Observador político - Comercio informal… la herencia en Cuernavaca

La grave y peligrosa pandemia del SARS-CoV-2 además de las casi cuatro mil defunciones que ha cobrado tan solo en Morelos y las miles de personas que han logrado librarla tras recibir atención médica y familiar, estará dejando otros severos problemas difíciles de resolver como es el comercio informal -un mal necesario para muchos-, que tras el cierre de negocios y despido de persona, diversos ciudadanos han buscado alternativas honestas para llevar el sustento a sus familias. Y esta grave situación, es parte de la herencia actual que recibirá José Luis Urióstegui a partir del primero de enero cuando tome protesta como edil.

AUMENTAN LAS CHELERÍAS.- Los especialistas consideran que los resultados muestran que el comercio informal contribuye no solo a la evasión tributaria, la migración, el desempleo, así como el crecimiento poblacional, y a un desconocimiento de las normas y regulación del uso público pero además, provocan la afectación directa de los propietarios de establecimientos debidamente regularizados que sí pagan sus impuestos, además de la renta, luz, agua, teléfono, hacienda, IMSS, entre otros servicios y por lo cual consideran una competencia desleal, debido a que sus ganancias se están viniendo a pique. Esto es pues, un problema de nunca acabar por cómo van las cosas en México, Morelos y en Cuernavaca.

Por lo tanto, al no formar parte legal en el país, no se contribuye a la recaudación de impuestos que tanto anhelan los gobiernos: federal, estatal y municipales que requieren de recursos para hacer obras y dar un mejor servicio a la comunidad. Empero, los empleos que se generan no tienen ventajas en comparación con lo que les ofrecen los formales y por ello, se hace evidente que este sector formal está quedando en un mismo nivel de bajo rendimiento en la economía del país.

Otras razones, si tomamos en consideración que el comercio informal afecta de manera importante el desarrollo económico de la ciudad al no estar regulado por ley, lo que indica que existe claramente la evasión fiscal, reduciendo con ello el capital del gobierno para la construcción y reparación de infraestructura pública, que irónicamente hoy está en pésimas condiciones. Entre las afectaciones y consecuencias del sector informal destaca entre otras cosas, que los trabajadores perciben paupérrimos salarios, hay poca estabilidad laboral, escasa cobertura de la seguridad social y falta de protección de sus derechos laborales.

Y todo esto viene a colación debido al impresionante crecimiento del comercio informal en la mayoría de las colonias populares de Cuernavaca y su zona metropolitana que tal parece, surgió de la noche a la maña con la complacencia de las autoridades municipales que han quedado rebasadas y ya prácticamente imposible poner orden. Muy difícil lograr que haya un freno, incluso orden para impedir que sigan creciendo bajo el argumento real y efectivo, de que no hay empleo por la pandemia del covid-19.

Lo malo, lo preocupante es qué, el comercio que más ha proliferado es el de aquellos que venden alcohol a granel, las famosas “Chelerías” que como hongos se multiplicaron y esta acción además de todo lo antes señalado, también contribuye a que haya más delitos en las zonas donde están ubicados, a decir de los habitantes donde se han instalado como en los pueblos de Ahuatepec, Ocotepec, Acapantzingo, Tres Marías, por citar algunos ejemplos pero de igual manera en las colonias populares como: Alta Vista, Satélite, Antonio Barona, Lomas de Ahuatlán, Tzompantle, Lagunilla, Lomas de Cortés, entre muchas otras, donde la venta de bebidas alcohólicas son los principales negocios que surgieron de la clandestinidad sin contar con los permisos correspondientes del Ayuntamiento, pero que de manera ilegal y con una complicidad cínica del Ayuntamiento, funcionan sin que nadie frene esos actos ilegales.

CRECIÓ EN 30% EL COMERCIO INFORMAL.- Las autoridades municipales han reconocido que derivado de la pandemia del covid-19, el comercio informal aumentó hasta en un 30%. Una situación que no es privativo de Cuernavaca porque este fenómeno se multiplicó en todo el país. En gran medida por el cierre de empresas y pérdidas de empleos. De ahí, que reconocen que el ambulantaje se mantendrá con esos mismos registros de incrementos y pese a los operativos no se ha logrado inhibir esta práctica.

El mismísimo Nuevo Grupo Sindical (NGS), que ha sido el benefactor de los ambulantes en la zona centro de la ciudad en las últimas décadas, reconoció recientemente a través de Ben Hur Hernández Bringas, actual secretario general que derivado del cierre de negocios formales y la pérdida de empleos, aumentó hasta en un 200 por ciento el comercio informal.

Y reconoce que ahora, no solo se puede ver a los informales burdamente invadiendo las principales avenidas y calles, sino las entradas de zonas residenciales y tiendas departamentales en los diferentes municipios y curiosamente estos auto empleadores, portan en sus comercios ambulantes el logotipo del NGS. Lo más preocupante, es que ante la tercera ola del covid-19, varios de estos ambulantes no tienen ningún control sanitario en sus productos al no utilizar varios de ellos el cubrebocas ni atienden los protocolos de sanidad.

Por esta razón, actualmente hay más de 600 comerciantes ambulantes que amenazan incluso con incrementarse de forma alarmante, por lo que se convertirá en breve tiempo, en un foco rojo, un peligro para la economía del estado y la ciudad, así como los establecimientos formales que exigen se frene de una vez por todas lo ilegal y se castigue con todo el rigor de la ley a quienes permiten su funcionamiento. Y aquellos que los protegen y que ya son prácticamente una mafia por ser la que se encarga de darles protección y otros, pedirles alguna cuota económica –renta- para no ser molestados sin importarles que estén en la ilegalidad. Este sin lugar a dudas, es un tema complejo que será muy difícil de resolver por parte del edil electo que tomará protesta a partir de enero del 2021 en Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado.

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