Oráculo
En opinión de Carlos Morales Cuevas

Recargo mi oreja sobre la aurora del día
escucho el crujir de su cordón umbilical
brotando de la tierra
de la herida de mujer
de la que nace el fuego.
Un manto azul de Prusia
cubre mis soledades
turbión de pólvora
fecundando los huesos del barro.
Escucho tus tacones golpeando el tiempo.
Rumores manando de un cielo encendido.
Barahúnda en el anverso del universo.
Escucho…
Las admoniciones del Diablo…
El silencio…
es lo único real.