Repaso - ESCUELAS: DE MIEDOS A MIEDOS

En opinión de Carlos Gallardo

Repaso - ESCUELAS: DE MIEDOS A MIEDOS

En las escuelas hay de miedos a miedos, provocados por hechos o circunstancias ajenos a su propia dinámica. Se originan desde afuera y pegan duro entre la comunidad educativa de cualquier plantel. A veces derivan de rumores perniciosos y otras ocasiones por sucesos o fenómenos lamentablemente reales.

Recuerdo que, hace más 40 años, desde el norte del país se generó un rumor de que brigadas de extranjeros que se hacían pasar como médicos, recorrían las escuelas públicas para aplicarle a los niños una vacuna que los esterilizaba. El pánico se apoderó de muchos padres de familia que se presentaban en los centros educativos para llevarse a sus hijos, porque les “avisaban que los vacunadores ya andaban cerca. En lo particular me tocó atestiguar eso en alguna población del Estado de México, por el rumbo de Amecameca. Todo tipo de versiones giraban alrededor de esa “campaña”, principalmente la relacionada con el control de la natalidad que, afirmaban, eran políticas de las grandes potencias económicas para evitar que los pobres se siguieran reproduciendo- Hasta donde recuerdo, no se comprobó en ningún caso la presencia de una brigada así. Sin embargo. el miedo creo que llegó a propagarse considerablemente.

En otros tiempos diversas noticias dieron cuenta de sucesos misteriosos y sangrientos, que inevitablemente afectaba el ánimo no sólo en la sociedad entera, sino también en los espacios educativos. DE ese modo se habló mucho del “descabezador”, misterioso individuo que salía a las calles a cobras víctimas. Más se temió la presunta existencia del tristemente famosos “chupacabras”, al que se le llegó a concebir como devorador también de seres humanos. Nada de esos rumores se comprobó y, parece, sólo fueron falsedades que, sin embargo, afectaron a muchos ciudadanos, a su confianza de estar o andar por la vía pública. Finamente fueron noticas esparcidas sin sustento alguno.

Otra cosa son los miedos ocasionados por hechos o fenómeno reales, como aquellos que han derivado de los daños de en sismo. Hay personas que al registrarse ahora cualquier movimiento telúrico los invaden severos estremecimientos. No pueden mantener la calma dadas las experiencias delicadas que tuvieron.

Hoy, finalmente, tenemos en nosotros el miedo por el coronavirus. Desde luego, aunque no se cumpla con los planes y programas de estudios, fue una medida acertada tomada por el gobierno federal.

El coronavirus no es un rumor venido de quién sabe. Tiene lugar de origen y formas de propagación, Se sabe lo que provoca y se están buscando en nuestro país las mejoras alternativas para enfrentarlo.

Se nos sugiere que no entremos en pánico y que mejor respetemos las medidas de cuidado que nos están proponiendo. Está bien. Con cierto nivel de razonamiento cualquiera entiende la gravedad del caso.

Lo lamentable de este problema social es que muchos ciudadanos desatienden esas medidas. No basta que digan que están obligados a no quedarse en caso, como se recomienda, porque deben ganarse el sustento diario. Eso no está discusión. Lo que se ve es que no asumen precaución alguna al salir a la calle. Les importa poco la sana distancia, el estornudar como se recomienda, la higiene de las manos. Es espantoso su nivel de inconsciencia.

En fin, quienes de alguna manera hemos respetado las sugerencias que se nos han dado, todavía podemos hacer algo, llamando a la cordura a aquellos que tenemos cerca y que observamos peligrosamente despreocupados.


* De refilón

La familia es fundamental para enfrentar estos tiempos calamitosos. Por eso Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, reitera su idea de que hay que llamar a los mexicanos a apoyarse, primero, en familia.

Yo sí creo en ello. Cuando acá, con los míos, se me indica que debo disciplinarme más, pues me consideran el más vulnerable de todos ellos, internamente me felicito de tener cerca de mí a esos seres que me dan vida y ánimo. Ellos son los primeros para saberme acompañado, cuidado. Espero poder hacer lo mismo. Pagar con la misma moneda, que en este caso es el de la atención, el afecto, el cuidado correspondido.

E mail: profechon@hotmail.com