Escala de Grises - Hacer historia

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Hacer historia

Aunque podría parecer que durante los casi dos años de pandemia se nos detuvo el mundo y que la romantización del confinamiento y la solidaridad fueron los hechos más relevantes de los últimos meses, la realidad se antepuso, como siempre. Así lo demostraron las cifras proporcionadas por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

El informe de seguridad fue presentado en la ya tradicional conferencia matutina de Andrés Manuel López Obrador. Entre otros temas de interés, una de las revelaciones más alarmantes fue que el índice de denuncias por violación se elevó un 20.8% entre enero y noviembre del 2021, año en el que también se registró un máximo histórico en carpetas de investigación abiertas por violaciones y violencias equiparadas.

Tan solo en el pasado mes de abril se reportaron 2 mil 17 casos y, aunque la cifra fue menor durante los siguientes meses, en noviembre hubo mil 700 carpetas más. Si contemplamos los delitos que pueden investigarse con perspectiva de género, la situación no se vuelve [ni tantito] menos preocupante.

Por ejemplo, en lo que respecta a violencia familiar, las denuncias incrementaron 20.5%, en comparación con el mismo periodo del 2019. Bajo esta misma línea, también se alcanzó un máximo histórico en 2021, específicamente en mayo, cuando se registraron 23 mil 909 carpetas de investigación.

Con la intención de “tranquilizar” a la sociedad, Rosa Icela Rodríguez, titular de la SSPC, informó que el delito de feminicidio tuvo un descenso del 19.3%, pero solo en noviembre y en comparación con el mismo mes del 2020. El alivio se esfuma rápido. Septiembre del 2021 fue el mes con más carpetas de investigación desde el 2015.

Ciento once denuncias fueron registradas únicamente en el noveno mes del año, quien se llevó el primer lugar. El segundo reconocimiento fue para julio, periodo en el que se abrieron 108 carpetas de investigación por el delito de feminicidio. Sin embargo, como siempre, hay ciertas reservas. Y es que, tal como han afirmado organizaciones, colectivas y asociaciones feministas, los reportes mensuales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no gozan de una precisión envidiable.

Para empezar, hay que contemplar la forma en la que cada fiscalía decide clasificar y abordar los 10 asesinatos diarios de mujeres que se reportan en nuestro país. ¿Los casos son investigados con perspectiva de género? ¿El personal encargado de cada carpeta de investigación está capacitado para tomar ese tipo de decisiones? ¿Cuál es la preparación que tiene cada funcionarie en lo que respecta a violencia de género?

El concepto de “feminicidio” podría parecernos muy claro en la teoría, bajo situaciones específicas, siguiendo la descripción literal de lo que implica asesinar a una mujer por el simple hecho de serlo. Sin embargo, ¿qué pasa cuando —como le decía al inicio de la columna— la realidad nos rebasa? ¿Qué ocurre cuando los hechos denunciados son abordados por personas que no tienen conocimiento feminista alguno?

¿Qué procede cuando se denuncia un feminicidio en un lugar donde todavía se usan términos como “crimen pasional”? ¿Cuál es la reacción del personal encargado de la investigación? Porque si el primer pensamiento es criminalizar a la víctima, culparla por su forma de vestir o por cualquier razón que se le pueda ocurrir, la palabra “feminicidio” queda completamente descartada. Es un asesinato más.

La violencia de género está en cada aspecto de nuestras vidas, en la mente, en los actos, en la casa, en cada una de las esquinas que conforman el país. La enfrentamos en diferentes formas y somos víctimas de ella en diferente medida, pero se ha convertido en un problema [estructural] que nos involucra a todas las personas.

Tal como hemos comprobado durante los últimos meses, el confinamiento no es la mejor opción cuando estás en el mismo espacio que tu agresor, cuando te enfrentas a la posibilidad de ser violentada a la menor provocación. La pandemia por Covid-19 detuvo casi todo, la violencia de género y los delitos derivados de ella no.

La presente administración ha demostrado un hambre de trascendencia desde el primer momento de la campaña, desde que decidió autonombrarse como la cuarta transformación de México. Sin embargo, en lo que respecta a la seguridad y estabilidad de las mujeres, no parece estar muy interesada. Tal vez, deberíamos recordarles que “hacer historia” no necesariamente implica algo positivo (como lo cuentan los libros de la SEP, por ejemplo), tal como [nos] han demostrado los máximos históricos (valga la redundancia) de los últimos años.

Ignorar lo que sucede todos los días en México, donde 10 mujeres son asesinadas todos los días, es el error más grave que el gobierno, las instituciones, los medios de comunicación y todas las personas podríamos cometer. Hablemos al respecto, levantemos la voz, gritemos justicia por las mujeres que no regresaron a casa y señalemos a los culpables, exijamos a las autoridades los protocolos correspondientes de investigación y las medidas necesarias para no vivir con miedo.

Nota de la autora:

Si usted ha leído más de una Escala de Grises, probablemente sepa que la violencia de género es un tema que abordo de manera constante. Hace unos días, como parte de los rituales que corresponden a un nuevo año, me preguntaba qué tanto me permitiría escribir sobre feminicidios, sobre delitos en contra de las mujeres.

Ojalá la respuesta no le resulte sorprendente: siempre. No porque sea mi tema favorito, mucho menos porque disfrute abordar este tipo de noticias, tampoco es que sea mi “zona de confort” (como se me insinuó en algún momento); sino porque es necesario. Porque mientras el gobierno de Andrés Manuel López Obrador emplea su tiempo en fabricar datos falsos sobre la seguridad en México, lo menos que yo puedo hacer es exponer una realidad que me atraviesa.

Posdata

Me complace comunicarle que, hace tan solo unos días, Escala de Grises cumplió tres años y no puedo evitar sentirme más agradecida que de costumbre. Sé que soy muy afortunada de contar con este espacio, de compartir casa con personas a las que admiro tanto, de saber que tengo sus ojos del otro lado de la pantalla y, por supuesto, de poder escribir sobre lo que yo quiera, sin reserva alguna. Gracias infinitas por este camino, por lo mucho que hemos recorrido y por todas las letras compartidas. Ojalá que sean muchas más.

¡Feliz aniversario!

arendy.avalos@gmail.com

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