Alcaldes, administrar la pobreza

En opinión de Juan Salgado Brito

Alcaldes, administrar la pobreza

Quizá el mayor desafío de los alcaldes entrantes es administrar la pobreza en la que prácticamente están sumidos todos los municipios por la escases de recursos, múltiples y cuantiosas deudas, laudos y denuncias de trabajadores, contracción de participaciones Federales y Estatales, exceso de burocracia y los sueldos del cabildo y los funcionarios, más las crecientes demandas y exigencias de la ciudadanía para que cumplan sus promesas de campaña; representan en rigor todo un reto que parece callejón sin salida para los ayuntamientos que hoy más que celebrar su llegada a los cargos deberían estarse tronando los dedos y haciendo acopio de inteligencia para encontrar solución a las crisis que sin duda se les presentan en lo económico y financiero pero también en lo social por la falta de recursos para atender y resolver los problemas de la gente en sus respectivos municipios.

 

Los nuevos presidentes municipales al no tener dinero ni para lo esencial como pagar sueldos y mantener los servicios públicos básicos como recolección de basura, agua potable, seguridad, alumbrado público, etc., les quedarán pocos márgenes de maniobra para preservar la gobernabilidad en sus municipios conservando la paz y la tranquilidad de sus pobladores.

 

Una salida sin duda será la alianza que los ayuntamientos y principalmente los alcaldes logren establecer y consolidar con el pueblo, procurando la mayor participación ciudadana en sus gobiernos para de esa forma compartir la crítica realidad que al parecer vivirán los próximos 3 años. Hacer más con menos es a lo que tendrán que apostarle los gobiernos municipales y estirar lo más que puedan sus presupuestos, llevando al máximo de los extremos sus políticas de autoridad.

 

El Gobierno del Estado desde luego y principalmente el gobernador Cuauhtémoc Blanco deberá tomar conciencia de los riesgos políticos y sociales que corren los municipios y sus gobiernos locales frente a las crisis económica y financiera que enfrentan para juntos buscar las salidas institucionales más convenientes en el entendido que la paz de los municipios es la paz del Estado.