Escala de Grises - El mes de las mujeres

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - El mes de las mujeres

Marzo, además de anunciar el inicio de la primavera y el morado de las jacarandas, también lleva implícitos los preparativos para el Día Internacional de la Mujer. El octavo día del tercer mes se ha convertido en una fecha donde se reconoce la importancia de mujeres y niñas en la sociedad, así como las contribuciones que han realizado en el mundo a lo largo de los años.

El tema establecido para este 2022 fue “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, con la intención de exhibir los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático que las mujeres y niñas han mostrado. De acuerdo con ONU Mujeres, potenciar la igualdad de género en el actual contexto de crisis climática es uno de los mayores desafíos del siglo XXI.

Para lograr lo anterior, según la organización, es necesario seguir explorando las oportunidades y limitaciones a las que se enfrentan las mujeres y niñas en todo el mundo; pues la igualdad de género es fundamental para conseguir un futuro sustentable. Hasta ahí todo bien. Nos queda claro que el cambio climático tiene un impacto directo en el desarrollo social, económico y medioambiental.

Sin embargo, “permitir que las mujeres y niñas tengan voz” y participación en la toma de decisiones (como sostiene la ONU en su propósito para este 8M) resulta más complicado de lo que parece, especialmente porque el cambio climático no es una prioridad para la mayoría de las mujeres que se enfrentan a una violencia de género estructural, como ocurre en México.

¿Cómo se “permite” que las mujeres y niñas tengan voz en un país donde ocurren 11 feminicidios cada día? ¿Cómo se “permite” que las mujeres y niñas formen parte de la toma de decisiones cuando ni siquiera sus necesidades son consideradas? La crisis climática es un problema grave, eso no está en duda, pero ¿cómo se convierte el cambio climático en la principal preocupación cuando poner un pie fuera de casa ya implica cierto nivel de peligro para gran parte de las mujeres?

Si usted está al pendiente de las noticias nacionales, probablemente se haya preguntado lo mismo. Sin embargo, la problemática no resulta así de obvia para muchas personas. Durante estos días, diferentes instituciones en México desarrollarán actividades vinculadas al Día Internacional de la Mujer, siguiendo el estándar de la ONU; lo que resulta poco empático y aterrizado, por decir lo menos.

Pongamos un ejemplo. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las 32 entidades federativas de nuestro país están reprobadas en otorgar condiciones laborales óptimas para las mujeres. En lo que respecta al trabajo no remunerado, hay estados en donde las mujeres dedican hasta 76.1% de horas a la semana.

De acuerdo con el estudio Estados con #LupaDeGénero 2022, elaborado por el mismo IMCO, todas las regiones de México tienen barreras (como la brecha salarial) que impiden la entrada, permanencia y crecimiento de las mujeres en el mercado laboral. ¿Qué implica esto? Un involucramiento débil por parte de los gobiernos estatales y de las instituciones involucradas en el crecimiento económico y la equidad de género en el país.

Resulta imperativo diseñar estrategias en las que se contemple la participación de las mujeres en la toma de decisiones, más allá del plano electoral. En la esfera política, económica, cultural y social hay cuestiones que nos involucran de manera directa, pero que dejan de abordarse o simplemente colocan en la lista de “cosas para hacer después”, como ocurrió con la aprobación para el Sistema Nacional de Cuidados.

A lo largo de los sexenios, hemos comprobado que el tema de la violencia de género tampoco es una prioridad. Desde instalar botones de pánico, silbatos contra el acoso hasta cancelar las estancias infantiles y eliminar el presupuesto para el programa Escuelas de Tiempo Completo son algunas de las problemáticas a las que las mujeres, niñas y adolescentes se han enfrentado en los últimos años.

Bajo esta línea, ¿cómo convertir un “futuro sustentable” en la prioridad, cuando ni siquiera se hacen tangibles las posibilidades para un futuro igualitario? Visibilizar el problema y reconocerlo es el primer paso. Ahora, con relación al #8M, ¿qué medidas se tomarán a nivel institucional, gubernamental y empresarial para que el día no se “pase por alto”?

Como cada año, permítame solicitarle [de la manera más atenta] que no organice clases de defensa personal para las mujeres que forman parte de su empresa, que devele esculturas hechas de sartenes para reconocer la labor de las “amas de casa” y que tampoco haga un concierto como regalo en su conferencia matutina. Por decir algo, pues.

La violencia de género es un problema estructural que ha permeado todos los espacios, que se ha instalado como parte de la “cultura” y se ha convertido en la pandemia silenciosa para la que no hay vacuna ni cursos de defensa suficientes. Terminemos con la idea de que hay un día o un mes específico en que las mujeres pueden considerarse como “parte importante” de la sociedad.

Rompamos las cadenas de violencia que se han normalizado, consideremos las necesidades de las mujeres trabajadoras, exijamos justicia para las mujeres asesinadas, generemos espacios seguros para el pleno desarrollo de las niñas y adolescentes; ejerzamos presión para que las autoridades garanticen el goce de nuestros derechos humanos… La lista de cosas por hacer podría resultar infinita, especialmente si las actividades anteriores se contemplan únicamente durante los 31 días que tiene marzo.

La lucha por erradicar la violencia de género no termina:

arendy.avalos@gmail.com

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