Ocho atletas van a nacionales Conade de luchas asociadas
El estado de Morelos contará con la representación de ocho atletas en la disciplina de luchas asociadas en los Nacionales Conade 2025. Lo anterior, tras haber competido en la etapa macroregional desarrollada en Guadalajara, Jalisco.
Los deportistas dirigidos por los entrenadores Wendy García y Antonio Morán, fueron recibidos en tierra jalisciense por el titular del Instituto del Deporte y Cultura Física del Estado de Morelos (Indem), Juan Felipe Domínguez Robles, quien destacó que las delegaciones serán respaldadas, por indicación de la gobernadora Margarita González Saravia.
La entrenadora Wendy García detalló que las y los clasificados son: Sophia López y Zayumi Zakamoto en la categoría U13, en su respectiva rama. En la U15, Kaleb Sánchez; en U17, Canec Antúnez; U20, Johan García, Saulo Gutiérrez, Ángel Sotelo y Humberto Valverde.
Asimismo, comentó la importancia de brindar mejores condiciones a los deportistas como lo está haciendo la actual administración del Indem, para que puedan competir al nivel de estados como Jalisco y Querétaro.
“Cada año hemos trabajado para que nuestros atletas tengan mejores oportunidades, como entrenar en colchones oficiales y contar con el apoyo de un fisioterapeuta, también con especialistas como psicólogos y nutriólogos; hemos comenzado a conformar un equipo multidisciplinario”, agregó.
Con estos esfuerzos, Morelos sigue apostando por el desarrollo del talento deportivo en luchas asociadas y espera obtener grandes resultados en los Nacionales Conade 2025.
LA DISCIPLINA EN MÉXICO
En México, el término "luchas asociadas" suele referirse a las disciplinas de lucha deportiva reconocidas por federaciones nacionales e internacionales, como la lucha olímpica, con sus estilos grecorromano y libre, y la lucha libre profesional, esta última considerada un ícono cultural del país. Mientras la lucha libre, caracterizada por máscaras, personajes y espectáculo, ha dominado la escena popular desde mediados del siglo XX, las modalidades olímpicas han buscado consolidarse como deportes de alto rendimiento. En años recientes, ambos estilos han coexistido con dinámicas diferentes: la lucha libre mantiene su enfoque comercial y de entretenimiento, mientras las disciplinas olímpicas enfrentan desafíos para ganar visibilidad y apoyo institucional.
Las luchas grecorromana y libre han tenido un desarrollo más discreto en México, a pesar de su participación en competencias internacionales como los Juegos Olímpicos y Panamericanos. En la última década, organizaciones como la Federación Mexicana de Luchas Asociadas han impulsado programas para detectar talento joven, especialmente en estados con tradición deportiva como Sonora, Chihuahua y Ciudad de México. Sin embargo, la falta de recursos económicos, infraestructura adecuada y difusión mediática ha limitado su crecimiento. Aun así, atletas como Alejandra Romero, medallista mundial en 2018, han destacado a nivel internacional, demostrando que existe potencial para competir en el ámbito global.
Por otro lado, la lucha libre profesional mexicana ha experimentado una revitalización en los últimos años. Promociones como la AAA y el CMLL han modernizado su enfoque, integrando elementos de entretenimiento global, colaboraciones con empresas internacionales como AEW o WWE, y producciones digitales para captar nuevas audiencias. Plataformas como YouTube y servicios de streaming han permitido que este fenómeno trascienda fronteras, atrayendo a fanáticos de todo el mundo. Además, ha crecido la participación de mujeres en roles protagónicos, rompiendo estereotipos históricos y redefiniendo el papel de las luchadoras en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres.
A pesar de los avances, las luchas asociadas en México enfrentan desafíos estructurales. Para las disciplinas olímpicas, es urgente un mayor apoyo gubernamental y privado que permita profesionalizar a los atletas y mejorar sus condiciones de preparación. En contraste, la lucha libre debe equilibrar su esencia cultural con las demandas comerciales globales, evitando la saturación o la pérdida de identidad. En ambos casos, la inclusión de jóvenes y mujeres, junto con estrategias de mercadotecnia innovadoras, se presenta como clave para garantizar su sostenibilidad. El futuro de estas disciplinas dependerá de su capacidad para adaptarse a nuevos contextos sin perder la pasión que las ha convertido en un símbolo de resistencia y creatividad en el país.