Observador político - Con artimañas, busca reelegirse Andrés Lozano en el sindicato del SAPAC

Uno de los sectores más importantes y fuertes electoral y socialmente del PRI durante décadas fue la Confederación Nacional de Trabajadores (CTM), y desde hace décadas, se ha venido desmoronando a grado tal, de ser prácticamente una organización huérfana. No tiene pies ni cabeza y sus representantes se han convertido en líderes de papel. Ya no pesa ni representan prácticamente a nadie pero siguen con los viejos vicios de antaño para mantenerse en el cargo: amenazas, fraudes y acciones ilícitas, como las que pretende hacer Andrés Lozano Alcántara, quien busca reelegirse luego de 15 años de estar como secretario general del sindicato del SAPAC.

La Confederación de Trabajadores de México es una central sindical obrera fundada el 24 de febrero de 1936, durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas. Vicente Lombardo Toledano fue designado el primer secretario General en la historia de la CTM, cuyo lema es: "Por una sociedad sin clases", por lo que a más de 80 años de su creación, el espíritu y objetivos de esta organización prácticamente se han quedado en el olvido y por tanto, la promoción, innovación y modernización de sus integrantes para buscar el desarrollo y bienestar de las familias mexicanas es una falacia, un engaño pues, en razón de que el bienestar y desarrollo solo es en favor de sus líderes cetemistas como sucedió con el extinto Fidel Velázquez, Sánchez, con Vinicio Limón Rivera, ahora con Andrés Tufiño Barrera y que ha llegado de igual manera a Andrés Lozano Alcántara.

Durante décadas, tanto a nivel nacional como estatal, la CTM fue el bastión político del PRI, por aquello del voto corporativo sin embargo, desde hace ya muchos años que esta organización ha dejado de pesar electoralmente en las elecciones y un ejemplo claro de ello, fue que a pesar de que su nacimiento y crecimiento fue siempre de la mano del partido tricolor, en Morelos, su entonces dirigente Vinicio Limón Rivera, decidió apoyar no al candidato del Partido Revolucionario Institucional en el 2018, sino que decidió irse con el hijo de Graco Ramírez Garrido Abreu, Rodrigo Galloso Cepeda, a pesar de que este personaje fue respaldado por el Partido de la Revolución Democrática y el Partido Socialdemócrata. Los resultados fueron catastróficos porque quedaron en la cuarta posición y quien ganó la elección fue Cuauhtémoc Blanco Bravo.

Tras ese grave y doloroso descalabro que sufrió la CTM en Morelos, decidió un año después, en el 2019 renunciar a la secretaría general un ausente Vinicio Limón Rivera y le heredó su cargo a Andrés Tufiño Barrera, quien nunca tuvo y así ha quedado demostrado, opciones reales de estar al frente de una destroza y hoy casi inexistente CTM. Quizá su reto principal fue que haya logrado sobrevivir la central sindical, a pesar de que no tiene liderazgo, cualidades políticas y solo ha nadado de a muertito en el año que lleva al frente de esta organización.

ANDRÉS LOZANO ALCÁNTARA.- Si a nivel nacional y estatal la CTM dejó de ser el bastión que hacía ganar a los candidatos a cualquier cargo de elección popular por el PRI, en Cuernavaca las cosas son todavía peores. Sobre todo, con un personaje de mala reputación, gris en su actuar y con escasa capacidad profesional, sin liderazgo y escasa presencia que pese a ello, ha logrado aprovecharse de los viejos vicios de la central obrera para mantenerse en el cargo  y a diferencia de sus representados que viven muy mal, él goza de todos los privilegios económicos y las cuotas sindicales para no preocuparse por vivir por los próximos años. Andrés Lozano, ha logrado mantenerse con actos irregulares, con chantajes y amenazas con despedir a los trabajadores que osan enfrentársele y por ello, se ha logrado mantener como su representantes sindical por 15 años aunque cada vez, con menos integrantes que han decidido luego de las nuevas formas y reglas jurídicas del sindicalismo en México, irse a otros organismos sindicales que les ofrecen mejores garantías y defensa de sus derechos laborales.

Y muestra de que Andrés Lozano Alcántara ha sido un zángano, es por la desatención hacia sus representados y por lo tanto, la molestia hacia su persona por sus malas acciones en contra de su gremio que se reflejó en la conformación de otro sindicato en el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca que ahora representa Bulmaro Hernández Juárez del Nuevo Grupo Sindical a través de cualquier persona que se dice ser secretario general de este organización NGS.

Ahora, tal como lo hizo a finales de julio del 2012, hace seis años, cuando en la elección de su reelección estuvo plagada de irregularidades como en su momento lo denunció Obed Frías Soberanes durante la asamblea, pretende hacer lo mismo. Entre las acciones que les está pidiendo a sus agremiados Andrés Lozano, está el obligarlos a firmar un documento en blanco para que él y sus cómplices que siguen nadando de a muertito y temerosos de que les quiten las canonjías que por años han mantenido, les pongan todo lo que quieran con el supuesto apoyo hacia su tercera reelección con la amenaza en contra de quienes se rebelan, con despedirlos de sus fuentes de trabajo.

Lo que buscan quienes hoy representan al sindicato de la CTM en el SAPAC, es que no haya una asamblea abierta en donde sus agremiados puedan decidir a quién apoyar abierta y públicamente, sin esconder su voto y por ello, aprovechando la pandemia del coronavirus, intentará que nadie la haga competencia, y al viejo estilo del siglo pasado, sea una sola planilla unificada por él quien participe y obvio gane.
Sin embargo, en las entrañas de lo que queda del sindicato cetemista del SAPAC, hay varios grupos que se están unificando para vía whassapp y redes sociales, invitando a participar para que no gane por default y exista una competencia desleal de las moronas que están por extinguirse de esta agrupación sindicalista. Por lo pronto, Andrés Lozano y secuaces intentarán aprovechar el covid-19 para que con hojas que los obligan a firmar, hagan creer a las autoridades de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, que tienen todo el respaldo y que ante la pandemia, decidieron no hacer asamblea para no exponer al personal a posibles contagios del coronavirus y en automático se mantendría otros seis años en perjuicio de los trabajadores de este sindicato.

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