Cuando sea demasiado tarde... - Autos, Moda y Rocanrol.
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Feliz fin de semana, apreciado lector. Congreguémonos entorno a estas letras para consolarnos por el paso de una semana más en estas circunstancias vitales que aparentemente no tienen para cuándo mejorar. Lo político en el glorioso estado de Morelos estuvo moderadamente tranquilo, me imagino que todos están aguantando el aliento antes de que inicie la contienda electoral de manera oficial. Por ahí hasta salió Manolito para decir que ya le habían dado sus “big boy pants” y que ya puede competir por la silla grande. Ya que la gane, es otra cosa. Siguen señalando al Commander in Absence por lo mismo que siempre lo han señalado, y opinaría que es más bien por las mismas razones mencionadas algunas líneas más arriba. También parece que soltaron al Lobito, que mejor lo quieren tener arraigado en su domicilio, y ya no han dicho más al respecto. No dude usted que el señor ya esté llegando a la Patagonia o un lugar más remoto.
El plano de lo nacional trajo un poco más de folclor mexicano. Gobierno tuvo a bien a reformar por completo la ley de Ciencia y Tecnología del país, con un fin no muy claro. El argumento es el mismo de siempre, los neoliberales y conservadores y los corruptos ad nauseaum, pero huele mucho a que la intención verdadera son los fideicomisos y la asignación de becas, cátedras, y proyectos de investigación. La regla de interpretación general con los lopezobradoristas es que, lo que digan que se hacía y ya no se va a hacer, es moderadamente una declaratoria de intenciones de lo que se estará haciendo de ahora en adelante (así el grado de cinismo). A ver a dónde va a parar esta circunstancia, pero como todo en estos últimos meses, va a ir a parar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y ¿qué cree usted, apreciado lector? Pues que le van a dar revés a todo aquello que no se haya apegado estrictamente a procedimiento y reglamento, que más o menos es la totalidad de las acciones del gobierno actual. El berrinche presidencial llegó a señalar los lujos y privilegios con los que cuentan los magistrados y pegarles sus etiquetas de corruptos, vendidos, neoliberales, etcétera, etcétera, etcétera ad nauseaum (yo se que son tres ad nauseaum en el mismo párrafo, pero, así como van las cosas, ya sólo falta que señalen a la Zopilota por neoliberal y demás etiquetas).
La cosa en lo local estuvo particularmente kafkiano esta semana, de la cual vamos a señalar dos hechos independientes, pero relevantes al escenario actual. El primero de ellos fue que la noche del sábado de la semana pasada se grabó un altercado en la entrada de un bar “Cosmo” en San Diego (la avenida), circuló en redes sociales un video de 4 segundos en el que se puede apreciar a los cadeneros de este respetable establecimiento propinar senda paliza a un muchacho con bastones tácticos telescópicos, de esos que usan los agentes del FBI en las series gringas. Luego salió el video de una muchacha proveniente de la Ciudad de México, ofreciendo su testimonio de lo ocurrido, donde sostiene que a ella también la golpearon y hasta la agredieron sexualmente. Desde entonces, se hizo lo que mejor se hace en este estado al respecto de este tipo de circunstancias: simplemente dejó de circular la información. No anunciaron que iba a cerrar el bar, no anunciaron acción legal en contra de los cadeneros o de los dueños del finísimo establecimiento, nada de la licencia de funcionamiento, simplemente nada. Habrá que armarse de valor para visitar dicho abrevadero este fin de semana para ver con qué se encuentra uno, pero no dude usted que nos vamos a encontrar un “business as usual”, que hasta es parte del folclor cuernavacense arriesgar la salud para visitar estos negocios. Si tiene usted hijos en edad de salir por la noche, tal vez le valdría la pena sugerirles estudiar otras alternativas para su ocio de sábado por la noche.
El otro evento tiene que ver con los moteros de los domingos, ya ve usted que la cosa cada vez sube de tono y no tiene para cuándo arreglarse. Me parece que las autoridades no se involucran porque, por un lado, habría que poner patrullas cada kilómetro de la autopista y además asumir que dichos vehículos tendrán la capacidad de alcanzar las motos, y por el otro, adopta una postura más ecuánime sobre los hechos: si la gente se quiere matar en motocicleta, pues que se mate en motocicleta y una afore menos por la cual preocuparse. Lo que verdaderamente me pregunto es: ¿cuánto tiempo faltará antes de que alguien se anime a embestir un motociclista, en virtud de que obstruyen la circulación tan arbitrariamente? La agresividad vial en la autopista ha ido incrementando constantemente los últimos años, hasta he observado que tiene que ver con la regionalidad, mientras más cerca esté uno de Cuernavaca, más agresivos se tornan los conductores, sobre todo con los defenseos, cerrones y las interrupciones del paso. Si las quejas ya llegan a que los motociclistas dañan los demás vehículos automotores, no debe de faltar mucho para que las agresiones suban de nivel en el sentido opuesto, y la cosa de tornará verdaderamente aparatosa.
Eso sí, personalmente le sugiero cuestionar los leggins que use usted este domingo, porque la moda no ha muerto, pero hay que tomar en cuenta la vanidad para casi todo.