Serpientes y escaleras - La decisión

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La decisión

Aunque tiene una candidatura segura, no es sencillo que el gobernador Blanco se vaya.

 

La decisión

Desde hace más de un año se ha especulado que Cuauhtémoc Blanco Bravo participará en la elección del 2024 en la Ciudad de México; el propio gobernador dijo hace algunas semanas que sí estaba interesado en competir, pero primero pediría “permiso” al presidente. El exfubtolista ha sido mencionado como contendiente a la alcaldía Cuauhtémoc, al senado de la república o a la jefatura de gobierno de la capital; competir implica que el mandatario se separe del cargo. ¿Lo hará?

Aunque hoy algunos representantes populares pueden buscar la reelección o un nuevo puesto de elección popular sin solicitar licencia al cargo, las posiciones que podría buscar el gobernador de Morelos en una elección sí lo obligan a separarse del cargo al menos noventa días antes de la elección.

Cuauhtémoc Blanco no tiene ningún impedimento legal para participar en la Ciudad de México y por el contrario, dado su posicionamiento es Morena quien lo impulsa a ir nuevamente a la competencia. El exfutbolista ha reiterado en varias ocasiones que su sueño es regresar al fútbol como entrenador o como comentarista de televisión; pedir nuevamente el voto ciudadano en una elección es más interés del Movimiento de Regeneración Nacional que suyo, sobre todo en una ciudad en la que necesitan votos para mantener el control del gobierno.

Ante este escenario se ha dicho que el jefe del ejecutivo morelense dejaría el cargo después de la primera mitad del 2023, para buscar la candidatura, preparar su equipo y armar su estrategia de campaña; aunque su popularidad es alta en la Ciudad de México, una elección se necesita trabajar con mucho tiempo de anticipación. “Se irá entre junio y agosto” opinan algunos personajes cercanos al futbolista.

Lo que no consideraban los estrategas gubernamentales ni el gobernador es la manera como se descompondría la relación con el congreso y la agresividad que mostrarían los diputados de oposición. Es evidente que entre el parlamento y el ejecutivo hay una lucha abierta, sin cuartel ni puntos medios: los diputados están decidido a atacar al gobernador y perseguirlo desde todos los flancos a su alcance.

La redistribución del presupuesto 2023 y los candados que pusieron en varias áreas, como comunicación, forman parte de un plan que apuesta por llevar al mandatario tras las rejas; el bloque de quince legisladores ha cerrado filas en un plan que pretende complicar la marcha del gobierno y perseguir a Cuauhtémoc Blanco desde las fiscalías, a través de un juicio político y con procesos que le impidan competir en el 2024.

El interés de que Cuauhtémoc Blanco esté en la boleta electoral, ahora en la Ciudad de México, es de la dirigencia nacional de Morena y de la Presidencia de la República; basta observar la manera como se ha desenvuelto el exfutbolista a lo largo de los años que ha ocupado un puesto de elección popular para entender que esto no es lo suyo: hace lo que le toca, pero añora el momento de dejar el cargo y regresar al ambiente que le gusta.

En política las circunstancias y los intereses se entrelazan y ello es lo que tiene al americanista atado al proyecto de la 4T; explico: aunque en la elección del 2018 Morena barrió a la oposición en la Ciudad de México, en el proceso electoral del 2021 las cosas se complicaron y la CdMx se partió. Diversas encuestas levantadas a lo largo de los últimos meses muestran el crecimiento de la oposición y el desgaste de la jefa de gobierno, situación que pone en riesgo la victoria en el 2024. Ahí entra la figura de Cuauhtémoc Blanco:

El gobernador de Morelos está bien posicionado en la capital, particularmente en la delegación Cuauhtémoc, hoy gobernada por quien podría representar a la oposición en la siguiente elección; mandar al futbolista a esa delegación o proyectarlo a alguna otra posición en la CdMx sumaría votos a Morena, votos indispensables para que el control de la ciudad no se ponga en riesgo.

Pero para que esto suceda lo primero es permitir al gobernador de Morelos que deje el cargo para comenzar a caminar las calles de la Ciudad de México de cara a una nueva postulación. Separarse del cargo no es el problema, lo complejo viene con la designación de un gobernador sustituto por parte de un congreso con mayoría opositora que, además, está decidido a perseguir a Cuauhtémoc Blanco.

La ley establece el relevo del gobernador será designado por al menos tres cuartas partes del congreso; en un escenario así los quince legisladores de oposición tienen la facultad legal para nombrar a un mandatario sustituto sin tomar en cuenta a nadie, ni respetar el espacio del partido que ganó la elección; llegado el momento el bloque opositor puede nombrar a quien quiera, incluido alguno de ellos.

Ante el choque entre poderes y la belicosidad de esta legislatura ¿a quien le queda duda que los representantes populares aprovecharán la salida de Cuauhtémoc Blanco para nombrar a alguien afín a ellos, alguien que les permita controlar dos poderes a su antojo y perseguir social, política y legalmente al futbolista y a sus personajes más cercanos? Alguien como Agustín Alonso.

Las puertas para que el excapitán americanista compita en la elección del 2024 en la Ciudad de México bajo las siglas del Movimiento de Regeneración Nacional están abiertas de par en par, pero localmente no existen condiciones para que el gobernador solicite licencia al cargo y vaya en busca de votos para la 4T.

Si el jefe del ejecutivo se separa del cargo los diputados no solo van a nombrar a un personaje afín a ellos, también lo van a perseguir, renovarán inmediatamente todas las dependencias gubernamentales, comenzarán una inspección detallada de todos los actos realizados a lo largo de su administración y utilizarán cualquier error para iniciarle un proceso que le impida legalmente competir en la próxima elección.

No existe forma de construir un escenario diferente porque la actitud de los diputados con el ejecutivo no lo permite; en las reuniones sostenidas recientemente entre representantes del bloque opositor y funcionarios del ejecutivo se han hecho compromisos, se han buscado acuerdos y se ha empeñado la palabra en un sentido de trabajo coordinado. El problema viene cuando se levantan de la mesa: entonces todo cambia y aparecen nuevos ataques del congreso al ejecutivo. ¿Cómo confiar en alguien que dice una cosa y hace otra?

La decisión de Cuauhtémoc Blanco en este escenario no es difícil de tomar: si se separa del cargo no solo será perseguido legalmente, también será enjuiciado y de inmediato anulado para competir en el 2024, lo cual lo dejará sin el control del gobierno estatal y sin posibilidad de acceder a una nueva posición.

Peor: si esto sucede Morena no solo perdería a una pieza importante del ajedrez electoral para la Ciudad de México, también pondría en riesgo el triunfo en Morelos en el 2024, porque el congreso nombraría a un gobernador de oposición que trabajaría desde el ejecutivo para impulsar un proyecto distinto a Morena y para hundir la oferta política de la cuarta trasformación.

En un escenario como el anterior ¿Se va a separar del cargo Cuauhtémoc Blanco? Yo creo que no.

·         posdata

El encuentro sostenido el lunes en la secretaría de gobernación entre Adán Augusto, Cuauhtémoc Blanco y cinco de los veinte integrantes del congreso local está relacionado con el agandalle del bloque opositor del poder legislativo de Morelos, al dejar (otra vez) sin comisiones a quienes no forman parte del grupo que encabezan los diputados Agustín Alonso y Francisco Sánchez.

En términos formales la secretaría de gobernación no puede hacer nada más que escuchar las quejas de los representantes populares y lamentar el abuso de sus homólogos; peor: el secretario de gobernación Adán Augusto ha demostrado su incapacidad para operar más allá de inmediato, lo que deja sin valor sus promesas de ayuda.

En la última reunión sostenida en Bucareli entre los diputados locales y el secretario hubo gritos, regaños y amenazas, pero nada de fondo; Adán Augusto trató muy mal a quienes acudieron a su oficina en busca de ayuda y al hacerlo lo único que logró fue avivar el encono contra el gobernador y radicalizar las diferencias entre los poderes locales. Más que ayudar, la intervención del tabasqueño empeoró las cosas.

La operación del presupuesto 2023 en contra del gobernador de Morelos se hizo desde el Palacio de Cobián: los diputados locales refieren que fue Miguel Lucia, empleado de gobernación, con autorización de Rabindranath Salazar, funcionario de la presidencia, quien orientó al bloque opositor para que pusieran candados al paquete económico 2023. Esto fue hecho del conocimiento de Adán Augusto desde hace meses y no sirvió de nada.

Visitar al titular de la política interna del gobierno federal para enterarlo de los abusos del bloque opositor del congreso local no sirve de nada, porque independientemente de la autonomía del parlamento local, el secretario nunca ha sabido operar con todos los elementos que tiene al alcance desde esa oficina.

Digámoslo en castellano: la secretaría de gobernación de la 4T es ineficiente, disfuncional, improductiva y nula; cualquier político la enfrenta sin temor a nada, porque a lo largo de este sexenio ha demostrado que no sirve para nada.

·         nota

La suerte de los aspirantes de Morena a la gubernatura de Morelos en el 2024 está ligada a la suerte del gobernador Cuauhtémoc Blanco; algunos más y otros menos, pero a todos les afecta lo que suceda en este sexenio, porque todos los candidatos de Morena en Morelos llevarán a cuestas la buena o mala imagen del futbolista.

El trato de la legislatura hacia los integrantes del gobierno estatal muestra la manera como veremos las cosas en lo que resta del periodo de gobierno: de frente los diputados sonríen, son receptivos y prometen trabajo coordinado; en cuanto se levantan de la mesa las cosas cambian, las promesas se olvidan y lo que predomina es el odio.  

·         post it

La detención de dos directivos de la policía de Cuernavaca no es cosa menor, aunque así lo trate de hacer ver la secretaria Alicia Vázquez Luna. “Con nosotros han trabajado bien; de lo que se les acusa lo habrían hecho en el pasado” dice a manera de defensa la dama.

Entendamos algo: los funcionarios capitalinos fueron detenidos por el delito de homicidio; que los hechos hayan ocurrido durante la administración anterior, no resta gravedad al asesinato de una persona.

Por cierto: no es la primera vez que Vázquez Luna saca el pecho por sus policías: en el 2013 siendo secretaria de seguridad estatal defendió a sus elementos ante las acusaciones por la detención ilegal y tortura de tres personas en el poblado de Xoxocotla. Al final los detenidos fueron liberados porque la víctima no los reconoció, pero ya los habían golpeado.

Reitero: el tema es delicado, demasiado para que una autoridad meta las manos al fuego por algo así.

·         redes sociales

Hay traidores en Morena, dice el gobernador Cuauhtémoc Blanco. Y pone un nombre en la mesa: Rabindranath Salazar.

¡Zas!

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