativo a la circunstancia regional, lo denominó “Estudio de la entidad donde vivo”. En Morelos la primera edición se fechó en el año 2011.
Los lineamientos para la elaboración del libro de texto referido fueron propuestos desde México y, desde luego, debía ajustarse a la asignatura estatal del mismo nombre que estaría incorporada a los planes y programas de estudio vigentes.
Correspondió a cada autoridad educativa local integrar el equipo encargado para ello. Esa tarea de coordinación fue responsabilidad de los funcionarios de entonces que dirigían el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM). Básicamente se seleccionó a los autores del texto, a dos ilustradoras y a una responsable del diseño del libro. Las fotografías fueron tomadas por diversas personas que amablemente aceptaron facilitarlas para ese propósito.
Todo lo anterior implicó un gasto que debió cumplir el IEBEM, como lo hicieron de igual manera las autoridades educativas en todas las entidades federativas. Nada de que no había dinero o que decidieran no elaborarlo. Tenían que entregar en tiempo y forma los archivos digitalizados, de modo que ello permitiese que el libro llegase a tiempo a los centros educativos.
A la SEP le correspondía publicarlo. Para Morelos, ese libro, en 2012, alcanzó un tiraje de aproximadamente 45 mil ejemplares. Ningún alumno de tercero de primaria dejó de recibirlo durante los ciclos lectivos que estuvo vigente.
Esa asignatura se mantuvo hasta la fecha, con un nuevo enfoque y diversos contenidos. Para tal efecto, nuevamente, la SEP delegó en las autoridades educativas de cada estado la redacción y diseño de un nuevo libro de texto.
Estoy enterado que, por lo que corresponde a quienes lo redactaron, atendiendo a las indicaciones técnicas y didácticas de la SEP, así como a la minuciosa revisión por parte de los especialistas que se comisionan para ello, se cumplió con las tareas encomendadas. En otras palabras, el libro se hizo.
Todo me hace suponer que de tanto destinar recursos para otros fines poco confesables, por ejemplo para apoyar alguna campaña electoral o para posiblemente cumplir con alguna cuota millonaria que en Palacio de Gobierno les exijan así como para abultar los bolsillos particulares de dos o tres funcionarios del IEBEM, se les hizo fácil regatear los recursos necesarios para la elaboración y diseño del libro, y no cumplieron con las fechas de entrega. ¿Quién va a explicar este embrollo? A lo mejor nadie, porque difícilmente tendrán un argumento razonable para justificar su estulticia.
Vergonzosamente, sólo Morelos y Puebla no lo entregaron o algo pasó para que la SEP no lo imprimiera. Es tiempo que en Morelos nadie dice que ocurrió. El silencio de los negligentes en ese coto de poder institucional que está en manos de mediocres, ofende a la razón y es una muestra de que poco les importa, por ignorantes y desarraigados, el estudio del patrimonio cultural y natural que debe fomentarse desde la infancia. La administración de Eliacín Salgado de la Paz como director general del IEBEM, en ese sentido (y seguramente en otros), pasará a la historia como una de las peores.
De refilón
En una columna anterior donde abordé el mismo tema, leyendo las opiniones de quienes me leen, principalmente docentes, advierto la iniciativa que algunos tienen para subsanar la carencia de ese libro de texto.
De esa iniciativa y responsabilidad se aprovechan los incompetentes jerarcas del IEBEM. Por eso no experimentan preocupación alguna si falta algún libro por distribuir en las escuelas.
Rebaba
Pero eso sí, están interesados en saber si se puede emplear la Ley Olimpia para difamar a quienes someten al escrutinio de la opinión pública su desempeño venal y sospechoso.
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