El pasado es mejor olvidarlo, según la CNDH: La consulta que nunca sucedió
En opinión de Tania Jasso Blancas
Trepidantes giros en el fantástico mundo de los derechos humanos en México. Justo cuando pensábamos que la transparencia y el acceso a la información estaban en auge, ¡sorpresa! La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha decidido cancelar la tan esperada consulta pública de 2 mil 543 recomendaciones. ¡Bravo, CNDH, bravo!
Es realmente admirable cómo las instituciones se las ingenian para mantener a la ciudadanía en vilo. Esta vez, la CNDH ha decidido ocultar de manera sutil y elegante la información sobre abusos cometidos por las autoridades mexicanas. ¡No vaya a ser que alguien se tropiece con la verdad y el estado de bienestar se tambalee!
Por supuesto, el hecho de que estas recomendaciones cubran un período de casi 25 años y abarquen los mandatos de varios expresidentes no es relevante. ¿Quién querría recordar los errores del pasado y aprender de ellos? Sería absurdo pensar que podríamos extraer lecciones valiosas de las violaciones de derechos humanos durante las épocas de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y hasta los primeros años de Enrique Peña Nieto. ¿Qué sentido tendría mirar hacia atrás si podemos fingir que todo está bien en el presente?
La CNDH, en su infinita sabiduría, ha decidido que es mejor que la ciudadanía permanezca en la ignorancia. ¿Quién necesita información transparente sobre los abusos cometidos por las autoridades? Es mucho más conveniente mantener a las personas en la obscuridad, preguntándose qué ocultan esos informes y especulando sobre las atrocidades que podrían revelar. Después de todo, el misterio es tan emocionante y estimulante.
Podemos agradecer a la CNDH por recordarnos que la transparencia y la rendición de cuentas son solo palabras vacías, ideas anticuadas que pertenecen a un pasado olvidado. Es evidente que la verdad y los derechos humanos no están en la lista de prioridades de aquellos que deberían protegerlos. Pero no nos preocupemos, seguro que tienen buenas razones para cancelar la consulta. ¡Seguro que sí!
En resumen, la cancelación de la consulta pública de las recomendaciones de la CNDH es una señal clara de que la opacidad y el secretismo son los verdaderos protagonistas en este país. No nos preocupemos por conocer nuestra historia, aprender de nuestros errores y exigir responsabilidad a aquellos que nos gobiernan. Sigamos adelante, con los ojos bien cerrados y una sonrisa en el rostro. ¡Qué maravilloso es vivir en la ignorancia!, ¿verdad?