Observador político - Se victimiza ante la justicia Cuauhtémoc Blanco
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
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Cuauhtémoc Blanco Bravo, exalcalde de Cuernavaca, exgobernador de Morelos y actualmente diputado federal por Morena, parece haber adoptado el papel de víctima en medio de las denuncias que enfrentan su persona; y es que, la denuncia por intento de violación presentada por Nidia Fabiola, una mujer que él mismo relaciona de manera confusa como parte de su familia, es un caso que ha suscitado una cantidad significativa de controversias. Incluso, el exmandatario se ha lanzado contra lo que él califica como una persecución política, un guion que a muchos ya les suena familiar: desviar la atención de los hechos mediante un discurso victimista.
¿HABRÁ OTRO CASO DE IMPUNIDAD POLÍTICA? Es evidente que la figura de Cuauhtémoc Blanco, tan engatusada con su propio poder, ha sido profundamente marcada por la cultura de la impunidad que él mismo ayudó a instaurar en Morelos durante su paso por la gobernatura y es que, el todavía diputado federal ha insistido en que no tiene intención de dejar su cargo como legislador para enfrentar las acusaciones, y que su estatus de fuero lo exime de cualquier tipo de responsabilidad judicial. “Soy un mortal más”, declara, en un intento por generar empatía, aunque, como bien sabemos, el fuero puede hacer que los presuntos delitos se diluyan bajo el peso de la política y quede impune su presunto delito.
Durante la primera conferencia de prensa a la que convocó en un restaurante del centro de la ciudad para dar detalles del delito de intento de violación en grado de tentativa, Cuauhtémoc Blanco intentó manipular la narrativa, descalificando a Nidia Fabiola y arremetiendo contra Uriel Carmona Gándara, el exfiscal que se encuentra detrás de la denuncia. }
A pesar de sus intentos de desmentir la acusación, Blanco Bravo no logró explicar de manera convincente por qué permitía que una mujer que, según él, no tiene relación directa con su familia, residiera en la casa oficial del gobierno cuando él fungía como gobernador. Tal actitud parece más un acto de indulgencia política que una verdadera decisión humanitaria, empero, en la versión del Cuauh, él “es así”, dispuesto a ayudar a todos, incluso a quienes no deberían estar en el círculo de su confianza.
Cuauhtémoc Blanco también pretende restar importancia a las graves denuncias y hace un esfuerzo por mostrarse como un hombre tranquilo que no teme a la justicia, más aún cuando asegura que está listo para defenderse con su equipo jurídico, lo cual, más que una muestra de confianza, suena a una declaración vacía ante la incapacidad para demostrar su inocencia.
El proceso legal es, por supuesto, su derecho, pero resulta difícil creer que alguien que se ha beneficiado tanto de un sistema tan corrupto de poder en Morelos, ahora pueda actuar como el paladín de la justicia.
NIEGA SOLICITAR LICENCIA COMO DIPUTADO FEDERAL.- Independientemente de la insistencia del exgobernador de que su caso es parte de una “trama política” impulsada por sus enemigos, refleja una postura profundamente arraigada en el victimismo y la desinformación; rechaza la acusación, pero no está dispuesto a abandonar su puesto en el Congreso, como si el mandato popular que lo eligió fuera un escudo de inmunidad ante cualquier delito. ¿Acaso la justicia solo debe ser aplicable a los ciudadanos comunes, mientras que los políticos siguen disfrutando de impunidad?
Lo que está en juego es mucho más que una simple denuncia; se trata de la capacidad del sistema judicial para hacer justicia sin distinciones de poder político y en este contexto, Cuauhtémoc Blanco no solo se enfrenta a acusaciones legales, sino también a un cuestionamiento moral que debería ser atendido.
VAN POR EL CUAUH.- Inició ya el proceso para enjuiciar al exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, por lo que se ha convertido en un paso decisivo, que no solo tiene que ver con su posible culpabilidad o inocencia en los cargos en su contra, sino con la consolidación de un sistema de justicia que no permita que los poderosos sigan burlándose de las leyes. La solicitud de juicio de procedencia contra Blanco, presentada por el exfiscal Uriel Carmona, finalmente llegó a la Cámara de Diputados y será ahora responsabilidad de la Comisión Jurisdiccional analizar si procede o no.
Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena en el Senado, ha subrayado que este proceso será imparcial, que se llevará a cabo conforme a la Constitución y las leyes mexicanas, y esto es crucial: el juicio contra Cuauhtémoc no debe ser solo un ejercicio legal más, sino una prueba de que la justicia puede y debe alcanzarlos a todos, sin importar cuán alto esté el cargo que ostenten.
El proceso contra Cuauhtémoc Blanco tiene que ser un parteaguas para demostrar que, independientemente de las relaciones políticas o las bancadas a las que pertenezcan, todos los políticos deben ser tratados por igual ante la ley; esto implica un compromiso con los ciudadanos de Morelos y del país, que hoy más que nunca exigen un sistema judicial que no se doble ante las presiones del poder político.
NIDIA FABIOLA.- La denuncia interpuesta por su media hermana, Nidia Fabiola Blanco Fernández, no solo pone en evidencia el abuso de poder y la impunidad que siempre han acompañado al exfutbolista, sino que también abre una ventana hacia las sombras de un sistema judicial que ha permitido que personajes como el ahora diputado federal se mantengan intocados por la ley durante años.
Nidia Fabiola, quien ocupaba un puesto en la Secretaría de Desarrollo Económico y del Trabajo durante el gobierno de Blanco, señaló que en diciembre de 2023, el exgobernador intentó abusar sexualmente de ella en la Residencia Oficial de Gobierno, por lo que la acusación no es menor: el intento de violación se produjo en un contexto de amenazas de destitución laboral si la víctima hablaba sobre el incidente. Este tipo de maniobras mafiosas, tan comunes en el círculo político de Morelos, demuestran la persistencia de la cultura de impunidad que sigue favoreciendo a los poderosos.
Es importante destacar que esta denuncia no es un hecho aislado ya que en 2023, Ulises Blanco, hermano del exgobernador, también fue nombrado dirigente de Morena en Morelos, mientras que en paralelo enfrentaba acusaciones de violencia doméstica; la historia de la familia Blanco es, tristemente, un reflejo de cómo el poder político no solo está vinculado a la violencia física y sexual, sino también a la falta de rendición de cuentas, al amparo de un sistema político que, en lugar de brindar justicia, mantiene intactos los privilegios de unos pocos.
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