Escala de Grises - Primer Debate Presidencial

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Primer Debate Presidencial

El pasado domingo, en punto de las 8:00 p.m. comenzó la transmisión del Primer Debate Presidencial del Proceso Electoral Federal 2023-2024. El evento fue organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) como un ejercicio democrático para acercar a la ciudadanía las propuestas de las candidatas Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y el candidato Jorge Álvarez Máynez.

 

El objetivo principal, por supuesto, era que las personas participantes compartieran con la audiencia información relevante sobre su ideología y las propuestas con las que pretenden ganarse la silla presidencial. Para esta primera edición, los tres temas que se pusieron sobre la mesa fueron: “Educación y salud”, “Transparencia y combate a la corrupción” y “No discriminación, grupos vulnerables y violencia contra las mujeres”.

 

Además de la participación de las personas moderadoras (Denise Maerker y Manuel López San Martín), la ciudadanía también tuvo la oportunidad de hacer llegar sus dudas a las candidatas y el candidato. El INE seleccionó las que consideró más relevantes y con una cifra histórica de visualizaciones, el debate inició.

 

Sin embargo, no hubo más que evasiones, reclamos y participaciones mediocres por parte de las personas que compiten por la presidencia de México. La falta de preparación fue evidente en el caso de Xóchitl Gálvez, quien no paraba de utilizar la descripción “mujer fría y sin corazón” en contra de Claudia Sheinbaum, argumentos ad hominem y hasta memes, en lugar de responder los cuestionamientos con propuestas aterrizadas.

 

En el caso de la candidata de Morena, a pesar de la aparente tranquilidad que mostraba ante las cámaras, sus declaraciones sobre el aborto y las acciones en favor de los derechos de la comunidad LGBT+ se quedaron en la tibieza absoluta.

 

Aunado a lo anterior, pareciera que el argumento más fuerte que traía Claudia bajo la manga eran los múltiples premios que había obtenido como jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, tendríamos que recordarle que para ser presidenta se necesita más que reconocimientos y los mismos discursos de Andrés Manuel.

 

Respecto a la opción del partido Movimiento Ciudadano, no hubo más que intentos por simpatizar con el electorado, lo que resultó contraproducente si tomamos en cuenta que el debate no era un concurso de sonrisas ni de validación para sus compañeras en la contienda.

 

Por otro lado, los errores que se registraron a lo largo de la transmisión también se convirtieron en la justificación perfecta para señalar al Instituto Nacional Electoral. Desde la polémica falla con el conteo del tiempo hasta la poca practicidad del formato, el organismo también fue objeto del escrutinio público.

 

Y es que no era para menos. A pesar de los múltiples esfuerzos de inclusión con transmisiones en lenguas indígenas y Lengua de Señas Mexicana, el instituto demostró una serie de fallas que no pueden ni deben ocurrir en un evento de tal magnitud, mucho menos en el proceso electoral que se llevará a cabo.

 

Pareciera que el Primer Debate Presidencial fue meramente un ensayo mediocre para medir la opinión pública por parte de las candidatas y el candidato que, a grandes rasgos, no hicieron más que atacar a sus contrincantes sin dejar de defenderse. El objetivo del proceso ni siquiera cumplió con su cometido, pues las propuestas ni siquiera fueron presentadas como debían.

 

En fin, un fracaso. A pesar de ello, también fue una oportunidad para que la ciudadanía viera a las candidatas y el candidato fuera de la comodidad de sus campañas. Y eso es lo más valioso de ejercicios democráticos como el que atestiguamos el domingo. Lo que ocurra después de ver la realidad de quienes participan en la contienda ya depende de cada quien.

 

¿Y el after?

 

Por supuesto, una vez que terminó el debate, comenzaron las reseñas en las cadenas de televisión abierta. Para sorpresa (o no) de la audiencia, en ninguna televisora extendieron la invitación para que mujeres especialistas en ciencia política participaran en las mesas de análisis. Ni una sola mujer estuvo presente. Como siempre, la opinión de los hombres fue la única con la validez suficiente para transmitirse en televisión abierta.

 

Resulta difícil de creer que en pleno 2024, con dos mujeres candidatas a la presidencia, sigamos presenciando la misoginia y el machismo de nuestro país. Resulta gravísima, además, la pretensión de que las mujeres no merecen o no pueden o no deben ocupar espacios tan importantes como el análisis de la realidad, una realidad de la que también son (somos) víctimas.

 

Tengamos mucho cuidado con el contenido que consumimos, con las formas que validamos con tan sólo prender la televisión. ¿A quiénes decidimos escuchar? Elevar el nivel de análisis es indispensable para tomar decisiones y generar conversación. Aprendamos de los errores que se han repetido desde el inicio de la sociedad y dejemos de cometerlos. La representación siempre importa.

 

Nos vemos en el siguiente debate:

arendy.avalos@gmail.com

@Arendy_Avalos en X y Threads