¡Me dueles México! - Militarización extraordinaria
En opinión de Alicia Vázquez Luna
¿Militarización de la seguridad? ¿Cuáles son las facultades de militares y marinos?
¿Quién es el jefe de los cuerpos de los cuerpos de seguridad? ¿Cuál es el el Plan de Política Críminal de AMLO? Necesitamos conocer para evaluar…
En Morelos tuvimos la desagradable experiencia de conocer primero la desaparición de Jehtro Ramssés Sánchez Santamaria, sufrimos como sociedad porque ninguna persona y menos un joven merecía terminar de esa forma, más grande fue la sorpresiva noticia al descrubrir que fue privado de la vida por militares y luego conocer la forma en perdió la vida y se intento ocultar la evidencia según que lo reporto el informe de los Derechos Humanos me dije y sigo diciendo:
¡Me dueles México!
Si a nuestra sociedad no le duelen los jóvenes, estamos perdido como humanos. No sé que nos pasa, ¿cuándo dejamos de ser solidarios, cuándo dejamos de sentir, cuándo olvidamos a nuestros hijos? “Avestruz” dice la canción de los desaparecidos.
En el caso Alvarado Espinoza y otros vs México, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos reiteró que, como regla general, el mantenimiento del orden público interno y la seguridad ciudadana deben estar, en primer lugar, reservados a los cuerpos policiales civiles. Pero, al mismo tiempo, este tribunal internacional señaló que, si las fuerzas armadas tienen que intervenir de manera excepcional. Significa que la actuación de los militares debe ser subordinada y complementaria a los cuerpos de seguridad pública, no estar sobre ellas, no la dota de facultades de seguridad pública, procuración de justicia (aunque ellos al interior tenga un sistema de esta indole) menos los dota de funciones de policía en su rol de primer respondiente. Subordinada y complementaria, a las labores de las corporaciones civiles, sin que sus labores puedan extenderse a las facultades propias de las instituciones de procuración de justicia o policía judicial o ministerial; la limito a su vez porque impone la obligación de regular a los militares que hacen labores subordinadas de seguridad pública de obedecer los protocolos y mecanismos, hoy contemplados en la Ley Nacional del Uso de la Fuerza, los mecanismos de fiscalización por órganos civiles, en este sentido lo dijo la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso Ramssés.
Asi mismo señaló que la actuación de los militares solo sería justificable en casos extraordinarios, excepcional y por un tiempo determinado con restricciones a las circunstancias del caso.
Me atrevo a señalar que hoy, aún con la pandemia no cesa la violencia, ya contamos con la Guardia Nacional, vemos a los militares por diversas calles haciendo labores de revisión, dando seguridad perimetral, colaborando con los policias estatales y municipales, más continuan las ejecuciones en todo el país, con un enorme desafio a nuestras fuerzas.
Por ello, amable lector insistiré aunque crea que parezco disco rayado, el problema esta en la sociedad en general, nosotros debemos participar activamente y no solo dejar o esperar que sea el gobierno quien resuelva el tema de nuestra seguridad, cada integrante de familia tiene un rol importante, todos somos responsable, por supuesto que no estoy diciendo que el gobierno es inocente en todo esta vorágine de violencia. Hace unos días comentaba con amigos de Guanajuato sobre la reconstrucción de la sociedad y me dijo “Alis, eso como se logra” mi mente dio mil revoluciones mas de las acostumbradas. A los ciudadanos nos cuesta entender que tenemos obligaciones y no solo derechos. De experimentos en seguridad ya estamos cansados por la falta de resultados. En el pasado Calderón envió a las calles a los militares, todos lo juzgaron, hoy que hasta por decreto presidencial salen volvemos a revisar el tema y no parece que en breve se resuelva, ¿es acaso este escenario una intervención extraordinaria como lo dijo la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos? Es posible. Ya tenemos demasiados problemas con la pandemia, no logramos superar la violencia y la crisis económica que nos falta: ¡Me dueles México!