Juego de Manos - Elecciones: El futuro está en el aire

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Elecciones: El futuro está en el aire

El reloj avanza incesante hacia la definición del gobierno del Estado de México. A cerca de un mes de que se lleven a cabo los comicios de una de las entidades federativas más importantes del país en materia política, se llevó a cabo el primer debate entre las dos candidatas de la contienda: Delfina Gómez, por la Coalición Juntos Haremos Historia (Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde) y Alejandra del Moral, por la Coalición Va por México (PAN, PRI, PRD Y PANAL).

Los temas abordados fueron, por orden de aparición: combate a la corrupción, violencia de género, servicios públicos y cultura y recreación. Desde sus respectivas trincheras, las autodenominadas próximas gobernadoras combinaron posturas y propuestas (que se abordaron de manera superficial) con ataques hacia su contrincante, una dinámica constante en este tipo de ejercicios.

En ese sentido, más allá de los argumentos y contraargumentos que se dieron en el debate —y de los juicios personales que pudiéramos dar al desenlace de este encuentro— podemos, con la información disponible al momento en que se escribe esta columna, señalar a Delfina Gómez como la mujer ganadora del debate ya que, en su mayoría, las encuestas le dan la victoria a la candidata de Juntos Haremos Historia. A continuación el raciocinio detrás de ello.

Los debates entre candidatos y candidatas tienen como objetivo —en el papel— presentar a la ciudadanía un espacio en el cual las personas aspirantes a un cargo público contrasten sus propuestas para atender los problemas que más preocupan a la población. Ello, con una dinámica ordenada y nutrida de información relevante.

En la realidad, es complicado dar cumplimiento a esta finalidad puesto que, en primer lugar, son relativamente pocas las personas que sintonizan estos ejercicios, menos aún con ojos críticos a las propuestas y una mentalidad abierta a definirse por planteamientos y no por personas.

Por otro lado, estos son escenarios ideales para promocionar la imagen propia, mejorar la percepción favorable e intentar afectar la de la persona contrincante. Así, estos espacios son utilizados para hacerse de un beneficio político y, por eso, la definición de una ganadora debe de realizarse bajo otros parámetros. En ese sentido, refiriéndonos estrictamente a la percepción que promocionaron las diferentes encuestadoras que publicaron los resultados, podemos ver una tendencia mayoritaria en favor de la candidata cuatroteísta.

Más allá de contenido de los discursos y la plausibilidad de las propuestas, hay un punto que pueden aprovechar las candidatas a partir de esta dinámica: la percepción de victoria en el debate y, consecuentemente, la percepción de una posibilidad real de triunfo en las elecciones. A las personas no les interesa ser sostén causas perdidas, si no creen que la candidata de su preferencia tiene la posibilidad de vencer, perderán el interés de apoyar.

Un dato adicional, las encuestas señalan, también, que tan solo la mitad de la población mexiquense sintonizó el debate. En ese sentido, podemos inferir que una parte importante de la ciudadanía que no consultó este ejercicio democrático buscará informarse de ello a través de resúmenes en los medios de comunicación. He ahí el rol que tienen las encuestas en la construcción de percepción. El próximo debate se llevará a cabo el 18 de mayo. El juego mediático será fundamental de aquí al 4 de junio.

 

Más allá del debate

La importancia de esta elección radica en varios puntos. En primer lugar, por el bono demográfico que aporta para quien ahí gobierna. La estructura del gobierno estatal, más aún a inicios de mandato, juega un papel importante en la movilización e influencia sobre la ciudadanía del estado. En otras palabras, quien controle el Estado de México tendrá una ventaja importante sobre el veredicto de la gran contienda del 2024.

Por otro lado, se juega la permanencia del PRI como una ficha relevante en el tablero político nacional, que se debilitará considerablemente si pierden uno de sus dos bastiones que, hasta ahora, han sido invencibles. El Estado de México ha sido cuna y escuela de muchas figuras importantes del tricolor a lo largo de su historia y, nuevamente, debido a su alta población, le otorga una cifra importante al cálculo federal.

Finalmente, el simbolismo juega un rol fundamental para la contienda sexenal. A partir de la unión de casi toda la oposición para los comicios de este y el próximo año, el tablero se puede dividir en dos grandes bandos (y MC). En ese sentido, las dos elecciones de este año serán, en el imaginario colectivo, una probada de lo que podremos presenciar en la fiesta electoral por venir. La victoria cuatroteísta se ve complicada en Coahuila, por lo que el Estado de México podría definir una imagen de fortaleza o de desgaste para cada uno de los equipos.

A casi un mes de que se defina el destino de esta entidad federativa, habrá que seguir de cerca el desarrollo de esta contienda. En palabras de la contendiente de Va por México “queremos certificado de mayoría, no de buena conducta” y, como van las cosas, es natural pensar que esta frase aplica para ambos bandos.

 

Por cierto

¿Qué nos deparará el próximo año? Muchos son los rumores que circulan sobre la persona que pudiera hacerse de la bandera morenista —hasta hoy vista como la posible ganadora— para contender por la gubernatura de la Tierra de Zapata. Chismes de pasillo y anécdotas de dudosa procedencia forman parte del análisis de las y los aspirantes; no obstante, debido a lo que abordamos en los apartados anteriores, es poco probable que exista una definición para nuestro estado en este momento, la atención se encuentra en otros asuntos.

No obstante, para intentar pronosticar el veredicto del sombrero seleccionador, hay que tener algunos puntos en cuenta. La encuesta, que se llevará a cabo en la última parte de este año, es el mecanismo predilecto para definir la viabilidad de las y los candidatos. Quienes no figuren en los primeros lugares no tendrán cabida en el plano de la gubernatura.

Aunado a ello, la definición de género es ineludible. Es muy pronto para cantar por uno u otro género en el estado. El cálculo debe partir de dos análisis: qué estados tienen candidatas y candidatos con condiciones para competir (y triunfar) y, posteriormente, qué contexto existe en Morelos para que compita (victoriosamente) un hombre o una mujer. Para el último punto, las mediciones virtuales al interior y en competencia con la candidatura de la oposición nos ayudarán con la respuesta.

Finalmente, las relaciones políticas —alianzas y enemistades— de cada uno y cada una de las que aspiran a competir. En política siempre habrá bandos que tengan roces, pero hay amistades y enemistades que pesan más que otras. La política está siempre sujeta a las circunstancias.

 

La fortuna también juega:

diegopachecowil@gmail.com