Profesión docente… Una tarea poco comprendida y digna de respeto
En opinión de Ermila Luna Vara
La labor docente en la educación básica es una actividad muy observada y presionada por la sociedad, pero esta labor es una de las profesiones menos comprendidas independientemente de su complejidad.
El maestro es la persona encargada y responsable de que los alumnos aprendan los contenidos del grado que cursa, esta tarea sería sencilla si no tuviera que ver con una serie de de variables que determinan el actuar de los alumnos y los maestros entre las que encontramos: las inadecuadas formas de relación que tienen los niños entre sí, están acostumbrados a que de manera inmediata se satisfagan sus requerimientos, no están acostumbrados a postergar, sus lapsos de atención son cortos, la falta de respeto a la autoridad, y lo más preocupante es que no están motivados para asistir a la escuela.
Esta es la realidad que afrontan los maestros día a día en las aulas y si los retos mencionados anteriormente no son pocos, enfrenta el malestar de los padres quienes en no pocas ocasiones incumplen con lo solicitado por los maestros pero si exigen mucho, las más de las ocasiones exigen que sea el maestro quien cumpla lo que ellos en casa no han podido lograr o no han encontrado la manera de hacerlo: que el niño asuma responsabilidades, acate las indicaciones de los adultos, no presente dificultad en la adquisición de los aprendizajes, tenga buena relación con sus compañeros y en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve.
El maestro enfrenta también las exigencias de la sociedad los medios de comunicación que no cesan de criticar su labor, de responsabilizarlos por el bajo rendimiento académico de los alumnos; se les acusa de ser generadores del mal comportamiento, de no estar entregados a su labor, de no ser como los maestros de “antes”; si ocurren actos de violencia en la escuela de inmediato se acusa a los docentes y a todo el sistema educativo.
Éste maestro además de las horas que permanece ante su grupo debe llegar a casa para evaluar los aprendizajes de lo trabajado en el día y planear lo que trabajará al día siguiente, actividad intelectual sumamente compleja pero que no es vista más que por los familiares cercanos a los que les resta horas de atención y convivencia. Así mismo deben cumplir con una gran cantidad de trabajo administrativo, llevar a cabo una variedad de programas muchas veces duplicados y estar atentos a cualquier tipo de emergencia administrativa.
Para atenuar lo anterior y encaminarnos a buscar la comprensión y por ende el bienestar de los maestros es necesario efectuar las siguientes acciones: en la medida de lo posible reducir la cantidad de alumnos por aula, disminuir las labores administrativas, ofrecer capacitación que responda verdaderamente a sus necesidades, dar verdadero valor al espacio del consejo técnico escolar por ser este el tiempo donde se abordan las temáticas relacionadas a la mejora de los aprendizajes escolares, y también los retos que enfrentan los maestros en este momento histórico; para el maestro de nuevo ingreso aprovechar la oportunidad que dan las “tutorías”, es importante que el maestro novel sea acompañado por un maestro con experiencia y amor a su profesión, esta práctica ayudará a salvar los obstáculos que en su formación inicial no le fueron mencionados.
Lo antes mencionado muestra someramente lo que implica la compleja labor de un maestro de educación básica, si a esto le agregamos que entre todos los deberes antes mencionados, debe brindar la atención pertinente a los alumnos que presentan alguna discapacidad, aptitud sobresaliente o problemas severos de conducta aprendizaje y comunicación, el tema se complica aun más, porque la mayoría de las veces el maestro no cuenta con las herramientas didácticas y materiales adecuadas para el logro de los aprendizajes de esta población; y es ahí donde se une el trabajo del maestro de escuela regular con el de educación especial, cuando ambos se unen para buscar las mejores estrategias para eliminar las barreras que impiden el aprendizaje y la participación de los alumnos, de esta manera se hace posible la Educación Inclusiva.
La labor docente no se limita a cumplir una jornada donde atiende necesidades de los alumnos y de la escuela, se trata de una labor que implica la entrega total de su tiempo para impulsar proyectos encaminados al logro de metas que no son observables en lo inmediato pero con seguridad serán recordados en un futuro. El maestro pone en segundo plano su vida y sus problemas para brindar lo mejor se sí a sus alumnos sin importar las condiciones en que se encuentren.