Serpientes y escaleras - Tres candidatos tres

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Tres candidatos tres

La elección de Cuernavaca es de 9 años; el que gane puede ser el próximo gobernador.

 

Tres candidatos tres

La elección del 2021 en Cuernavaca será una de las más extrañas y peculiares de los últimos años; además del enorme número de candidatos compitiendo veremos un proceso distinto, en medio de una pandemia, logísticamente diferente, con figuras que individualmente llamarán la atención, pero sin liderazgo. Observar lo que ocurre en la capital morelense es importante porque de ahí puede surgir el próximo gobernador.

Con la aparición de Cipriano Sotelo como aspirante del PRI a la presidencia municipal de Cuernavaca se va aclarando el panorama que veremos en la competencia municipal; en este momento transcurre el registro de aspirantes y está en marcha la contienda interna de los partidos, aunque en muchos casos se trata de una formalidad porque está acordado que quienes se inscriban terminarán siendo candidatos.

Veamos por ejemplo el caso de la coalición Juntos Haremos Historia, impugnada por la dirigencia estatal de Morena pero defendida por el comité nacional de ese mismo partido. Ahí el virtual candidato es Jorge Argüelles Victorero, militante del Partido Encuentro Social, diputado federal y representante de los intereses políticos de Manlio Fabio Beltrones y del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.

La coalición entre el PES y Morena es resultado de la operación del jefe del ejecutivo morelense, a él se debe que desde México se haya impuesto un acuerdo electoral por encima de la militancia. Los morenistas morelenses rechazan la candidatura de Argüelles a pesar de que ellos no tienen una figura mejor que los represente en las urnas; su desprecio a la postulación del diputado federal no es porque tengan a otro personaje, es porque no lo quieren a él.

La candidatura de Jorge Argüelles tiene, como todas, luces y sombras; la crítica más fuerte en su contra es su cercanía con el gobernador y su falta de arraigo en el estado; sus adversarios destacan que no es una gente de aquí, que no conoce a la ciudad y desconoce el comportamiento, las costumbres y la cultura de los cuernavacos; también le achacan los errores del gobierno estatal señalándolo como el personaje que más influye en el ánimo del gobernador.

Por otro lado en Jorge Argüelles hay que ver a un personaje cuya vida profesional es exitosa, con muchas relaciones políticas, económicas y talento en los negocios; en su trato el diputado no es un mal tipo, aunque tiene muy marcadas algunas expresiones que parecen parte de un cliché que sus asesores le diseñaron para intentar hacerlo más cercano. Basado en sus relaciones y experiencia como empresario Jorge Argüelles podría ser una buena carta para la ciudad, pero su triunfo requiere inevitablemente que la gente lo identifique con López Obrador y lo compre como un producto de la Cuarta Transformación.

Luego está José Luis Urióstegui, un nativo de Cuernavaca, arraigado en la comunidad y respetado por su desempeño profesional. En este momento el abogado está compitiendo por la candidatura del PAN, aunque para todos es evidente que el proceso es un mero trámite porque sus patrocinadores tienen el control del padrón y los votos necesarios para formalizar su candidatura.

El reto de Urióstegui no está en la contienda interna, sino en lo que vendrá después de que consiga formalmente la candidatura; hoy el camino de José Luis es sencillo y barato, la lucha se enfoca en no más de un millar de personas perfectamente identificadas que serán contadas por los mismos panistas que lo quieren a él como representante en las boletas. Después de eso viene lo difícil.

Como candidato del PAN José Luis Urióstegui conjuga dos aspectos favorables: su buena imagen y la rentabilidad de un partido que está en segundo lugar de las preferencias; empero el abogado no será inmune a los ataques y a las críticas, seguramente habrá quienes recuerden los episodios en donde lo vincularon con narcotraficantes o cuando era señalado por, supuestamente, proteger a grupos delictivos. Tampoco olvidarán que en su faceta de político José Luis ha participado en varios partidos y apoyado públicamente a diversos candidatos; sus críticos apostarán por destruir su bandera ciudadana.

José Luis Urióstegui podría ser un buen alcalde: tiene preparación profesional y conocimiento de la ciudad, es honesto y cercano a la gente, aunque carece de experiencia en administración pública y no tiene a su alrededor a un equipo que lo ayude a diseñar una estrategia de campaña profesional, ni tampoco figuras que garanticen que hará un buen gobierno. Lo más importante en la candidatura del abogado es que puede representar la opción de cambiar las cosas en Cuernavaca, de darle un giro al rumbo de la ciudad y salirnos de una lógica que ha prevalecido por muchos años con resultados desastrosos para todos; la clave para su éxito es que la gente abrace su proyecto de cambio y no desperdicie su voto en opciones sin posibilidades.

La candidatura de Sergio Estrada Cajigal es la pimienta de la contienda; el exgobernador regresó a la vida pública luego de 14 años de mantenerse fuera de la actividad política, aunque en otros procesos ha participado apoyando al PRI. Estrada Cajigal es oriundo de Cuernavaca, gobernó la capital hace 23 años y quiere hacerlo de nueva cuenta bajo el cobijo de un partido satélite de Morena.

Sergio Estrada es un personaje conocido, más que el resto de los candidatos, pero mediciones recientes exponen que las posibilidades de que gane la elección son bajas; explico: al exgobernador lo conoce alrededor del 85 por ciento de los ciudadanos, pero solo el 10 por ciento dice que votaría por él. Su postulación como candidato de Fuerza por México ayudará a ese partido a obtener sufragios para mantener su registro, pero no le alcanzarán para ganar. Lo que si logrará la candidatura de Sergio Estrada Cajigal es dividir el voto opositor, particularmente el panista.

Pensando en él como autoridad también hay aspectos que recordar; quienes hablan el gobierno capitalino 1997-2000 lo recuerdan como una administración exitosa, pero no dicen la razón de su éxito: los logros del alcalde fueron las obras públicas, durante su mandato se pavimentó la mayor parte de la capital y se construyó el puente que conecta la avenida Álvaro Obregón con la calle H. Preciado; en ese trienio aumentaron sustancialmente los sueldos de los funcionarios, se compraron vehículos nuevos para todo el cuerpo edilicio, se concesionaron algunos servicios públicos y se adjudicaron de manera directa la mayoría de las obras.

La clave de su éxito fue que en el periodo de gobierno inmediato anterior (el de Alfonso Sandoval Camuñas) Cuernavaca tenía un presupuesto de alrededor de 100 millones de pesos anuales y con Sergio Estrada Cajigal la cifra se elevó a más de 1 mil millones, porque la capital de Morelos se incorporó al programa de 100 ciudades aprobado desde el Congreso de la Unión. Con los ingresos y los egresos actuales Sergio Estrada no podría repetir lo que hizo hace 23 años, excepto sus frivolidades. Incluso el carisma de aquel joven candidato panista se ha ido; hoy Sergio está gordo, avejentado y sin la chispa que hacía que las mujeres voltearan a verlo y votaran por él.

Aunque habrá un buen número de contendientes, el duelo político por la capital terminará centrándose en dos propuestas y no más de tres candidatos; las opciones son continuar por el mismo camino, en cuyo caso la decisión es votar por Jorge Argüelles Victorero o dar un viraje a las cosas a partir de una propuesta diferente, con una figura distinta que podría ser José Luis Urióstegui o alguien más.

Ofertas como las de Sergio Estrada, Matías Nazario o Cipriano Sotelo tendrán su propia lógica, dinámicas diferentes y posibilidades reducidas de éxito si no logran conectar rápidamente con la gente. El reto para estos últimos tres personajes es diseñar una campaña atractiva, intensa y agresiva en términos de penetración social; hoy la mayoría piensa que el duelo será entre Argüelles y Urióstegui, pero el resultado del 06 de junio depende de lo que hagan los otros candidatos.

Antes de que arranquen formalmente las campañas se puede advertir que las dos candidaturas más fuertes son las de Morena y la de Urióstegui, la primera por la fuerza del obradorismo y la segunda por la mezcla partido/candidato; sin embargo nada está resuelto, todavía se pueden mover muchas cosas. Un buen diseño de campaña, una buena estrategia, un buen equipo de trabajo, un buen manejo de medios y buenas alianzas serán determinantes para ganar.

Digámoslo de esta manera: ganará el que haga la campaña más profesional.

  • posdata

La ventaja que por momentos tiene el diputado Argüelles en la contienda por Cuernavaca se diluye rápidamente; obvio: la división en los partidos de oposición le favorece, pero los conflictos de Morena lo afectan.

Jorge Argüelles Victorero está invirtiendo mucho tiempo en el diseño visual de la campaña, pero están olvidando otros aspectos que influirán en el proceso; no importa cuantos y qué tan buenos sean sus anuncios, si de manera paralela no hay un tejido fino en política y una verdadera estrategia de comunicación.

Los comerciales que ha lanzado Argüelles están bien producidos, pero no conectan con la gente ni generan empatía; por el contrario: cada que su imagen aparece las redes sociales lo despedazan y muchos comunicadores le hacen vacío.

Me lo dice un profesional del ramo, alguien que actualmente coordina las campañas de Morena en varios estados del país: “El equipo de Argüelles es caro, pero de tercera división; no saben manejar una estrategia política ni conducir una campaña”.

¡Zas!

  • nota

Observemos las campañas a partir de quienes podrían apoyar a los candidatos durante el proceso:

Jorge Argüelles Victorero está recargado en la estrategia electoral y política que le diseñó su asesor Vladimir Ramos; a él se deben las ideas de los comerciales, los mensajes y el planteamiento de la precampaña. Hasta ahora no han hecho nada que llame la atención, nada que marque la diferencia; se enfocan en la publicidad y olvidan la comunicación política.

José Luis Urióstegui está en espera de que el partido le contrate “un consultor nacional”, alguien que le diseñe la campaña, que lo coordine de manera profesional y le integre un equipo de verdad. Su publicidad para la contienda interna es insulsa, ni despierta ningún sentimiento; en su “equipo” son buenos para hacer faena, pero no están preparados para conducir ni ganar una elección.

Sergio Estrada Cajigal ha reclutado a los mismos personajes que lo acompañaron en el gobierno del año 2 mil; ahí está disfrazado de hippie Alfonso Pedroza y con el mismo sobrepeso Eduardo Becerra; hasta ahora no hay un consultor profesional que los ayude, aunque eso no parece importarle al mecánico; él ya cobró por ser candidato y lo demás no le importa.

Cipriano Sotelo Salgado estaba listo para competir desde antes de registrarse, por eso dicen que buscó a la consultora Gisela Rubach, una experimentada y muy eficiente estratega política. Lo que le falte al abogado como candidato lo puede obtener con la asesoría de la también catedrática del ITAM. ¿Ganará? Es difícil, pero sin duda obtendrá más votos que Víctor Saucedo.

Matías Nazario ha trabajado en campo desde hace al menos dos años, lo hace con un equipo que ha formado él mismo y aplicando sus conocimientos y sus relaciones; por el momento no tiene a su lado a ningún despacho profesional, pero en un futuro cercano seguramente contratará a alguien que lo ayude. Tiene los recursos suficientes para hacerlo y sabe que es necesario.

  • post it

Desde hace años ningún candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca que ha competido en la elección intermedia impulsado por un gobernador de Morelos ha ganado; todos, absolutamente todos han perdido a pesar del apoyo institucional; algunos ni siquiera lograron superar la contienda interna.

Jorge Messeguer perdió contra Cuauhtémoc Blanco, Sergio Álvarez Mata perdió contra Manuel Martínez Garrigós…

¿Será Jorge Argüelles quien cambie la historia?

  • redes sociales

En una reunión causal perfectamente organizada se reunieron mujeres de varios partidos; dialogaron y posteriormente se tomaron una foto que compartieron en redes sociales.

El mensaje es claro: ahí están, tienen experiencia, capacidad, representatividad y cualidades que sus partidos deben tomar en cuenta.

Para quienes preguntan en dónde están las mujeres que necesita la política morelense ahí pueden verse algunas.

Recordemos el viejo dicho: ni están todas las que son, ni son todas las que están.

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